Jorge Camacho Peñaloza
Junio 14, 2019
Los migrantes son gente que no tienen miedo. Tienen hambre de progreso, dan lo mejor.
Carlos Slim
Existe la teoría de que lo que hoy se conoce como continente americano fue poblado gracias a una corriente migratoria que cruzó por el estrecho de Bering hace 12 mil años durante una época de glaciación, en la que cruzaron no solo grupos humanos sino animales y plantas para poblar poco a poco lo que hoy es el continente con tribus nómadas que fueron asentándose a lo largo de lo que hoy es Canadá y Estados Unidos y la parte de Mesoamérica que comprende de la zona meridional de México hasta Costa Rica y América del Sur, principalmente conformándose las civilizaciones incas, llegando hasta la Patagonia.
Durante esos flujos migratorios se formaron las culturas Cheroqui, Iroquesa, Iakota, Pawnee, entre otras en América del Norte, y las culturas de Mesoamérica desde los olmecas, toltecas, teotihuacanos, aztecas y mayas antes de la llegada de los españoles comandados por Cristobal Colón y después Hernán Cortés, con quienes se produjo la mezcla de razas para producirse el mestizaje en la parte de Mesoamérica, y antes de la colonización, con el flujo migratorio de ingleses e irlandeses principalmente a América del Norte en los siglos XV al XVIII cuando formaron las Trece Colonias inglesas.
El origen del continente americano o América no se explica sin los flujos migratorios, la llegada, el tránsito, de grupos humanos nómadas que después se convirtieron en verdaderas civilizaciones, o de conquistadores y colonizadores que arribaron para establecerse y crear las sociedades y sistemas de gobierno que hoy integran los países del continente, por lo que puede decirse que negar la migración es negar el origen de nuestros pueblos, es antinatura a la esencia de América.
Hoy la migración es fenómeno ante el que se está reaccionando ambivalentemente, por un lado, con posturas nacionalistas xenofóbicas, como las de Donald Trump, y las humanísticas que entienden la migración como un derecho humano, aunque también la migración es utilizada como pretexto o tema discursivo de campañas electorales.
El propio Donald Trump es de abuelos alemanes que inmigraron a Estados Unidos en 1885 por parte del padre y de la madre nacida en las islas Hébridas en Escocia quien emigró en 1930 a ese país para obtener la nacionalidad norteamericana en 1942, sin embargo, como dándole la espalda a su origen, el presidente de Estados Unidos es hoy por hoy el icono más representativo de la antimigracion.
En perspectiva la migración es un fenómeno que ha hecho a la humanidad, ha creado pueblos, naciones, civilizaciones, culturas, idiomas, economías y Estados, es movimiento constante, oponerse a ella es por naturaleza anticivilizatorio y antihumano, por eso el muro de Trump y sus amenazas contra México para que detenga los flujos migratorios provenientes de Centroamérica son sólo una estratagema de su estrategia para elegirse y reelegirse como Presidente de Estados Unidos; son bravuconerías para crear falsas amenazas y polémicas de cara al anuncio que hará el próximo lunes en Orlando, Florida, de su postulación a la reelección presidencial. Donald Trump es hijo de migrantes, su rechazo a la inmigración a su país es discurso electoral.
Vuela vuela palomita y ve y dile: A ese copetudo de Trump que me cae bien, que se pase de listo dizque rechazando la inmigración, porque tampoco hay que ser hermanitas de la caridad, hay que ponerle orden al paso de las fronteras a la de arriba y a la de abajo, y que los gobiernos de México pa’bajo se pongan las pilas y generen oportunidades de empleo, seguridad y bienestar para toda su población.