Carlos Toledo Manzur
Septiembre 09, 2016
El manejo de la basura constituye un fuerte problema ambiental para Guerrero. La enorme mayoría de los residuos sólidos que se generan, no tienen un adecuado tratamiento y contaminan gravemente el medio ambiente. Especialmente crítica es la situación que guarda el municipio de Chilpancingo debido a que desde hace varios años el relleno sanitario que se encuentra al sur de la ciudad llegó al límite de su capacidad y no se ha logrado encontrar una alternativa para establecer un nuevo relleno sanitario que funcione adecuadamente para disponer correctamente las cerca de 400 o 500 toneladas diarias que la ciudad genera.
El esquema más atrasado de disposición de los residuos sólidos es el del tiradero, en el cual simplemente se destina un lugar determinado para depositar la basura sin cuidar que cumpla con los mínimos requisitos y sin evitar la contaminación que se genera en el suelo, los cuerpos de agua y el aire. Este es el esquema que por desgracia existe todavía en la mayoría de pueblos y ciudades de Guerrero, con honrosas excepciones como es el caso de Acapulco y otras pocas localidades.
Un esquema más avanzado es el del relleno sanitario, que se coloca en sitios que cumplan con ciertos requisitos ambientales, como el estar alejados de la mancha urbana y de cuerpos de agua y que tengan características topográficas, de suelo y geología que disminuyan los riesgos de contaminación; además, en el relleno sanitario se cubre el suelo con un revestimiento especial, a base de geomembrana, que impide que exista el paso de los fluidos que genera la descomposición de los residuos orgánicos (lixiviados) al suelo y al subsuelo, y se hace un manejo de la basura, mezclándola con tierra de tal manera que se evita por completo la contaminación.
Un esquema aún más avanzado, al que debemos aspirar, es aquel en el que se separa la basura en sus diferentes clases (orgánica, plástico, papel, vidrio, metales, etc.) de tal suerte que la mayor parte de ella se recicla y se vuelve a utilizar con lo que se generan ingresos económicos, y lo que llega al relleno sanitario para su disposición final, es una parte muy pequeña del total. Esta separación, reciclamiento y reuso de la basura se puede hacer de dos maneras; una de ellas es la separación en cada uno de los domicilios y su recolección separada, lo que sería el esquema ideal, pero es difícil de lograr ya se requiere de una gran conciencia y organización de la población, además de un sistema especial de recolección y manejo.
Otra alternativa es recibir en el relleno sanitario la basura sin separar y por medios industriales separarla, comercializar los diferentes tipos inorgánicos, y transformar la materia orgánica en energía y abono a través de diversos procedimientos. Esta última alternativa requiere la intervención de empresas especializadas que lleven a cabo las inversiones y apliquen la tecnología que se requiere, por lo que se necesitan acuerdos de largo plazo a través de concesiones que los gobiernos deben otorgar a esas empresas.
En el caso de Chilpancingo, se contaba con un relleno sanitario en el sur de la ciudad que aunque fue mal diseñado, mal que bien operó con deficiencias durante algunos años, pero que está hoy completamente rebasado, por lo que la ciudad se enfrenta a un grave problema.
En los últimos años se han buscado diversas alternativas en varios sitios para la construcción de un nuevo relleno sanitario, pero se han encontrado diversos problemas, entre los que destacan la inconformidad de las poblaciones cercanas. Recientemente, se ha elegido un terreno propiedad del Ayuntamiento de Chilpan-cingo, pero que se encuentra en el municipio de Tixtla, y se ha planteado la posibilidad de construir ahí un relleno sanitario intermunicipal, que dé servicio a Chilpan-cingo, a Tixtla y a Eduardo Neri. De entrada se está construyendo una celda de emergencia para resolver la necesidad inmediata de disposición de la basura en la capital del estado.
Sin embargo, este proyecto se ha enfrentado a la descoordinación y falta de acuerdo entre los alcaldes de Tixtla y Chilpancingo, ya que de entrada, el proyecto se planteó por parte del ayuntamiento capitalino sin consultar ni tomar en cuenta al alcalde de Tixtla y ahora este último ha manifestado su oposición a la iniciativa. Ya ha existido el intento de crear rellenos sanitarios intermunicipales en otras regiones, los cuales son más eficientes en el manejo de los residuos por ser de mayor escala, pero han fracasado debido al problema de la descoordinación y la falta de acuerdo de los alcaldes. Es triste que ante el grave problema de la disposición de la basura los Presidentes no sean capaces de ponerse de acuerdo ni siquiera para implementar las soluciones más elementales, cuando en este asunto y otros más deberíamos aspirar tener la capacidad política de acordar soluciones de fondo y enfrentar los problemas de manera madura y consistente, privilegiando el interés de la ciudadanía.