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Viernes 04 de Octubre de 2024

Guerrero, México

Opinión  

Xavier Carreto A.

El servicio de agua potable y las campañas electorales La escasez de agua en nuestro país, cada día transcurrido, es más difícil de resolver, entre otras cosas, por la aplicación de malas políticas públicas, por el despilfarro que de ella hacemos los usuarios, por el crecimiento de la población y la mayor urbanización que se … Continúa leyendo Xavier Carreto A.

Agosto 12, 2002

El servicio de agua potable y las campañas electorales

La escasez de agua en nuestro país, cada día transcurrido, es más difícil de resolver, entre otras cosas, por la aplicación de malas políticas públicas, por el despilfarro que de ella hacemos los usuarios, por el crecimiento de la población y la mayor urbanización que se da en nuestro ámbito nacional, por la falta de inversión, por el desperdicio propiciado por la obsolescencia de los sistemas de distribución.

Desde principios de la década de los setenta, ninguno de los cinco gobiernos que hemos tenido, desde Luis Echeverría hasta Ernesto Zedillo, ha conseguido revertir esta tendencia desastrosa en la administración de los servicios de agua potable. La explicación esencial a esta situación es que nadie en México paga el costo de este servicio, pues tampoco nadie la cobra. En Acapulco, por ejemplo, según lo ha señalado Gerardo Sierra, director de la CAPAMA, del 100 por ciento del agua producida, sólo 31 por ciento se factura (El Sur, número 1912, julio 19, 2002).

Más temprano que tarde, los mexicanos habremos de pagar por este despilfarro. Se estima que para resolver el problema del abasto de agua potable en nuestro país se requieren en los próximos diez años unos 60 mil millones de dólares. En Acapulco, también en opinión del ingeniero Sierra, se necesitan, en el mismo periodo, mil 678 millones de pesos.

Se calcula, por otro lado, que 12 de los 100 millones de mexicanos no tienen acceso al agua potable, y el doble carecen del servicio de alcantarillado. En nuestra ciudad 20 por ciento de la población carece del líquido; en tanto que 40 por ciento no cuenta con el servicio de drenaje.

Se comenta entre obreros de la industria de la construcción en Acapulco que han efectuado excavaciones en el suelo de nuestra ciudad, el hecho de que si una persona desea obtener agua le basta introducir un clavo en la tubería de conducción para que esta brote sin problemas. Y es que la red conductora del líquido en este puerto se encuentra tan deteriorada que frecuentemente se rompe, lo cual propicia la pérdida de más de 70 por ciento del agua que debería llegar a los hogares de las familias acapulqueñas.

La explicación fundamental de estas fallas es que la estructura por la cual se conduce el agua potable en nuestra ciudad tiene en promedio más de 50 años. Este desperdicio impide que llegue a todas las casas diariamente; sólo cuentan con este servicio cotidianamente 30 por ciento de la población; otro 50 por ciento lo recibe en forma tandeada y el restante 20 por ciento no cuenta con agua entubada en sus viviendas.

La falta de plantas de tratamiento de aguas residuales en varias zonas del municipio provoca que las aguas utilizadas y otros escurrimientos contaminen los cuerpos de agua dulce, siendo la laguna de Tres Palos la más afectada y con esto la economía de los pescadores de los pueblos ribereños. No menos grave es la contaminación de las aguas de la bahía de Acapulco, el principal activo turístico que tenemos. Además de la falta de plantas tratadoras de aguas negras, se requiere también cambiar la red hidrosanitaria, ya que ésta con cierta regularidad se rompe, también por su obsolescencia, como recientemente sucedió en la esquina de Cuauhtémoc y avenida Universidad.

La demanda de los ciudadanos acapulqueños por contar con estos servicios es reiterada una y otra vez al presidente municipal cuando éste visita algunas de las 400 colonias o 200 comunidades que forman parte del municipio de Acapulco. Preocupado por atender y resolver esta demanda de los acapulqueños, el alcalde envió al Congreso local una iniciativa de ley para convertir a la CAPAMA en una empresa mixta que permitiera la participación de capital privado, ante la falta de recursos públicos. Así, de esta manera, se podría resolver a fondo el abasto de agua potable y el saneamiento de las aguas contaminadas.

Sin embargo, nuestros legisladores locales, insensibles y sumisos, más preocupados por adivinar el pensamiento del Ejecutivo estatal, hicieron caso omiso a la propuesta del presidente Torreblanca, dejando la iniciativa dormir el sueño de los justos y que muchos acapulqueños sigan padeciendo la carencia del más importante servicio público.

Los legisladores locales, priístas en su mayoría, poco les importa atender las carencias de los ciudadanos a quienes dicen servir; están más interesados en que su partido pueda seguir ganando procesos electorales, aunque esto sea a costa de lucrar con las necesidades de los acapulqueños, pues nos quieren hacer creer, al igual que su candidato a la Presidencia Municipal, que el problema del abasto de agua se resuelve llevándoselas en pipa durante sus campañas políticas.

Contar con diputados locales al servicio de los guerrerenses y no del gobernador es una posibilidad al alcance de nosotros los ciudadanos el próximo 6 de octubre, reflexionar la emisión del sufragio es una responsabilidad relacionada con el bienestar de los pobladores de esta entidad.