Óscar Ricardo Muñoz Cano

El doctor en Desarrollo Regional y vicepresidente regional del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos, un organismo de la Unesco), Manuel Ruz Vargas, lamentó la venta y pérdida de lo que fuera el Centro Cultural Casona de Juárez, en el Centro de Acapulco, destacando que con ello se pierde además de una parte de la memoria histórica del puerto, un vestigio histórico del Acapulco del siglo XIX.
El otrora centro cultural, ubicado en la esquina que forman las calles Felipe Valle y Benito Juárez, se encuentra semiderruido, convertido en basurero y recién ha sido puesto a la venta por sus dueños, ofreciéndolo como terreno de 256 metros cuadrados a un precio de 5 millones de pesos, a tratar, debido a su céntrica ubicación.
En breve charla telefónica, relató que dicha construcción se hizo a finales del siglo XIX y “es un hito de la arquitectura vernácula de la arquitectura de aquel entonces y un referente para los acapulqueños”, además de que en su momento sirvió como centro cultural, hasta que fue abandonado por las autoridades hace más de 10 años.
“Los temblores, los huracanes y los políticos no han permitido que este tipo de construcciones permanezcan, sobrevivan”, criticó.
Tras lamentar que no hay manera de proteger por ahora la construcción, añadió que es urgente que se haga un registro de las edificaciones que pueden considerarse históricas en el puerto, para elaborar una ley de protección.
Ante este hecho, dijo que es una lástima “porque a la ciudad le hacen falta mitos, ese tipo de ilusión que se consigue con estas construcciones, que además son un viaje al pasado y nos proporcionan estímulos de identificación con nuestros antepasados”.
Además, añadió que “es un mito que ahí estuviera Benito Juárez, fue propuesta de un secretario de Turismo de México; de haber estado Juárez alojado en Acapulco fue en otro lado, en el mesón que había entonces, que estaba en otro lado.
“Con su destrucción se pierde uno de los últimos vestigios de cómo era el puerto a finales del siglo XIX y también una parte de la memoria histórica del puerto”.
Por su parte, el director de Cultura de Acapulco, Manuel Maciel Campos, lamentó la pérdida de la llamada Casona de Juárez, revelando que en diferentes administraciones hubo intentos por rescatarla, pero que las pretensiones por el espacio por parte de los dueños lo impidió.
Fue un proyecto exitoso en su momento, dijo en breve charla telefónica, “lo más triste de la casona es que se van perdiendo la arquitectura original del puerto; finalmente representa un recuerdo arquitectónico de Acapulco pero creo que ahí hubo una desmesura por parte de los dueños con respecto a las pretensiones por el inmueble”.
Además, el funcionario municipal reiteró que Benito Juárez no estuvo en dicha casa “y se ha comprado el mito de Benito Juárez, adicionándolo como plusvalía a un terreno, que no tiene”.
Se intentó rescatarla en otras administraciones, “y nos genera tristeza, porque además no hay un programa de preservación de la arquitectura acapulqueña”.
Asimismo, añadió que en este momento, “si bien entiendo la pérdida de un pedazo de la historia de Acapulco, me preocupa y me ocupa más la situación de la Escuela de Iniciación Artística, que no tiene una sede fija” y que está laborando de manera temporal en el Centro Cultural Progreso.