EL-SUR

Martes 23 de Abril de 2024

Guerrero, México

Cultura  

Desacataría las leyes de autor el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón de este año

Tiene la convocatoria una cláusula polémica que pide la cesión de todos los derechos, pero no especifica por cuánto tiempo. La administración estatal le falta el respeto a los creadores y a su obra con esas prácticas, señala la escritora Lauri García Dueñas. Ese apartado es “leonino”, porque “tú no puedes ceder el derecho de toda tu obra”, remarca el especialista en políticas culturales Javier Reyes

Oscar Ricardo Muñoz Cano

Abril 04, 2020

Oscar Ricardo Muñoz Cano

El Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón incluyó en su edición de este año –y que cierra su convocatoria el próximo 20 de abril– una cláusula polémica que señala que todo aquel que resulte ganador de dicho premio deberá ceder los derechos de su obra, sin mencionar el plazo de dicha cesión.
Ello podría contravenir a la Ley Federal de Derechos de Autor, que señala que los derechos de las obras son inalienables, imprescriptibles, irrenunciables e inembargables.
Dicha cláusula, la vigésima precisamente, de derechos de autor, señala que de ganar dicho premio, que consta de un estímulo de 500 mil pesos, “los candidatos otorgarán su autorización a las instituciones convocantes (Secretaría de Cultura federal y la del estado de Guerrero) para que realicen la reproducción, distribución y comunicación pública de su obra, así como para crear y divulgar obras derivadas, en caso de que resulte ganador”.
Así, y sin mencionar el límite de tiempo de dicha cesión, añade, se podrían realizar reproducciones de la obra o la creaciones y divulgaciones basadas en dicha obra ya sea libros, folletos, catálogos, animaciones, audiovisuales o cualquier otro tipo de material, siempre y cuando se tenga por único y exclusivo propósito “la promoción y difusión de la cultura y no se persiga ningún ni comercial”.
Esto es, obras derivadas que aunque no tengan fines comerciales, no pagarían regalías al autor.
En ese sentido, el Artículo 24 de la Ley Federal de Derechos de autor establece que “en virtud del derecho patrimonial, corresponde al autor el derecho de explotar de manera exclusiva sus obras, o de autorizar a otros su explotación, en cualquier forma, dentro de los límites que establece la presente Ley y sin menoscabo de la titularidad de los derechos morales a que se refiere el artículo 21 de la misma”.
Dicho artículo a su vez establece un catálogo de derechos morales que están unidos al autor y que van desde determinar si su obra ha de ser divulgada y en qué forma o la de mantenerla inédita, modificarla o retirarla del comercio.

Una clausula leonina, opinan

Al respecto, la dramaturga Lauri García Dueñas declaró que “esta administración está perdiendo de vista el respeto tanto a los creedores como a la creación artística, y esto es un síntoma que es ya estructural”.
En breve charla telefónica, quien recientemente puso en cartelera Mamífera con los actores Leonardo Cuesta y Paola Gudiño, agregó que si bien el premio es grande, no basta para abarcar la obra de autores consagrados como Sabina Berman, por ejemplo, y hacer con ella lo que las instituciones deseen.
Esta convocatoria tiene como una especie de error técnico hacia lo jurídico con los derechos de autor, dijo luego de leerla, y que no indica la temporalidad de la sesión de derechos; “toda tu obra no la puedes consignar al servicio de una secretaría por tiempo indefinido”, resaltó.
“Siento que es más bien una cuestión estructural, esto es el culmen de varios sexenios en los que se está desconociendo la naturaleza y la trascendencia de la creación artística”.
Por su parte, el doctorante en Bienestar Social y Políticas y Derechos Culturales por el Boston College, Javier Reyes Martínez, comentó que “de manera habitual cuando tu publicas algo no cedes los derechos de autor sino de explotación, y sí así está en la convocatoria, es una cláusula leonina porque tú no puedes ceder el derecho de toda tu obra”.
Y agregó , “aunque fueran 500 mil pesos me parece abusivo; la cantidad es buen, un buen premio pero le das facultad a estas instituciones para que hagan con tu obra lo que quieran”.
“Además no dice por cuánto tiempo y eso es excesivo”.
Del mismo modo, dijo, “si las condiciones fueran para difundir la obra, podría ser, pero, por ejemplo, para transformarla algo más, ahí me parece un abuso, son otra forma de explotación de la obra”.
Esa es una clausula, añadió, “muy conflictiva y no muy clara no sólo para dramaturgos sino incluso para cualquier artista, para cualquier escritor”.
En ese sentido, el escritor y maestro en Ciencias Políticas Ricardo del Carmen, aceptó que efectivamente es una cláusula que está mal hecha, pues además no tiene límite de tiempo.
“Esa cesión de derechos debería tener un límite”, ya que no es lo mismo la obra de un joven dramaturgo que la de uno consagrado con varios años de carrera.
“Cuál es el real uso que se le va a dar a la obra”, cuestionó reiterando que dicha clausula debe tener un límite de la explotación de la obra.
“Un artista no va a vivir sólo de esos 500 mil pesos para adelante, a menos que limiten eso, el límite de tiempo, y entonces sí, todo tendría sentido”.