EL-SUR

Lunes 16 de Junio de 2025

Guerrero, México

Cultura  

Fallece la destacada pintora guerrerense Julia López, en Milán, Italia, a los 89 años

Se desconocen las causas del fallecimiento de la artista originaria de Ometepec

Abril 08, 2025

Julia López durante una exposición de su obra en Acapulco Foto: El Sur

Óscar Ricardo Muñoz Cano

La pintora guerrerense Julia López falleció el pasado domingo 6 de abril en Milán, Italia, donde vivió los últimos años en compañía de una de sus dos hijas, Juliana; tenía 89 años de edad.
Así lo dieron a conocer amigos de la oriunda de Ometepec, en la Costa Chica del estado, en las redes sociales, lamentando el hecho y recordando su vida y su obra, desconociéndose al cierre de la edición las causas de su fallecimiento.
“De los afrodescendientes en México, ella es la artista plástica más importante”, señaló en su oportunidad el crítico e historiador de arte Juan Rafael Coronel, hijo del artista plástico Rafael Coronel y de Ruth Rivera, hija de Diego Rivera.
Nacida el 1 de enero de 1936 en Comaltepec, una comunidad cercana a Ometepec, Julia López González fue una de ocho hijas de un matrimonio de campesinos con ascendencia africana y amuzga.
Con sólo 13 años, emigró a Acapulco y luego a los 16 a la Ciudad de México, donde conoció a Frida Kahlo, quien la recomendó como modelo de artistas en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda y luego en la Academia de San Carlos.
Así fue cómo, sin quererlo, se integró a mediados del siglo pasado al grupo de artistas plásticos de la época: Diego Rivera, Chucho Reyes, Francisco Zúñiga, Carlos Orozco Romero, Francisco Corzas, Pedro y Rafael Coronel, Raúl Anguiano, Lauro López, Mario Orozco Rivera, Alberto Gironella y hasta un muy joven José Luis Cuevas.
Fue con el apoyo de tales personajes, vueltos amigos y tutores con el paso tiempo, que se inclinó por la pintura de manera autodidacta, consiguiendo su primera exposición en 1958 en una galería de la Zona Rosa, en la Ciudad de México y de ahí, para el real.
De su estilo destacó el uso del óleo sobre tela o las técnicas mixtas para plasmar sus experiencias de cuando crecía en la Costa Chica de Guerrero: figuras de piel oscura –casi siempre mujeres–, vestidos de flores y escenarios tropicales, exaltando los placeres simples de la vida.
Es considerada un ejemplo de la generación de pintores que comenzaron a alejarse de la tradición artística muralista en México.
Su obra se expuso individual y colectivamente en México, Estados Unidos y Europa, además de que gran cantidad de sus cuadros se encuentran en la colección de más de 40 museos y galerías y en numerosas colecciones privadas.
Además, fue reconocida con premios como el del Salón de la Plástica Mexicana donde expuso en 1963, 1967, 1969 y 1972 o el New Vales Prize de la Fine Art Gallery de California, en Estados Unidos.
En marzo de 2016 se le hizo un homenaje en Guerrero, por parte del entonces gobierno de Héctor Astudillo Flores, y se expuso en la Gran Galería del Centro Cultural Acapulco una muestra de su obra; en octubre de 2019 su trabajo fue parte de la muestra de artistas guerrerenses en la edición 47 del Festival Internacional Cervantino, y en enero del 2020 en la Casa de México en España se presentó, también con apoyo del gobierno estatal de Astudillo Flores, la exposición Panoramas de Guerrero con obras de pintores guerrerenses, entre ellos la propia Julia López.
Fue en enero de 2018 la última vez que su trabajo se mostró en Guerrero; bajo el nombre Trazos del Sur compartió espacio con más artistas del estado –Irma Palacios, Ana Barreto, David de León, Gerardo León Naranjo y Jorge Alfaro, entre otros– en el Museo de las Siete Regiones.
A la fecha, tres son los libros existentes sobre su vida y obra: Los colores mágicos de Julia López (1995), Fiori e Canti, Nella Pittura di Julia López (1996, en italiano) y Dueña de la luz (1998).
Hasta marzo del 2021 vivió en la capital del país y posteriormente viajó a Milán, Italia, con una de sus dos hijas que le sobreviven –Juliana y Azul– y donde continuó trabajando.

Los artistas de antes tenían un compromiso social

En charla para El Sur en 2016 con motivo de un homenaje del gobierno de Guerrero bajo el nombre de Pinceladas de historia y al que acudiría un centenar de personas tan sólo a la inauguración, la pintora aseguraba que eran muchísimos los recuerdos, a la distancia y el paso de los años, los que atesoraba en su mente como un libro del México que ya no es, y que había una diferencia entre aquel México que vivió, lleno de intelectuales y artistas con compromiso social, y el de ahora.
“Desde luego, ha habido un cambio increíble, era otro México, el México de ayer era maravilloso, la gente era muy amable, compartida, acariciable y ahora no se ve nada de eso. Escritores, poetas, periodistas, pintores, escultores, toda una vida artística muy rica y muy compartida” (El Sur, edición del 23 de marzo, 2016).
Además, destacaba que la comunidad cultural y los intelectuales eran protagonistas sociales, y “eran gente dedicada a su trabajo”.