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Sábado 07 de Septiembre de 2024

Guerrero, México

Cultura  

Indaga el periodista Jaime Bayly, a propósito de la FIL, sobre el puñetazo de Vargas Llosa a García Márquez

Explora la razón del ojo morado con el que quedó el colombiano, dice el escritor, que presenta su libro Los genios en el encuentro libresco de Guadalajara

Diciembre 01, 2023

Quizás si Vargas Llosa “me hubiera dicho por qué le pegó, yo no habría escrito la novela”, dice Bayly Foto: Rodrigo Moya, recuperada de internet

Agencia Reforma

Ciudad de México

Hace casi 40 años, en un viaje por las playas de Paracas, en Perú, el periodista Jaime Bayly le preguntó a Mario Vargas Llosa la razón detrás del puñetazo más famoso de la literatura latinoamericana del siglo XX.
A pesar de estar en confianza, el futuro Premio Nobel se rehusó –como lo ha hecho siempre– a explicar por qué ese día de febrero de 1976, en la Ciudad de México, decidió asestar una trompada en el rostro a quien había sido su amigo íntimo, el también gigantesco escritor Gabriel García Márquez.
Un evento que vive en la memoria popular, sobre todo, por la famosa foto del Nobel colombiano, sonriente y con el ojo morado, tomada por Rodrigo Moya, en La Jornada, pero sin que jamás fuera aclarado el motivo de semejante hematoma.
“Quizás si él (Vargas Llosa) me hubiera dicho por qué le pegó, yo no habría escrito la novela”, contesta al respecto Bayly, con una copia de su libro Los genios (Galaxia Gutenberg) sobre la mesa, de visita en Guadalajara.
“Pero no me lo quiso decir, me dijo: ‘No, de ese tema no voy a hablar, ni ahora ni nunca; que eso lo investiguen mis biógrafos’, y entonces eso me invitó a investigar. Yo sentí que fue una invitación amable, aunque levemente ofuscada”, recuerda.
Una invitación que Bayly (Lima, 1956) se tomó tan seriamente que, desde entonces, comenzó una parsimoniosa labor de reporteo que culminó, décadas después, en su más reciente novela.
Un libro que va a presentar hoy viernes, a las 21:00 horas, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y en el que su autor ofrece su hipótesis final de por qué ocurrió ese desencuentro definitivo entre los dos ‘genios’ del Boom Latinoamericano.
“Cuando se lo pregunté a Gabo, años más tarde, en una fiesta en Washington DC, Gabo se moría de la risa, a diferencia de Vargas Llosa, recuerda también.
“Gabo no tenía problemas en hablar del tema, y me decía: ‘Es que yo no me peleé con él, él se peleó conmigo’, y luego aconsejó: ‘Habla con mis amigos, ellos te van a contar’”.
Bayly, quien es uno de los periodistas televisivos más reconocidos en varios países de Latinoamérica y la comunidad latina de Estados Unidos, se valió entonces de sus programas de entrevistas para seguir el consejo de García Márquez (1927-2014).
Así, una vez que se apagaban las cámaras, con un trago de por medio en algún bar, preguntó sobre el célebre puñetazo a la pléyade de autores del entorno inmediato de los involucrados: Carlos Fuentes (1928-2012), Álvaro Mutis (1923-2013), Jorge Edwards (1931-2023) y Plinio Apuleyo Mendoza (1932).
“Y la versión de los cuatro coincidía con la versión, incluso, de la familia de Gabo. O sea, para decirlo suavemente, que se trataba de un malentendido, que Mario había pensado que habían ocurrido unas cosas que en realidad no habían ocurrido”, asegura, cuidándose de no vender trama de más.
Un dramón, sí, como de novela, que involucra una noche de copas en una discoteca de Barcelona, una traición amorosa que resultó en un despecho justificado y la sospecha de una infidelidad imperdonable.
No obstante, con las fuentes de lujo que consiguió, Bayly se dio cuenta pronto de que ese libro, en el que cada personaje aparece con nombre y apellido, superaba por mucho un mero exabrupto de violencia y celos entre dos amigos.

De carne y hueso

“El título es una declaración de amor”, resume Bayly sobre esas dos sencillas, pero contundentes, palabras: Los genios.
“Es un tributo, es un homenaje. Podría haberse titulado ‘El puñetazo’, o ‘El golpe’, o ‘La traición’, pero yo quise llamarlos ‘genios’”, explica.
Y es que uno de los temas subyacentes del libro se refiere a esa división difusa, a menudo incómoda, entre un artista y su obra, ejemplificada aquí por la vida, a veces desparpajada o errática, de los autores de clásicos modernos como Conversación en La Catedral y Cien años de soledad.
“¿Dónde está la genialidad? No cabe duda: no en sus vidas privadas, amorosas; ahí no está. Está en su obra, y yo he leído esas obras, las de Mario y Gabo desde muy jovencito, y soy un escritor porque primero fui un lector de ellos, entre otros, de manera que yo me debo a ellos como escritor”, reflexiona Bayly.
Esta contraposición entre vida y obra, de acuerdo con el periodista peruano, se ve simbolizada poderosamente por el incidente en el que ambos autores se vieron envueltos.
“Yo he humanizado a esos genios, he querido retratarlos en su dimensión más vulnerable, más humorística, más pueril. Quiero decir que el puñetazo no fue genial, el puñetazo fue una tontería, fue una idiotez, un arrebato, un exabrupto de machismo”, apunta.
“Lo que la novela tal vez ha querido ilustrar, desde el puñetazo, es que a menudo los genios artísticos, en sus vidas privadas, son nada geniales”.
Se trata, además, de un recuento biográfico y literario muy preciso de una amistad que nació en el momento crucial en que Vargas Llosa era ya un escritor estrella, habiendo tenido enorme éxito con su primer libro, La ciudad y los perros (1963), y en el que García Márquez no había corrido con la misma suerte con sus primeros tres libros: La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1961) y La mala hora (1962).
“Quizá no lo parece, pero es una novela que no va solamente de Mario y de Gabo, recrea una época, es el fresco de una época, de una década”.