“No podemos permanecer impávidos frente a una realidad que nos está rebasando”, plantea Graciela de la Torre, que invita a foro en línea para replantear la función de los recintos
Erika P. Bucio / Agencia Reforma Ciudad de México
Septiembre 03, 2020
Erika P. Bucio / Agencia Reforma
Ciudad de México
A decir de Graciela de la Torre, resistencia y activismo marcarán el trabajo de los museos en la era Covid-19.
Desde la Cátedra Internacional Inés Amor de Gestión Cultural de Cultura UNAM, que la gestora cultural encabeza, llama a la participación del foro en línea Desnormalizar al museo, una oportunidad de reflexión ante la actual contingencia sanitaria a llevarse a cabo del 7 al 12 de septiembre.
De la Torre, ex directora del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC), el Munal y el Museo Nacional de San Carlos, ya no quiere hablar de la “política austericida” del gobierno, sino de una oportunidad de autocrítica y reconfiguración de las instituciones ante la sociedad de la pospandemia.
En entrevista, llama a un “activismo museal” que ya se ha visto sobre todo en recintos de la UNAM, como en la exposición M68, Memorial 1968, en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, sobre los movimientos sociales, o la muestra que Ai Weiwei montó en el MUAC, Restablecer memorias, donde el artista y activista chino exploró las consecuencias de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.
“¡Activismo!”, exclama De la Torre: “No podemos permanecer impávidos frente a una realidad que nos está rebasando. Tenemos que hacer activismo, absolutamente. Resistencia y activismo. Y tiene que ver con la necesidad (de los museos) de replantear su papel y reconformar sus propósitos hacia la sociedad para dinamizar relaciones más justas, para hacer espacios de debate, de reflexión y para una programación que contribuya a la justicia y el bienestar social”.
Los museos se enfrenta al reto de replantear su papel ante un mundo que, tras la pandemia, De la Torre juzga más parecido a la posguerra.
“Este museo ‘normal’ ya no va a existir. Hay que desnormalizarlo porque muchos ya no lo queremos (así). El museo se va encontrar un mundo, al menos en nuestro país, lleno de violencia, inequidad e injusticia, y va a tener un papel más potente que antes para reconformar sus propósitos hacia la sociedad y dinamizar relaciones justas (…) no nada más ofrecer discursos hegemónicos. Esos tenemos que guardarlos en el cajón”.
El foro que organiza reunirá a curadores, directores de museos y funcionarios, entre ellos Selma Holo, Alejandro Burgos, William Harris, Pablo Martínez, Mariana Munguía, Adrián Pacheco, Gabriela Rangel y Andrés Roldán.
La sesión inaugural lanzará la pregunta “¿Qué ganaron los museos?”, con la participación de Dolores Beistegui, directora del Papalote, Museo del Niño, y Américo Castilla, de la Fundación TyPA de Argentina, bajo la moderación de la propia De la Torre.
“Yo hubiera pensado: ¿Qué perdieron (los museos)? Perdimos cercanía y creatividad, el pensamiento crítico”, ahonda la gestora. “¿Y qué podemos rescatar del museo anterior a esta era? El trabajo con comunidades, rescatar una economía. Esta época es una oportunidad para plantear una nueva manera de de gobernanza, de relación con las políticas públicas y entender que perdimos y qué ganamos”.
También el futuro de los recintos interactivos será examinado en una sesión que reunirá a María Emilia Becerril, directora de Universum; Andrés Roldán, del Parque Explora de Medellín, Colombia, y William T. Harris, director del Houston Space Center.
Otro tema a tratar es el futuro de la curaduría.
La pandemia, según De la Torre, sacudió también el lugar hegemónico del curador, quien solía ser el “árbitro del gusto”.
“(Esta figura) tenía un lugar hegemónico sobre todo en los museos de arte contemporáneo y moderno. Va a tener que cambiar su labor; ya cambió durante el confinamiento porque ya no tenía la hegemonía, la tenían los programas que se acercaban a los públicos de otra manera”.
Incluso, De la Torre habla de una “museografía Covid” que pondrá un “corsé” a los discursos porque el espectador, al menos al principio, no va a poder interactuar como estaba habituado. Ya, por ejemplo, el Museo del Palacio de Bellas Artes debió ajustar la museografía de El París de Modigliani, que abrirá al público el martes 8.
Además, plantea la gestora, el curador se encontrará con fuentes de financiamiento escasas y lo obligará a replantear proyectos, “muy lejanos de la grandilocuencia”.
Estar en línea, opina, trajo una democratización de la cultura al llegar a más audiencias, y el “museo se entronizó” dentro de las casas.
“El papel más importante del museo es construir de la mano de la sociedad un futuro mejor”, zanja De la Torre.