Xavier Rosado * Empleados sindicalizados del INAH que prestan sus servicios como custodios en el Fuerte de San Diego y en el Departamento de Servicios Educativos del mismo, manifestaron inconformidades por medio de cartulinas que colocaron a la entrada del museo histórico.Dichos anuncios exigían la solución a varios problemas que, según un representante de este grupo que prefirió permanecer anónimo, se han suscitado a partir de una comunicación nula entre los sindicalizados y la directora del museo, Julieta Gil Elorduy.En los carteles se leían: “Exigimos la solución a nuestros problemas, no burlas”; “Basta de falta total de diálogo laboral entre directora y trabajadores”; “Que la directora asuma sus obligaciones”; “No, al trato diferenciado”; “Basta de la ausencia de la directora”; “Solución al reglamento interno de eventos”; “Ya no queremos promesas, sino soluciones a los problemas laborales”.Entre otras cosas, los empleados sindicalizados exigen la destitución del administrador del Fuerte de San Diego, Conrado Jurado Palomino, por haber incurrido en varias irregularidades y por haber afectado en sus percepciones económicas a los empleados.También pidieron que se les reconozca sus logros por medio de notas meritorias y que se les dé el respeto correspondiente.Además exigieron la presencia de las autoridades centrales del INAH y que se les dote de los materiales necesarios para ejecutar sus funciones.En las pancartas exigieron participar en el proyecto multimedia que actualmente se efectúa en el fuerte. Uno de los empleados indicó que el centro estatal INAH les ha cancelado dos veces la reunión con la dirección. Además, dijeron que habían requerido un diálogo a la directora y que no obtuvieron respuesta.“La directora ha evadido toda relación laboral con nosotros y si algún problema surge lo resuelve por medio del administrador quien a su vez, finca la responsabilidad en la directora y así se van echando la bolita entre ellos y no resuelven nada”, dijo un trabajador. Agregó que el administrador no les había entregado su bono por asistencia y puntualidad, que les corresponde cada seis meses, entre otras irregularidades, como la negación de permisos y vacaciones.La directora a su vez, replicó indirectamente que el museo es incluyente en todas sus actividades y que estaban buscando la forma de poder abrir las puertas del museo por las noches.También dijo que estaba próxima una reunión con las autoridades del centro INAH y los trabajadores para una plática de “convergencia”.