En el segundo día de plantón que realizan promotores culturales para exigir la creación del Instituto de Arte y Cultura Indígena frente a la sede del Palacio de la Cultura donde se encuentran las oficinas del Instituto Guerrerense de la Cultura (IGC), el hijo de la directora de Galerías y Arte de la dependencia estatal, Marisela Lara ordenó cerrar la puerta posterior al inmueble y solicitó resguardo policiaco para impedir el ingreso al edificio.
Esta acción fue criticada por trabajadores y ciudadanos que tuvieron dificultades para ingresar a realizar sus labores o algún trámite en este edificio público donde se mantiene bloqueada desde el miércoles la puerta principal por un grupo de manifestantes que permanecen en huelga de hambre y colocaron mantas en la fachada del inmueble, así como un temazcal en plena plaza cívica Primer Congreso de Anáhuac.
Por su parte, el representante del grupo cultural Calpulli Tecuanichan, Gelacio Gatica Sánchez señaló no han recibido respuesta de las autoridades estatales y advirtió que permanecerán en este lugar y podrían radicalizar sus protestas.
“Porque en caso de que el gobierno del estado no defina su postura sobre la propuesta que presentamos 98 organizaciones culturales, la Comisión Nacional para el Desarrollo de Pueblos Indígenas (Conadepi), cancelará el apoyo de los 5 millones de pesos que tiene autorizados para el instituto”, aseveró Gatica Sánchez.
En este segundo día de plantón, los promotores culturales continuaron protestando de manera pacífica elaborando artesanías, repartiendo volantes para difundir su movimiento y dando terapias por medio de baños en temazcal.
Mientras que el hijo de la directora de Artes y Galería del Palacio de la Cultura, Carlos Lara, quien es señalado por los trabajadores del IGC de cobrar sin trabajar, solicitó desde temprano a la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana resguardo policiaco y ordenó a los policías del estado que se apostaran en la puerta posterior del ex palacio de Gobierno.
Esta acción impidió que los ciudadanos y trabajadores del IGC ingresaran libremente al edificio público y fue considerado por los propios trabajadores como un acto arbitrario del hijo de la funcionaria estatal por tomar decisiones a pesar de que no es trabajador del IGC.
Durante la visita del pintor José Luis Cuevas el 10 de marzo para inaugurar la galería que lleva su nombre, Carlos Lara pidió a un policía estatal que se colocara frente al artista para que la gente que se le acercaba a pedir autográfos “no le fuera a quitar el aire”.
También de manera arbitraria intentó en varias ocasiones terminar con la entrevista que reporteros hacían al pintor, alegando que a la mañana siguiente habría una conferencia de prensa.