EL-SUR

Viernes 19 de Abril de 2024

Guerrero, México

Cultura  

Otorgan a Enrique Mijares el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón 2020

El literato duranguense ha pugnado por la descentralización del teatro. En su obra hay piezas que van desde Villa y los hermanos Revueltas al Niño Fidencio

Redacción

Mayo 22, 2020

 

El dramaturgo, editor, narrador y poeta mexicano Enrique Mijares fue seleccionado como ganador del Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón 2020.
Así lo dio a conocer anoche la Secretaría de Cultura (Secultura) federal en un comunicado en el que destaca que el jurado estuvo formado por los artistas Ximena Escalante Muñoz, Ricardo Pérez Quitt y Petrona de la Cruz.
Dicho jurado, añade el breve texto, decidió por unanimidad otorgar este galardón por la trayectoria de Enrique Mijares, según se asentó en el acta de deliberación.
Asimismo, no se menciona fecha de ceremonia entrega del premio –que se lleva a cabo en colaboración con la Secultura de Guerrero– cuyo monto es de 500 mil pesos.
Enrique Armando Mijares Verdín (Durango, 1944) es doctor en Letras Españolas por la Universidad de Valladolid, España y profesor de tiempo completo en la Universidad Juárez del Estado de Durango desde 1991.
Es el encargado del Taller de Teatro Universitario y del Proyecto Editorial Espacio Vacío, en el cual publica la colección de dramaturgia Teatro de la Frontera.
En 1977 fundó y dirigió el taller Espacio Vacío, con el cual ha realizado más de un centenar de montajes que se han presentado en distintas ciudades del país y del extranjero, y obtenido numerosos premios nacionales e internacionales y ha coordinado cerca de 60 talleres de dramaturgia en distintas ciudades del país, así como en Costa Rica, Colombia, Argentina, Irlanda y España.
Ha publicado más de medio centenar de obras de teatro (40 estrenadas) y numerosos libros, ensayos y prólogos sobre dramaturgia y teoría teatral.
Durante su carrera ha recibido numerosos reconocimientos, entre los que destacan el Premio Internacional Tirso de Molina 1997, entregado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo por su obra Enfermos de esperanza y la Medalla Xavier Villaurrutia que le otorgó el INBAL en 2003 por su trayectoria dedicada al teatro.

Trabajo por el norte

En una entrevista con el dramaturgo catalán Ricard Salvat para la revista Raco, habló sobre el trabajo teatral más allá de la Ciudad de México.
–Están pasando cosas muy importantes en muchos estados y tú eres uno de los protagonistas de esta descentralización.
–Sí, tengo fama de estar en contra de este centralismo. No soy muy bien visto por los chilangos que vienen de la Ciudad de México, sobre todo por los que nos encontramos en las muestras nacionales. Esto ya no es nuevo. Hace mucho tiempo atrás que yo decidí regresar a mi lugar de origen para, desde ahí, conquistar un público, trabajar por la zona norte, por toda esta región norteña del país.
En la charla, explica que decidió regresar a trabajar a su natal Durango porque quería generar público “cuando yo regresé hacíamos seis meses de ensayo, dábamos seis funciones con seis personas en el público en cada ocasión. Entonces dije: ‘aquí de lo que se trata es de conseguir que la gente entre en este convivio que es el teatro, cuyo surgimiento es desde su mismo origen social. “Ahora asisten siempre”. En la Universidad de Juárez del Estado de Durango, yo tengo a mi cargo el taller de teatro, Espacio Vacío se llama el grupo que yo dirijo. Hemos montado, en el transcurso de los veinticinco años que llevo trabajando para la universidad, unas 100 obras distintas. Aparte de eso, como yo estaba haciendo la investigación sobre los auto res del norte, iba a los congresos y entonces me decían ‘suena muy bonito esto de estos autores pero ¿quiénes son? ¿cuáles son sus obras?’ y me dediqué a publicar los textos de esos autores.
En esa entrevista, recordó que “una coordinadora de teatro nacional, María Elena Martínez Tamayo, que era subcoordinadora de Teatro del INBA, me dijo: ‘Ustedes en provincia lo que tienen que hacer es montar obras de teatro mexicano’. Dije: ‘Bueno, ¡una cosa que ustedes no hacen en el centro! Pero en fin, es cierto’.
“A partir de entonces, son prácticamente obras mexicanas, obras norteñas, y yo he escrito bastantes textos refiriéndome a cuestiones históricas y geográficas de Durango. He escrito sobre Francisco Villa, sobre los hermanos Revueltas, sobre Dolores del Río, sobre el Niño Fidencio, que es un apartado interesante de la santería, de los santones que hay en el norte del país. Entonces, el proyecto editorial se ha ido construyendo de manera paralela a la actividad de puestas en escena”.