EL-SUR

Miércoles 24 de Abril de 2024

Guerrero, México

Cultura  

Se desmarca el acapulqueño Julián Herbert de la adaptación al teatro de su novela Canción de tumba

Asegura el escritor que no participó en el trabajo que se estrena este lunes en el Centro Cultural del Bosque, de la Cdmx. “Le están partiendo la madre” a la cultura, dice sobre la extinción del presupuesto al sector en Acapulco y de las reducciones a nivel federal

Junio 05, 2021

El guerrerense asegura que el trato para adaptar Canción de tumba como obra de teatro fue gestionado por su agente en España Foto: Tomada de Facebook

Carlos Rosas

El escritor acapulqueño Julián Herbert (1971) se deslindó de la adaptación de su novela Canción de tumba al teatro, porque no participó en el proceso de la adaptación de su texto autobiográfico y porque “tiene este pliegue de metaficción que es muy complicado de adaptar”.
Canción de tumba narra la vida de Guadalupe Chávez, trabajadora sexual y madre del narrador, que falleció de leucemia y a quien Herbert cuidó en el último tramo de su vida.
La directora y actriz Belén Aguilar, de la compañía teatral El Mirador, de la Ciudad de México, encabeza el proyecto unipersonal titulado Flores negras del destino nos apartan, que se estrena este lunes en el teatro El Galeón del Centro Cultural del Bosque (El Sur, edición del 1 de junio).
En entrevista con El Sur, el escritor señaló que “la adaptación de la novela es un proyecto que le propusieron en realidad a mi agente en España, y ya lleva mucho rato, lo que pasa es que se paró por la pandemia. La verdad me da gusto (la adaptación) aunque al mismo tiempo sí siento que para mí, no me imagino cómo le habrán hecho porque es un proyecto difícil de adaptar, yo tomé una decisión sobre el libro, desde hace tiempo, que es que si alguien decidía adaptarlo a cine o a teatro, no lo iba a bloquear, porque no me corresponde, finalmente es un material que está ahí, pero la verdad no me imagino cómo vaya a quedar, y sobre todo en un espectáculo unipersonal. No es un trato en el que haya participado de manera directa.
Sobre si tuvo alguna injerencia en la adaptación de su libro, con el que ganó el español Premio Jaén de Novela en 2011 –la primera vez que lo ganó un mexicano–, remarcó que no participó en el proceso de la adaptación al teatro, “incluso, yo había platicado antes con un colega –del que me gusta mucho su trabajo– y habíamos planteado la posibilidad de hacer una adaptación juntos, pero eso no prosperó, fue una idea que anduvo flotando por ahí con (el dramaturgo) Enrique Olmos de Ita, pero no lo hicimos, y en este proceso no tuve ninguna participación, de hecho, me sorprendió un poco, porque no sabía que se había hecho un espectáculo unipersonal, se me hace curioso porque para mí, porque para mí, en realidad la protagonista de la novela es Guadalupe; fue una sorpresa para mí”.
–Cuando veas la obra sobre Canción de tumba, siendo una novela tan personal, ¿qué crees que pueda ocurrir en ti tras ver la versión en el escenario?
–De entrada, no estoy muy seguro de si voy a ver la obra. No quiero bloquear los trabajos de otros artistas, me parece que el trabajo de otros artistas debe ser libre, circular, y si parten de un texto mío, me parece bien, yo no voy a detener eso. Ahora, no estoy muy seguro de ir a verla, no porque dude de la calidad, pero precisamente porque se trata para mí de un texto tan personal, no estoy muy seguro de querer verla en el teatro, no sé si me voy a sentir un poco raro, por el momento no tengo planes de ir a verla, no sé si en otro momento quizá lo haga,
En algún caso ha habido por ahí una propuesta para adaptarla a cine (pero) a mí me parece que es texto difícil de adaptar, porque me parece que el relato se puede adaptar, pero la forma en la que está desarrollado, que tiene este pliegue de metaficción creo que es muy complicado de adaptar, entonces, la verdad no sé, prefiero por el momento mantenerme alejado del proyecto.

Política cultural

–La administración local eliminó el presupuesto para actividades de la Dirección de Cultura de Acapulco. Es decir, cero pesos para las actividades culturales del municipio, excepto el pago de salarios de quienes trabajan en la dependencia. Qué opinas de ello.
–Lo primero que tengo que decir, y sí me es muy importante decir esto, es que luego la banda de Acapulco se me enoja si yo opino o escribo sobre Acapulco, que es algo que se me hace como raro, me tachan de “chilango” porque no vivo en la ciudad, hasta el Vite (el escritor Federico Vite, columnista de El Sur), que es mi broder el otro día se encabritó por la crónica que escribí sobre Acapulco.
“Entonces, para mí es un poco raro opinar sobre eso, porque Acapulco es mi pueblo y lo adoro, pero al mismo tiempo no quiero tampoco moverle el agua ahí a la banda, que ellos tiene su perspectiva y tienen mucho más claro lo que está pasando, sobre todo en la política cultural.
“Ahora, dicho eso, sí me parece que no sólo en Acapulco, sino visto en el contexto nacional, le están partiendo la madre al proyecto de cultura del país, y sí me parece muy preocupante que las instituciones hayan perdido un lugar que tenían en el ámbito de lo cultural, y lo que se me hace más rudo en esta época, en este momento, es que esto suceda cuando muchos de los instrumentos que hubo para la cultura los construyó el enemigo, porque yo sí creo que el discurso neoliberal y el capitalismo salvaje han sido una chinga para este país, pero también creo que la visión de la izquierda en México, de muchas instituciones recientes, ha sido desmantelar el proyecto de cultura”.
Estos hechos le parecen algo “muy triste, aunque también lo que creo es que mientras sigamos a merced de las prebendas corporativas, de cualquiera de los partidos, que es algo que es un invento del PRI pero que lo utilizan ya todos, mientras sigamos en ese son de las cosas, pues no van a llegar a los puestos de cultura personas claves, con una visión de cultura, lo que tienen es una visión de la burocracia y de un dictado que no obedece a las políticas culturales, que obedece a cómo hacer ingeniería electoral, exclusivamente”.