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Miércoles 24 de Abril de 2024

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Arrestan al rapero catalán Pablo Hasél y se desatan las protestas en España; 33 heridos

En Cataluña hubo enfrentamientos entre miles de manifestantes y policías, quema de contenedores y vehículos, que dejaron 15 detenidos. “¡Muerte al Estado fascista!”, arenga el cantante cuando lo metieron a la patrulla. La detención del artista es una “vergüenza”, critica Amnistía Internacional

Febrero 17, 2021

Arriba, una de las protestas en Barcelona tras el arresto de Pablo Hasél, captado abajo cuando lo suben a la patrulla, luego de sacarlo de la Universidad de Lleida, donde se había refugiado Fotos: Tomadas de Internet

Redacción / Europa Press

Madrid

La policía de Cataluña arrestó el martes en la mañana al rapero Pablo Hasél, férreo crítico de la monarquía y el Estado español, tras una sentencia que causó amplio rechazo, por ser considerada una violación a la libertad de expresión. Horas más tarde, miles de manifestantes tomaron las calles de varias ciudades catalanas para exigir la liberación del cantante. Se reportan 33 heridos y 15 detenidos.
Unos 250 agentes antidisturbios llegaron a la Universidad de Lleida, en Cataluña, España, la mañana del martes en 20 furgonetas para aprehender al joven, que se había atrincherado en la institución luego de que el viernes venció el plazo para que entrara voluntariamente en prisión a cumplir una condena por “injurias a la Corona” y “enaltecimiento del terrorismo”, derivado de las críticas en sus canciones al rey Felipe VI y al gobierno español.
En Barcelona, la capital de Cataluña, más de 2 mil personas, según fuentes de la policía, se reunieron a las 7 de la noche del martes en la plaza de Lesseps. Luego marcharon por las calles y la protesta acabó en el enfrentamiento con los agentes.
Los manifestantes prendieron fuego a contenedores a lo largo de Passeig de Gràcia. En Jardinets de Gràcia, grupos de bomberos apagaron dos grandes hogueras. La policía dispersó grupos de manifestantes en la parte alta de Jardinets.
“He salido de casa y me he encontrado con grupos de gente corriendo. No me he quedado en la manifestación porque tengo miedo de la Covid, pero defiendo la libertad de Hasél y a todos los que lo apoyan”, dijo Haizea Alberdi, una vecina de Gràcia.
Luego del primer enfrentamiento con los policías, los manifestantes se concentraron en la Vía Augusta. También se informó de saqueos en sucursales bancarias.
Una situación similar se vivió en Lleida, donde quemaron una motocicleta de la Guardia Urbana y también hubo enfrentamientos con los agentes, según informó la corporación Mossos d’Esquadra en Twitter.
Una joven fue herida gravemente en un ojo, según imágenes difundidas por BTV. Los Mossos detuvieron a 14 personas: ocho en Lleida, dos en Barcelona y cuatro en Vic.
En Vic, los manifestantes destrozaron los cristales de la comisaría de los Mossos y también se fueron contra los juzgados. Incidentes similares ocurrieron en la conurbada Reus.
Los incidentes se repitieron en Girona, donde unos 5 mil manifestantes caminaron gritando consignas a favor de la libertad de Pablo, hasta llegar a la subdelegación del gobierno español. Allí, los manifestantes fueron repelidos con balas de goma y disparos de salvas.

Pugna Amnistía por la
derogación de los límites
a la expresión artística

“¡Muerte al Estado fascista!”, gritó Hasél cuando lo metieron en una patrulla para llevarlo a los juzgados, informaron medios españoles.
El rapero se había encerrado el lunes en la rectoría de la Universidad de Lleida mientras esperaba que la Audiencia Nacional resolviera un recurso para suspender su ingreso a un centro penitenciario.
Las veinte furgonetas de los Mossos (como se llama la policía de Cataluña) entró en la universidad hacia las 6:30 de la mañana del martes para hacer el arresto. Los simpatizantes del rapero montaron barricadas para impedir la entrada de los agentes, que finalmente ejecutaron la orden de aprehensión a las 8:15.
Desde Amnistía Internacional calificaron la detención como una “vergüenza” y aseguran que el encarcelamiento de Hasél es injusto porque está “estrictamente vinculado al ejercicio de su derecho a la libertad de expresión”.
La organización, centrada en la defensa de los derechos humanos, en especial de la libertad de expresión, denunció que “casos como este no pueden volver a repetirse” y remarca que no se detendrá “hasta que se deroguen los delitos del Código Penal que limitan la expresión artística”.

La Audiencia Nacional rechazó la petición de suspender la condena

La Audiencia Nacional desestimó el lunes el recurso de súplica del rapero para suspender su entrada en la prisión.
En un auto, la Sección 3 de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional analiza las condiciones para suspender el ingreso en la prisión, entre ellas no tener antecedentes penales, que señala como “el primer requisito que claramente no cumple” Hasél, previamente condenado también por sus canciones y tuits.
Los magistrados señalan que la sentencia tuvo en cuenta el agravante de reincidencia, ya que Hasél había sido condenado en 2015 a dos años de prisión también por “enaltecimiento del terrorismo”; en ese caso, el tribunal sí suspendió la entrada en prisión del rapero.
Pablo Hasél es conocido en Europa y Latinoamérica por sus posturas políticas de izquierda, que se reflejan en sus letras de dura crítica a la institución monárquica española y al gobierno de ese país.
Se define como comunista y defiende que todos los medios de lucha son legítimos “si es ante la opresión armada” y además es un activo promotor de la independencia de Cataluña.
Hasél fue condenado a nueve meses de prisión, seis años de inhabilitación y cerca de 30 mil euros de multa.
En sus canciones hace referencias a grupos guerrilleros y también arremete contra el anterior rey de España, Juan Carlos I de Borbón, a quien llama “mafioso” y “saqueador” en el rap Juan Carlos el Bobón.

El arresto

En videos difundidos en redes sociales, se ve cuando los policías con equipo antimotines entran tirando las sillas y bancas que los estudiantes habían colocado como barricada en la entrada al área de oficinas de la rectoría de la Universidad de Lleida, alrededor de las 6:30 de la mañana.
Para tratar de impedir el paso de los Mossos, algunos activistas utilizaron los extintores del lugar, pero no lograron impedir que los arrinconaran al fondo de un pasillo.
Blandiendo sus macanas, en las imágenes se ve a los agentes que se acercan en formación de ataque al grupo de unos 30 alumnos, que se tomaron de los brazos para formar una valla doble entre Pablo Hasél y los policías, gritando “¡Libertad Pablo Hasél!”.
Para evitar que los policías golpearan a los estudiantes, el rapero y algunos alumnos negociaron con ellos y el artista se dejó llevar hacia afuera de las instalaciones, rodeado por decenas de agentes.
Mientras descendía por las escaleras, con el puño izquierdo en alto, gritó hacia donde estaban los reporteros que cubrían el arresto, mezclados con alumnos, todos encapsulados por los antimotines: “¡Viva la lucha, no nos van a parar nunca!, ¡amnistía total!, ¡venceremos!, no nos van a doblegar ni con toda la represión, ¡jamás!”.
Al subir a la patrulla, lanzó a las cámaras: “¡Nunca nos pararán, nunca nos callarán!”, “¡Muerte al Estado fascista!”.
El lunes, desde dentro de la rectoría, Hasél explicó que tomó la decisión de refugiarse en la universidad porque “a nivel simbólico tiene más fuerza estar rodeado de personas solidarias y no ponerles tan fácil la detención. Si quieren enviar a la policía a la universidad, ellos mismos se desenmascaran y demuestran la falta absoluta de libertades”.

Y ahora analiza el gobierno
español no castigar con
cárcel la libertad de expresión

Más de 200 artistas, entre ellos el director de cine Pedro Almodóvar, el actor Javier Bardem y el cantante Joan Manuel Serrat, firmaron una petición contra el encarcelamiento de Hasél, y el caso llevó al gobierno a anunciar cierta relajación de las restricciones a la libertad de expresión.
El ingreso en prisión de Hasél se produce tras el anuncio del Ministerio de Justicia de una reforma del Código Penal para que las manifestaciones en el ejercicio de la libertad de expresión no incluyan medidas de cárcel.
El 8 de febrero, la Secretaría de Estado de Comunicación envió un mensaje a la prensa en el que informaba que el Ministerio de Justicia planteará “una revisión de los delitos relacionados con excesos en el ejercicio de la libertad de expresión para que sólo se castiguen conductas que supongan claramente la creación de un riesgo para el orden público o la provocación de algún tipo de conducta violenta, con penas disuasorias, pero no privativas de libertad”.
Los excesos verbales, asegura el ministerio, deben permanecer “al margen del castigo penal”.