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Jueves 18 de Abril de 2024

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Cantar en maya es oponerse al intento de anular los idiomas indígenas, defiende Sara Curruchich

La cantautora guatemalteca lanza su nuevo disco Mujer indígena, un trabajo en el que participa Lila Downs y que “es una forma política de resistencia ante un sistema machista y racista”

Mauricio Ángel / Agencia Reforma Ciudad de México

Noviembre 17, 2021

 

Sara Curruchich durante el concierto que ofreció en el Zócalo de la Ciudad de México, durante el Festival por la Igualdad, para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, el 7 de marzo de 2020 Foto: Agencia Reforma

Como indígena, la cantautora Sara Curruchich ha vivido discriminación. Ella sabe que esa lacra social perdura contra los habitantes de los pueblos originarios, pero constantemente la ha visto negada.
En redes se ha encontrado comentarios donde tachan a los defensores de sus derechos de exagerados. Los acusan de posicionarse como víctimas y los encasillan en labores de servidumbre.
Si bien la guatemalteca cree que estas actitudes normalizan la segregación, esa indignación permeó su creatividad para inspirar su nuevo álbum, Mujer indígena, ya disponible y que cuenta con la participación de la cantautora oaxaqueña Lila Downs en el sencillo Pueblos.
“El disco es una forma de dignificar a las mujeres y honrar su camino. Como todo lo hecho por ellas, se vuelve un acto de mucho amor para todas las comunidades y los pueblos. También es una forma política de resistencia ante un sistema machista y racista.
“He encontrado en mi música una forma de posicionarme, de demostrar que aquí estamos las mujeres indígenas de diferentes territorios, que también tenemos el derecho a una vida libre de racismo y violencia, también tendríamos que tener el derecho a vivir una vida digna”, explicó la cantautora, en entrevista.
Como su álbum Somos, sus nuevas canciones están interpretadas en español y kaqchikel, la variante maya que se habla en su pueblo, Comalapa.
Pero la autora encuentra una diferencia entre ambos materiales: ahora se siente más fuerte para convertir sus composiciones en reclamos.
“En ese momento tenía un poco de temor de cómo la gente podía recibirlo, y con este segundo estoy más convencida. Hay una reafirmación más grande de que la palabra sonorizada también puede hacer nombramientos ante las injusticias que estamos viviendo.
“Dentro del primer disco no hablaba de la opresión directamente o sobre el sistema racista; ahora, en el segundo, ya siento mucha más fuerza para poder hacerlo. Considero que hay un crecimiento en cuanto a la lírica, la exploración vocal también, y a la exploración de nuevos ritmos”, detalló.
La intérprete no cree que cantar en kaqchikel la aleje del público, pues sostiene que la música tiene fuerza para conectar con cualquiera, y, además, valora el orgullo que despierta en su comunidad.
“Hay muchas más niñas y jóvenes que han comenzado a cantar en sus idiomas, eso me emociona mucho, me da más fuerza para seguir haciéndolo.
“Son aportes para la revitalización de nuestras identidades e idiomas maternos. Cantarlos es una forma de posicionarnos ante el intento constante de anulación de nuestros idiomas”, sostuvo.
“La música ha estado históricamente bastante presente en nuestros pueblos, siempre ha estado como una forma de enunciación, como una forma también de guardar la memoria, y la que he lanzado ha sido recibida de forma muy linda”.
Una de las metas de la cantante para el próximo año es hacer una gira acústica por México, con el objetivo de presentar Mujer indígena y comenzar a grabar uno nuevo.