Agencia Reforma

Ciudad de México

El comediante Alfredo Pelón Solares, conocido en buena medida por películas del cine de ficheras, falleció ayer a los 88 años de edad por cáncer de pulmón, de acuerdo con diversos medios, tras una vida dedicada a ofrecer diversión casi en su totalidad.
Su padre tenía una carpa itinerante donde presentaba espectáculos, por lo que él y sus hermanos nacieron en distintas ciudades y se incorporaban a los shows para ofrecer obras como Blanca Nieves y los siete enanos.
Solares consideraba que su gran debut había sido a los 7 años, al interpretar a un anciano en una obra escrita en verso, tras la cual ya no se detuvo en una carrera que lo llevó hasta a ganar un premio Ariel.
Al cine ingresó con Los falsos héroes (1962), que fue su primer largometraje registrado, pero la fama le llegó casi 15 años después, con las comedias de corte picante Mujeres de cabaret (1977), Las cariñosas (1979) y El valiente vive… hasta que el cobarde quiere (1979).
Entre sus trabajos más recordados estuvieron títulos como Las vedettes (1983), donde trabajó con Alfonso Zayas, Héctor Suárez, Manuel Loco Valdés y Carmen Salinas.
De hecho fue conocido por trabajar con prácticamente todos los representantes de cine de ficheras, del que se volvió también un estandarte por sus 123 proyectos registrados, que abarcan hasta El Sexo me da risa, de 2017.
“Creen que cuando eres comediante eres un ignorante y al contrario, tenemos más obligación los comediantes de estar preparados para poder manejar el idioma ante la gente, tenemos que saber qué estamos diciendo”, dijo en una entrevista al canal de YouTube José Alberto Mujica.
Solares fue clave para desarrollar El Tenorio cómico, pues cuando le presentaron la adaptación y le ofrecieron dirigir la obra, insistió en que tenía que tener otros elementos y él mismo se dedicó a retrabajar el guión tras leer Don Juan Tenorio de José Zorrilla.
Como muestra de que su carrera no se limitaba al humor, estelarizó en 1990 El homicida, de Alfonso Rosas Priego, que le valió el Ariel a Mejor Actor.
Los últimos años de su vida los pasó en Cuernavaca, Morelos, donde incursionó en la industria restaurantera, aunque eso no lo alejó de los escenarios, en sus locales ofrecía shows.
Su familia decidió velar sus restos ayer en Cuernavaca y recordarlo con alegría.
“Con su partida nos deja memorias de todos los colores, por supuesto son infaltables las coloradas, ya que fue maestro del albur, el doble sentido en cabaret, teatro, carpas, así como pionero del cine de ficheras”.
“Era generoso, divertido, alocado, invierno y primavera, todo por un mismo boleto”, resaltó su sobrina Leticia Solares en una publicación en sus redes sociales.