Mauricio Angel / Agencia Reforma

Morelia

Francis Ford Coppola siempre le ha dicho a sus hijos que son especiales, valiosos y únicos en el mundo, pero lo mismo piensa de toda la huma-nidad, en cuyo futuro aún confía.
A sus 85 años y ya establecido como una leyenda viva del cine, el director de El Padrino sostiene que todos las personas son prácticamente primos.
Al hablar de su nueva película, Megalópolis, producción de 120 millones de dólares financiada por él mismo que llega a cines mexicanos este jueves, el realizador remarcó que apostó por ella para presentar esa esperanza de que no es un mundo condenado, algo presente hasta la última escena.
“Quería alentar a la gente a que hablara de saber si esta es la única sociedad que nos podemos imaginar que puede existir, tenemos tanto talento que estoy seguro que podemos imaginar una sociedad mejor. Podemos hacer otra que sea buena para todos, donde nadie sea un perdedor, una sociedad que cuide a todos y sobre todo que cuide a los niños, porque las infancias son el futuro”, señaló el cinco veces ganador del Óscar, en entrevista.
Su largometraje, presentado en el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), está ambientado en una versión de Roma neoyorquina futurista.
El protagonista es un arquitecto (Adam Driver), con un descubri-miento y la capacidad de detener el tiempo, que quiere poner al servicio de reconstruir la urbe.
Aunque los aportes del cineasta al arte podrían hacerlo un nostál-gico que añora épocas pasadas, el director opina que la mirada debe estar fundamentalmente en el futuro, ya que cada niño que nace supera todas las capacidades de su propia generación.
Rechaza el sistema económico actual, la voracidad y la avaricia, que ignora a las personas a fin de con-seguir beneficios para unos pocos.
“Hace 100 años los economis-tas dijeron que había que detener el crecimiento insensato, pero segui-mos creciendo y creciendo, pensa-mos que es necesario crecer, pero no es necesario hacerlo así, desme-didamente, no hablemos de medir nuestra productividad con el pro-ducto interno bruto, es una cosa absurda.
“Nos han dicho que somos menos de lo que somos y que podemos hacer menos de lo que realmente podemos hacer, los políticos nos han dicho esto porque lo que les interesa es su propio privilegio económico y su propio poder, mientras que en lo que nosotros estamos interesados es en nuestras familias”, opinó.
El estreno de Megalópolis en el país llega después de recaudar a nivel mundial sólo 11.4 millones de dólares, según el portal especializado Box Office Mojo.
La crítica tampoco ha aplaudido el filme, pero aquello no es nuevo para el cineasta, quien recuerda que lo mismo pasó cuando presentó Apocalipsis ahora y Drácula, am-bas ahora consideradas clásicas.
“Las películas no se quedan iguales, hay gente que quiere que uno crea que existe una fórmula de cómo hacer un filme y que eso sea para siempre, pero es porque no quieren arriesgarse a perder dinero, quieren que la gente sea adicta y vea lo mismo una y otra vez”.
Coppola recibirá hoy la medalla de la Filmoteca de la UNAM y desfilará por la alfombra previa a la gala de su largometraje en el FICM.