Mauricio Ángel / Agencia Reforma

Ciudad de México

Durante el proceso de escritura de su película Manto de gemas, ganadora hace un año del Oso de Plata en el Festival de Cine de Berlín y la cual llega hoy a cines del país, Natalia López Gallardo recorrió todo Morelos en busca de historias de personas.
Entre todas, recuerda muy claramente la de una familia amable con hijos en el hogar, que ayudaba a su comunidad y a quienes describe como gente buena, pero que una vez había tenido a una persona secuestrada.
Su intención era explorar la herida que comparten los mexicanos por las desapariciones de personas y cómo han minado la empatía, lo que la llevó también a mostrar las muchas facetas que puede revelar alguien.
“Fue algo que me caló y acentuó mi deseo de que lo que muestre tenga muchas caras. Nada es sólo lo que parece, todo tiene muchas caras contradictorias a veces. Que hayan tenido a alguien secuestrado en su casa no hace que sean malas personas; tenían cosas muy positivas, notorias”, resaltó la cineasta mexicana de origen boliviano, en entrevista.
“Eso era difícil de entender para la gente fuera de México: que el criminal que sale en la película hable sobre los limones que planta con sus padres, cómo los tiene que cosechar, de lo ocupado que está con sus hijos y de que juegue futbol con sus amigos. La realidad es así, mucho más contradictoria y ambigua de lo que quisiéramos creer”.
La cinta no tiene una anécdota única, sino que sigue diferentes historias, incluida la de María (Antonia Olivares), quien busca a su hermana desaparecida. Ante la indolencia de la mayoría, Isabel (Nailea Norvind) es quien le ofrece su ayuda.
Ellas se cruzarán con la comandante Roberta (Aída Roa), que intenta reencaminar a su hijo Adán (Daniel García Treviño), pues el joven siente fascinación por el mundo de las armas del narcotráfico.
Como la directora buscaba naturalidad, optó por conformar un elenco de actores no profesionales prácticamente en su totalidad, con la excepción de Nailea Norvind, quien destacó que aunque su personaje parece solidario, las razones por las que acompaña a una buscadora pueden ser también egoístas.
“Es una mujer que está siendo bastante valiente. Va a tratar de ayudar a alguien más porque ella ya se dio cuenta que su vida no tiene mucho sentido, ya que es algo muy superficial los valores en los cuales la estructura familiar la limita a coexistir.
“Ella está empezando a defender su existencia al mostrar más utilidad al encontrar a una persona que está desaparecida. La película tiene imágenes que nos reflejan lo que estamos siendo, por eso creo que es admirable que, aunque probablemente no va a poder hacer mucho, sí se mete”, explicó Norvind.
López Gallardo cree que será importante la conversación que su ópera prima pueda despertar, ya que considera que si bien muchos creen que tras la pandemia aumentó la empatía, en realidad eso es más una ilusión.

Seguirá su camino
en la dirección

Natalia López Gallardo se había desarrollado principalmente como editora de películas, incluidas Heli, de Amat Escalante; Jauja, de Lisandro Alonso, y otros trabajos con su esposo, Carlos Reygadas, pero luego de haber probado la dirección, quiere enfocarse en seguir su nueva faceta.
Actualmente trabaja en un guion que se centra en el deseo sexual femenino y en el erotismo actual, por ello se encuentra en proceso de investigación.
“Manto de gemas fue mucho salir a hablar con la gente, fue mucho un proceso sociológico de contacto, estar conviviendo con personas diferentes durante mucho tiempo y conocer Morelos, sentir los diferentes lugares. Ahora es muy teórico lo que estoy experimentando, estoy leyendo mucho.
“Hay pensadoras hoy que son realmente brillantes. Te das cuenta que hay tanto por leer y tanto por aprender, entonces estoy en un proceso muy de investigación académica, de lectura, apuntes y ensayo. He visto mucho cine japonés”, adelantó.