Mauricio Ángel / Agencia Reforma

Ciudad de México

“¿Cómo revelar quién es esa persona, si ni siquiera le puedes ver la cara?”, fue una pregunta que constantemente acompañó a la periodista Teresa de Miguel mientras trabajaba el documental Kemonito: La última caída, que ya está en Netflix.
Su fascinación por el mini gladiador comenzó desde que ella lo vio sobre el ring, pero la idea de hacer una película sobre él se materializó cuando lo entrevistó para un reportaje, hace cinco años, sobre viejas glorias de la lucha libre mexicana, que tenían tanto dificultades económicas como de salud.
Kemonito, quien tiene destrozadas las rodillas por pelear algo más de 40 años, tuvo la suficiente confianza con la directora para quitarse la máscara y mostrar su historia a profundidad.
“Más allá de lo que pasó en el ring, era interesante lo que Kemonito despertaba entre el público, con los niños y la gente. Es curioso que sea capaz de mover esas masas, de ser tan sumamente famoso, reconocido y querido y a la vez una persona que está sufriendo.
“Tiene problemas económicos y de salud importantísimos. Tratamos de revelar un poco de esa historia que hay detrás del personaje, muy poca gente debe de conocer esa lucha y dificultades”, compartió la directora, en entrevista.
La filmación se realizó entre julio y noviembre de 2021, después de muchas reuniones con el hombre detrás de la máscara, quien fabrica junto a su familia su propia memorabilia para venderla y así llevar el sustento a su hogar.
Desde la filmación, los problemas de Kemonito han crecido, ya que actualmente está en disputa legal por los derechos del personaje con el Consejo Mundial de Lucha Libre.
Al mismo tiempo, ha tenido reconocimientos, como una nominación a Mejor Cortometraje Documental en los premios Ariel, por lo que la directora y su protagonista asistieron a la ceremonia en Guadalajara a inicios de mes.
“No ganamos el premio, pero él se hubiera llevado el trofeo de más selfies. Actores y cineastas nominados se tomaban la foto, se acercaban, le animaban y felicitaban. Es una persona increíblemente humilde, no busca los reflectores.
“Lo que quiere es sentir el cariño de la gente. Siempre te llena el corazón cuando vas con él a cualquier parte, porque la gente lo único que hace es tirarle buena onda, por alguna razón este personaje genera eso”, remarcó.