Jacqueline Ponce León

Agencia Reforma

Sol, cerveza, grandes dosis de rock y fusiones de toda naturaleza, pero, por encima de todo, un ambiente de fiesta, fueron los ingredientes esenciales con los que el Vive Latino empezó a celebrar el sábado su edición 25.
Unas 80 mil personas se dieron cita en el Estadio GNP para ver, entre 33 artistas, a la incombustible banda de heavy metal y hard rock alemana Scorpions, que saldó su deuda por haber cancelado el año pasado su participación debido a que el vocalista, Klaus Meine, tuvo una cirugía de emergencia en la columna.
A las 21:55 horas, Scorpions detonó su energético rock al arrancar con “Coming home, Gas in the tank y Make it real.
“Estamos contentos de estar aquí. Han pasado tres años desde la última vez”, saludó Meine, con su clásica boina, camisa y pantalón negros y chaqueta de piel.
Como una fan más, Celia Lora disfrutó su show de manera discreta, pero accediendo a posar para quienes la reconocieron y le pedían fotos.
“Muchas gracias. México está aquí”, dijo en español Meine, y la gente lo alabó con gritos.
“Ha pasado mucho tiempo de estar rodando por varios lugares para llegar esta noche a México. Es increíble estar con ustedes”, agregó en inglés.
El momento estelar, en que la mayoría de los presentes sacó su celular para inmortalizarlo, fue Wind of change, y el vocalista acercó el micrófono al público para cantar a capela. Meine imitaba a un director de orquesta y en las pantallas se proyectó el logo de amor y paz.
“Los amamos, México”, gritó.
Sonó una especie de sirena de policía y sobre el público cayeron luces azules, rojas y blancas intermitentes en cuanto inició la potente Blackout.
Previamente, en el mismo escenario, Caifanes tocó por primera vez en vivo el sencillo lanzado esta semana, Y caíste.
“Algún día nos vamos a morir, pero no por eso nos vamos a hacer viejos. Hoy estrenamos una nueva canción contigo, diferente, como tiene que ser, en tu alma y tu corazón”, dijo Saúl Hernández, vocalista.
Ante un público que prácticamente llenó gradas y pista, a las 19:35 horas abrió con las primeras notas de Los dioses ocultos, y durante Viento fueron aplaudidos Diego Herrera, con un solo de saxofón, y Alfonso André, en la batería.
“El aplauso es para ti, raza, y para Caifanes, un poco para los demás grupos del festival, porque tú haces que esto exista. Tú haces el espectáculo más grande”, comentó Saúl.
En consonancia con el pasado #8M, el cantante gritó “¡ni una más! Los feminicidios están cabrones, los vamos a seguir denunciando todo el tiempo. Un aplauso para las mujeres que han hecho historia en el país para luchar por la igualdad”.
En las pantallas apareció un video en blanco y negro de Vivir Quintana y otras mujeres interpretando Canción sin miedo.
También memorable fue ver el recinto convertido en un cielo estrellado, celulares mediante, en Antes de que nos olviden, canción hecha en homenaje a las víctimas de la masacre de estudiantes en Tlatelolco en 1968
El legado de Jarabe de Palo y Pau Donés, quien murió de cáncer en 2020, fue recordado con un emotivo homenaje en el escenario 2.
“Es un honor y un placer estar en este país maravilloso, que Pau adoraba. ¡Viva México! Pau vivirá para siempre en su recuerdo y canciones”, se presentó Ernest Armengol, quien lidera ahora el proyecto con Arturo Moreno, para cantar Depende; tampoco faltaron Bonito, Humo y La flaca.