Buscan que los niños conozcan otras realidades más allá de las películas de superhérores, dice la directora del encuentro, Liset Cotera
Yanireth Israde / Agencia ReformaCiudad de México
Noviembre 12, 2020
Mientras las películas infantiles convencionales reducen el mundo a una perpetua disputa entre superhéroes y villanos, las reunidas por La Matatena en su Festival Internacional de Cine para Niños (… y no tan Niños) muestran que la fuerza no está en los puños ni la batalla se agota en una secuencia.
“El cine convencional de buenos y malos enseña a las niñas y a los niños que las cosas se logran a base de golpes, de intrigas o de violencia. Me parece que hay otras maneras no sólo de narrar, sino de vivir. En este festival los colocas en una colina que les permite ver un mundo amplio, vasto, que pueden girar 360 grados y tener una perspectiva más objetiva”, apunta en entrevista Liset Cotera, fundadora y directora de La Matatena.
El festival, que cumple 25 años, será transmitido gratuitamente del 15 al 22 de noviembre por FilminLatino, plataforma digital del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) y por Canal Once, Capital 21 y Canal 22. Suman 61 los materiales presentados, de 22 países.
Cotera, comunicóloga formada en la televisión cultural, reconoce a cineastas que relatan historias cotidianas, vinculadas con el entorno, para narrar desde la realidad.
“No engaños en términos de procurar que los niños sean quienes no son, o que quieran alcanzar algo que no. Me parece más honesto abordar historias donde los niños están en el centro y partir de entornos reales”, expone.
Este año, por ejemplo, el programa acerca al público temas como las pérdidas, la inclusión o la migración, en películas como Bori, del coreano Jinyu Kim, relato de una niña que nace en un familia de sordos, mientras ella puede escuchar –invirtiendo la situación que tradicionalmente se presenta– o Fritzi. Un cuento revolucionario, de los alemanes Matthias Bruhn y Ralf Kukula, relacionada con la división de Alemania en el siglo pasado, la huída de las personas de la parte oriental hacia la occidental y la caída del Muro de Berlín en 1989, a partir de una historia entrañable entre dos amigas y un perro, Sputnik.
La población infantil, advierte Cotera, ha sido una de las más afectadas por la pandemia de Covid-19, porque interrumpieron las actividades escolares, su relación con amigos y compañeros y, en muchos casos, afrontan entornos de violencia.
“Esta cinematografía, en estos momentos, acaba siendo como un apapacho al corazón. Y no solo llega a las niñas y los niños, sino también a los adultos, por su calidad, porque apela a su inteligencia, protege sus derechos culturales, les otorga herramientas, les apuntala y les hace reflexionar sobre valores como la solidaridad, el respeto, la inclusión o escuchar al otro: exponernos a este cine nos sensibiliza y nos hace más empáticos”.
Décadas de trabajo
La Matatena, Asociación de Cine para Niñas y Niños se fundó con el objetivo de difundir el cine infantil y fomentar la participación de la niñez en esta disciplina.
La semilla de todo el proyecto fue el Festival Internacional de Cine para Niños (… y no tan Niños), que logró ganarse su lugar ofreciendo una opción cinematográfica durante las vacaciones de verano.
Desde su nacimiento, La Matatena ha creado y diseñado talleres que permiten atender a niñas y niños de México para acercarlos al cine. Entre ellos el taller de apreciación Y se apagan las luces; el taller de animación en plastilina Cuadro x cuadro, impartido desde 2001, así como el taller de ficción en corto y documental, entre otros.
La Matatena estima que con las 24 ediciones anteriores del festival han impactado a más de 211 mil 568 mil espectadores; además, se han exhibido 152 largometrajes, 768 cortometrajes entre animación y ficción, 100 documentales y 392 cortometrajes realizados por niñas y niños de los talleres, donde la idea es que desarrollen su creatividad detrás de la cámara y narren las historias que reflejen sus intereses.