Celebra misa el obispo Rangel en la catedral de Chilapa ante 150 feligreses Cuando llegó las puertas del templo ya estaban abiertas, justifica y reitera su molestia porque las actividades religiosas no se consideran esenciales El obispo Salvador Rangel celebró misa en la catedral de Chilapa con las puertas abiertas y la asistencia de … Continúa leyendo Abre la catedral de Chilapa para misa del obispo
Luis Daniel NavaChilapa
Junio 15, 2020
Celebra misa el obispo Rangel en la catedral de Chilapa ante 150 feligreses
Cuando llegó las puertas del templo ya estaban abiertas, justifica y reitera su molestia porque las actividades religiosas no se consideran esenciales
El obispo Salvador Rangel celebró misa en la catedral de Chilapa con las puertas abiertas y la asistencia de unas 150 personas.
La apertura, después de dos meses, se da cuando la entidad está en “riesgo máximo” de contagios y muertes. Este domingo, autoridades sanitarias estatales contabilizaron 3 mil 325 casos confirmados y 546 muertes por la nueva enfermedad.
El responsable de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa también reveló que dos sacerdotes han dado positivo a Covid-19. Uno se ha recuperado y otro se encuentra en tratamiento.
Este domingo, unos 150 católicos acudieron puntuales a la tradicional misa de la 1 de la tarde en la catedral, que también fue trasmitida vía Facebook. La mitad de los asistentes portaba cubrebocas.
La semana pasada, el obispo informó que las puertas de este templo serían abiertas para la celebración de la misa, así como las de la catedral de Chilpancingo.
Aunque el viernes, el obispo Salvador Rangel había reculado su intención de abrir las iglesias, este domingo la misa en Chilapa se realizó con público.
Las puertas laterales fueron abiertas y la principal permaneció cerrada. En las entradas no había personal de la Diócesis, aplicando gel antibacterial ni repartiendo cubrebocas, como lo había anunciado el obispo. Luego, en entrevista, dijo que no se previó y que en la próxima misa estarán atentos en los accesos.
Dentro de la celebración, el prelado pidió por los enfermos y fallecidos por la nueva enfermedad, además por el personal médico que atiende la pandemia.
El saludo de paz se hizo inclinando la cabeza y tocándose el pecho. En la comunión, la hostia se repartió en las manos de los feligreses.
En declaraciones al final, Salvador Rangel argumentó que no quiere meterse en problemas con las autoridades, ni exponer a la gente al contagio de Covid-19, pero que al llegar a la catedral, las puertas ya estaban abiertas y la gente entró.
“Lo interpreto como la gran necesidad que tiene la gente de acercarse, porque la fe y la religión son algo esencial. Es donde tiene su consuelo y ayuda”.
Argumentó que no acudió “mucha” gente ni se tocaron las campanas para llamar a misa, pero que acudieron porque hace ocho días les hizo el llamado.
Adelantó que así podría proceder la Diócesis a la apertura de las iglesias, con un 50 o hasta 70 por ciento de su capacidad, con el uso del cubreboca, la aplicación del gel antibacterial y el cloro para la suela de los zapatos. “Queremos poco a poco ir educando a las personas y que vayan regresando a las iglesias”.
Insistió en su desacuerdo por que las autoridades federales ubiquen a la iglesia como actividad no esencial, después de las escuelas, centros de trabajo y bares.
“Queremos ser muy respetuosos con las autoridades sanitarias, pero tampoco queremos que se aprovechen de nosotros por ser los más ordenados. Dicen por ahí, que se haga la voluntad de Dios en los bueyes de mi compadre”.
Apuntó que este domingo, en el centro de Chilapa, “casi todos los comercios estaban abiertos” y que en el mercado agroindustrial había “muchísima” gente.
Lanzó: “¿Y a ellos por qué no los obligan? Todos tenemos que obedecer lo que nos mandatan las autoridades”.
En el tema de la discriminación a personas con Covid-19, el obispo manifestó que es un temor natural de las personas al contagio, pero que se debe tratar con prudencia y no llegar a la discriminación.
Del personal médico, de enfermería y asistencia de los servicios de salud, el obispo Salvador Rangel dijo que se debe velar por ellos, protegerlos y respetarlos, porque están dando la batalla contra la pandemia. “Para nosotros son los grandes héroes”, finalizó.