La colusión de las autoridades con el crimen organizado dislocó al Estado, critica Carmen Aristegui

“Se rompieron los códigos elementales de derechos humanos, y el caso más evidente es Ayotzinapa”, afirma la periodista

Alfonso Marín Amezcua

Chilpancingo

La periodista Carmen Aristegui aseguró que la tragedia por la detención-desaparición de los 43 estudiantes de la normal Rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa está  relacionada con el vínculo entre la delincuencia y el Estado mexicano.
Sostuvo que las autoridades que mantienen nexos con la delincuencia organizada “han roto las fronteras, dislocando al Estado”, lo que genera una disfunción en la sociedad pues la autoridad ahora forma parte del crimen que prevalece en Guerrero y en el país en general.
Expresó que actualmente México padece una severa crisis en materia de derechos humanos, principalmente por la colusión del crimen y la autoridad, lo que acapara la atención de organismos nacionales e internacionales, “pues definitivamente se rompieron los códigos elementales de derechos humanos, y el caso más evidente es Ayotzinapa”.
La periodista acudió al mediodía de ayer a Radio Universidad, donde fue condecorada con la asignación de su nombre a la cabina, y ahí emitió un mensaje en vivo a la ciudadanía antes de acudir a recibir la Presea Popular Sentimientos del Pueblo, de la que también fueron recipiendarios los padres de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en Iguala, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y la nieta del escritor José Revueltas, Hilda Revueltas.
Acompañada del director de la estación, Víctor Wences Martínez, Aristegui remarcó que Guerrero es un estado emblemático para el país, que enfrenta dificultades de diversa índole relacionadas principalmente con la impunidad a partir de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, “que marcó la vida del estado, y de todos los mexicanos en particular”.
Explicó que a unas cuantas horas de cumplirse dos años del ataque perpetrado contra los estudiantes –el 26 y 27 de septiembre de 2014–, permanecen las interrogantes de lo ocurrido en Iguala, y con la mirada “firme y atenta” de la sociedad nacional e internacional en torno al caso Ayotzinapa.
En su mensaje, Aristegui exhortó nuevamente a las autoridades para agilizar su investigación y reconocer la petición de justicia por parte de los padres de familia, ya que la desaparición de los normalistas significó “una marca” en la vida política y social del país desde hace dos años.
Abundó que las gestas en Guerrero forman parte de una sociedad organizada y viva, que actúa para enfrentar los problemas que imperan en el estado, “pues no sólo es la pobreza y marginación en muchas de sus zonas, sino el evidente crecimiento de los grupos delincuenciales, que han tomado buena parte de la realidad nacional, y que tristemente este estado no es una excepción”.
Aristegui reiteró que la tragedia de los 43 normalistas, “por la zona y circunstancia en la que se dio”, habla de la evidente colusión de los tres niveles de gobierno con el crimen organizado, “se han roto las fronteras, se ha dislocado la esencia del Estado mexicano, se ha convertido en un tema disfuncional para la sociedad, y quienes deben proteger se han convertido en una propia parte del crimen”.
Añadió que para este año, el país vive una severa crisis de derechos humanos relacionada con la colusión de las autoridades con los grupos criminales, “lo dice la realidad, lo que vive la gente con sus experiencias, además de los propios organismos internacionales; los relatores que vienen a México, Amnistía Internacional y la ONU”.
La periodista recalcó que la mirada internacional está fija en el estado y en México por los continuos abusos a los derechos humanos, “porque se reconoce y se sabe que estamos en un problema serio, donde se han roto los códigos más elementales de protección, fundamentales en las personas”.
En su mensaje de cuatro minutos en la radio, Aristegui remarcó su solidaridad con el movimiento gestado por los padres de familia y estudiantes de Ayotzinapa, que junto al magisterio guerrerense y los diversos colectivos sociales tienen la tarea de enfrentar las irregularidades en torno a la inseguridad, pobreza y marginación que enfrenta la entidad.
Finalmente, la periodista reconoció la gran valía del ejercicio periodístico de Radio Universidad y su  decisión para mantener un espacio de libre expresión con un criterio crítico.