Una revolución social no es de la noche a la mañana; la revolución social tarda una eternidad, dice, y ejemplifica con el retroceso que significa la pérdida del derecho al aborto en Estados Unidos
Ciudad de México, 31 de agosto de 2022. Vivian Gornick estaba en sus 30 y su segundo matrimonio se tambaleaba cuando sus editores en el periódico The Village Voice le dijeron: “Hay todas estas reuniones de mujeres liberacionistas en la calle. Queremos que salgas y escribas una historia sobre ellas”. Ella sólo preguntó: “¿Qué es una mujer liberacionista?”.
La activista, destacada integrante de la segunda ola del feminismo en Estados Unidos, de 87 años suelta una carcajada al contarlo en entrevista. “Nunca había escuchado nada acerca de eso”.
Fue así como empezó a narrar en las páginas del semanario la creciente agitación del feminismo y entró en contacto con muchas mujeres que se volverían referentes de la lucha, como Kate Millet, Shulamith Firestone y Betty Friedan, autora del bestseller La mística de la feminidad.
“Al escucharlas, de pronto sentí la explicación de mi vida entera”, asegura la autora de Cuentas pendientes, Apegos feroces, La mujer singular y la ciudad y Mirarse de frente, libros publicados en español por Sexto Piso.
Hasta entonces, recuerda, ella entendía que a una mujer no se le educaba para trabajar sino para casarse y tener hijos, pero al entrar en contacto con las feministas le cambió la vida.
“El feminismo, mi respuesta al feminismo y mi vida como periodista han ido de la mano”.
De ojos vivaces y contagiosa vitalidad, Gornick, quien ayer inauguró con una conferencia la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni) de la UNAM, habla de la revolución feminista que le tocó vivir en los 70 medio siglo después de que en 1920 se ganara el voto para las mujeres en Estados Unidos.
“Fuimos revolucionarias, fuimos visionarias, planteamos la cuestión de los derechos de la mujer en un día histórico. Fue como si hubiéramos inventado la rueda, como una explosión”, evoca.
Gornick cree que lograron un cierto avance, pero no tanto como creían. El estallido del movimiento #MeToo en Estados Unidos, 40 años después, con repercusión en otras latitudes del planeta, demostró el poco progreso logrado en las últimas décadas.
Y le resulta un tremendo golpe saber de los Harvey Weinstein en el mundo: ejecutivos, hombres poderosos en Hollywood y la televisión.
Aunque el #MeToo no es una revolución sino un “levantamiento”, matiza. “Están aplicando lo que nosotras pusimos en marcha”.
Prevé que esta explosión perdurará lo que resta del siglo, y quizá dentro de 20 o 30 años surja otro levantamiento más. Cada vez que algo como esto ocurre, dice, “son dos pasos adelante y uno para atrás”.
“Una revolución social no es de la noche a la mañana; la revolución social tarda una eternidad”, dice.
Uno de esos retrocesos, por ejemplo, ha sido la decisión de la Suprema Corte de los Estados Unidos de echar abajo el derecho al aborto, un retroceso democrático y para los derechos de las mujeres. “Siempre pensé que era un derecho que había que estar peleando una y otra vez”.
Es irónico que en países católicos haya el derecho al aborto, pero no ahora en Estados Unidos. “Lo perdimos por todas las razones que hemos visto; dimos a luz a un ‘mundo Donald Trump’ donde él podía ser presidente y eso impactó directamente en la Suprema Corte”.
Entrega Graue renocimientos
En el Centro de Exposiciones y Congresos de la UNAM, el rector Enrique Graue inauguró la Feria Internacional del Libro de las Universitarias y los Universitarios (Filuni) 2022.
Invitó a los universitarios y a la sociedad en general a disfrutar de la Filuni, fiesta cultural que permite acceder a las distintas propuestas editoriales universitarias.
Al inaugurar la cuarta edición de este encuentro libresco –nuevamente de manera presencial– cuyas invitadas especiales son las universidades Complutense de Madrid y la de Costa Rica, el rector llamó a redescubrir de manera individual y colectiva esta experiencia de interactuar con el lenguaje escrito y con todas las imaginaciones que nos permiten entender nuestro entorno y a la humanidad.
Graue Wiechers también entregó reconocimientos a su homólogo de la Universidad Complutense de Madrid, Joaquín Goyache Goñi; y al director del Sistema Editorial y de Difusión de la Investigación de la Universidad de Costa Rica, Guillermo Rosabal Coto, en representación del rector Gustavo Gutiérrez Espeleta.
“La Filuni es más que una feria de libros universitarios, es un frondoso y vital árbol que reúne a ramas de personas académicas, creadoras, escritoras, investigadoras, bibliotecarias, entre otras”, declaró Guillermo Rosabal Coto.
Asimismo, otorgó un diploma en pergamino y una medalla a Joaquín Díez-Canedo, ganador del Reconocimiento al Editor Universitario Rubén Bonifaz Nuño, quien expresó su gratitud por la distinción la cual consideró especialmente significativa, toda vez que se la otorgan sus pares, los encargados de las editoriales universitarias.
La feria regresa a su formato presencial articulado en tres ámbitos: pospatriarcado, pospandemia y juventudes con una oferta de más de 350 sellos editoriales universitarios de 17 países.
“Pensamos estos ejes con la convicción de que es necesario encauzar nuestras reflexiones y acciones para dirigirnos a mejores territorios. Regresar del encierro es una oportunidad de reconfigurar el tejido social a través de la investigación, el arte y la ciencia”, expuso la coordinara de Difusión Cultural de la UNAM, Rosa Beltrán Álvarez.
La Filuni permanecerá abierta hasta el domingo 4 de septiembre en el Centro de Exposiciones y Congresos de la UNAM, ubicado en avenida del Imán número 10, Ciudad Universitaria. La entrada es gratuita.
Texto: Erika P. Bucio / Agencia Reforma / Redacción
