
La muestra, organizada con apoyo de la asociación cultural Calpulli Mogote, tiene la premisa de recordar a la artista experimental japonesa Motoko Musha (1941-2008)
Acapulco, Guerrero, 8 de julio de 2023. Con la premisa de recordar a la artista experimental japonesa Motoko Musha (1941-2008), que visitó Acapulco en varias ocasiones, el museo Fuerte de San Diego con apoyo de la asociación cultural Calpulli Mogote, inauguró esta semana la exposición Presencia de Japón en Acapulco.
Máscaras, indumentarias y ornamentos tradicionales acompañan además a la decena de pinturas de la artista, de las que a su vez, destacan las pinturas sumi-e, elaboradas con un pincel de pelo fino con mango de caña de bambú, y cuya técnica, empleando tinta china sobre papel arroz, es de trazo fluido, suave, naturalista y que suele representar los elementos en su forma más esencial.
En su texto de sala, un resumen-presentación de la artista, se destaca que, sin precisar fechas, tomó su primer viaje a México queriendo absorber influencias de otros artistas japoneses radicados en el país, en especial de quien dirigía en Taxco algunos talleres y una escuela de arte en los años de la década de 1930 del siglo anterior.
Enamorada de México y su gente, continuó viajando por México y conoció Acapulco, al que vino en varias ocasiones en la segunda mitad del siglo pasado y principios de éste, para pintar y enseñar técnicas de pintura, así como para presentar su obra de la mano de varias exposiciones.
Alemania, China, Corea del Sur, Francia, Suiza y los Emiratos Árabes Unidos, algunos de los países a los que viajó su trabajo inspirado principalmente en lo espiritual.
En ese sentido, dice aquel texto, armonía es la palabra que define el trabajo de Motoko. La artista recreó el monte Fujiyama, el mar, el agua, las nubes, los cerezos en flor, el dios-ángel, el gran buda, la esperanza, el nacimiento, el universo y la eternidad.
“El mundo de Motoko Musha se desenvuelve en cada pincelada fugaz sobre el papel. Sus pinturas sumi-e hablan de sus pensamientos sobre la vida y en toda su obra prevalece el amor, la alegría y la paz, pero en ellas la tristeza también tiene su sitio, no como un estado de ánimo negativo sino más bien como una experiencia poética, como un símbolo de la belleza efímera que sólo permanece en la memoria”.
Así, en la exposición, compuesta principalmente con obra de la colección privada de la promotora cultural y directora de Calpulli Mogote, Blanca Villalba, muestra acuarelas o tintas sobre papel de arroz, las pinturas sumi-e, sumándose también pañuelos de algodón, mascadas de seda y telas decorativas intervenidas por la artista.
Del mismo modo, mientras en un extremo de la exposición hay máscaras y kimonos, en otro hay fotografías y notas de prensa de sus visitas a México y Acapulco en 2003 y 2004.
Presencia de Japón en Acapulco de Motoko Musha fue inaugurada el pasado martes 5 de julio, por la tarde, y a ella acudieron el segundo secretario y agregado cultural de la Embajada de Japón en México, Tatsuya Sakai; la directora del Museo Fuerte de San Diego, Laura García-Lascurain Vargas, y la propia Blanca Villalba, quien destacó que esta exposición rinde también un homenaje al músico Hiroko Sato, a la maestra de ceremonia de té de la escuela Hurasenke Noriko Kano y a la maestra Keiko Naito, quienes también han visitado el puerto para compartir sus saberes.
La exposición estará abierta al público todo un mes, en horario de 9 de la mañana a 5 de la tarde, de martes a domingo.
Texto: Óscar Ricardo Muñoz Cano