4 febrero,2022 8:34 am

Incluyen video sobre los 43 en la expo Alegorías del mal gobierno, acerca de la violencia desde el poder

Agencia Reforma / Redacción

Ciudad de México

Las desgracias que suelen dejar a su paso las dictaduras y los excesos desde el poder político, así como los desafíos de una megaurbe siempre en crecimiento y ocasionalmente devastada, se exhiben en el Museo de Arte Carrillo Gil (MACG).
Esto, a través de la segunda edición de la muestra Alegorías del mal gobierno –inaugurada el pasado 29 de enero y que estará hasta el 22 de mayo– en la que, siguiendo los conceptos de buen y mal gobierno de un par de murales de Ambrogio Lorenzetti pintados entre 1338 y 1339, el cineasta Jesse Lerner conduce un diálogo a través de distintas piezas del acervo fundacional del recinto, así como de algunos préstamos.
El video Materia oscura, hecha en 2016, relata la desaparición, en 2014, de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, que, según se dice en la ficha del Museo Carrillo Gil, “fueron detenidos por los militares y entregados al crimen organizado. Los especialistas forenses que han investigado el caso sólo han podido identificar los restos de dos jóvenes desaparecidos, de entre los múltiples cuerpos encontrados en las numerosas fosas clandestinas que descubrieron”.
Varela utiliza el video Materia oscura para hacer un comentario sobre el crimen.
“Se trata de un ejercicio experimental que surge de un trabajo de excavación sobre los documentos del caso que fueron publicados por la Procuraduría General de la República en 2015. El conjunto de papeles se convierte en archivos ilegibles, tachados, escaneados y fotocopiados. De esta manera, la desaparición se integra al propio documento, al video, al texto. La imagen se disuelve
hasta perder su propia condición de imagen”, dice el museo.

José Clemente Orozco
da la bienvenida

Sobre la lectura de Jesse Lerner, “pone el punto neurálgico de la curaduría en la presencia del poder, y en los efectos buenos y malos que puede tener su ejercicio”, definió el curador en jefe del MACG, Mauricio Marcín, durante un recorrido a medios por la exposición.
Acaparando las miradas de inmediato, una pintura de José Clemente Orozco, mucho más literal que alegórica, con un uniformado belicista lleno de condecoraciones y alabanzas –en una composición acaso ligada a la tradición caricaturista de la época temprana del creador–, sugiere parte de aquello que el espectador está por contemplar.
“A partir de la figura del tirano –encarnada en muy distintos personajes, no solamente en los tiranos que tienen el poder estatal, sino distintos tipos de tiranos– se va desarrollando la exposición”, remarcó Marcín.
Desde la dictadura en Chile de Augusto Pinochet, de quien el artista Mario Handler resta en un video cada rastro de su voz para otorgar la totalidad del audio a las protestas estudiantiles, hasta los abusos del poder político en relación con los poderes fácticos de la iglesia Católica, lo cual es plasmado en algunos collages de León Ferrari, orillado al exilio en Sao Paulo por culpa de la dictadura argentina que cobró la vida de su hijo.
Por otro lado, la mirada precisa de Héctor García, siempre puesta en el proletariado y los desprotegidos, más algunas fotos de la serie que hiciera Adela Goldbard mientras acompañaba a reporteros de nota roja, ilustran cómo este segundo momento de la exposición, que tuvo lugar el año pasado, aborda los retos que plantean al ejercicio del poder los fenómenos y problemáticas que padecen las ciudades.
Para Marcín, uno de los aciertos de este tipo de lecturas curatoriales en donde se ponen en diálogo piezas de muy distintas épocas –algunas separadas por casi un siglo de distancia– en torno a un tema, una idea, una filosofía o una matriz conceptual, es la posibilidad de apreciarlas actualizadas.