4 mayo,2022 9:24 am

Indaga Volpi los orígenes de los diversos tipos de violencia en su novela “Partes de guerra”

Habla acerca de “otras guerras escondidas: los migrantes, el crimen organizado, la violencia intrafamiliar, la violencia de género, la violencia emocional”, detalla el autor en entrevista

Ciudad de México, 4 de mayo de 2022. En Partes de guerra, su más reciente novela, el escritor Jorge Volpi indaga las distintas formas que puede adquirir la violencia, con personajes en apariencia distantes, pero emparentados por sus emociones.

Por un lado, unos adolescentes involucrados en el asesinato de una joven de 14 años en la Frontera Corozal, un pequeño poblado a orillas del Usumacinta, en Chiapas y, por otro, un grupo de neurocientíficos universitarios interesados en examinar los cerebros de unos niños que de pronto se convierten en criminales.

Pero esta exploración revelará más de lo previsto acerca de sí mismos.

Publicada por Alfaguara, es una novela sobre los orígenes de la violencia.

“Hay muchas guerras en este libro: son muchos tipos de violencia y por eso, metafóricamente, muchas guerras distintas”, dice el también ensayista, sobre el título del libro.

“No sólo la ‘guerra contra el narco’, sino todas esas otras guerras escondidas: los migrantes, el crimen organizado, la violencia intrafamiliar, la violencia de género, la violencia emocional”, detalla el autor premiado durante su trayectoria con galardonadores como el Biblioteca Breve, el Planeta-Casa de América y el Alfaguara.

“Y cuando hay guerras uno hace ‘partes de guerra’”, prosigue Volpi: “envía información de cómo avanza ésta. En otro sentido, me gusta la ambigüedad del título, porque partes de guerra también son pedazos de una guerra: no tenemos el mapa completo, sólo partes. Y esas partes son las que estos neurocientíficos intentan armar, como si fuera un rompecabezas”.

En el libro planteas una disyuntiva entre cerebro y corazón. Parece que se impone el segundo.

“Quería desde hace mucho escribir un libro sobre neurocientíficos y, en este caso, neurocientíficos enfrentados a la violencia”.

La narradora se hace constantemente la pregunta de qué es lo que más importa y lo que más nos dice de lo humano. Ella se asume profundamente racional –es neurocientífica– y terminará descubriendo que quizás hay que seguir más al corazón.

El corazón, aclara Volpi en entrevista, es solo una metáfora.

“En realidad habría que hacer la distinción –ya no metafórica– entre la inteligencia racional y las emociones y, al final, casi siempre terminan ganándonos las emociones.

“Muchos neurocientíficos piensan, por ejemplo António Damásio, que incluso la conciencia, la autoconciencia no nace de la corteza cerebral y su capacidad de predecir mejor el futuro o de resolver mejor los problemas, sino probablemente nace de las emociones y los sentimientos, de la manera como los seres humanos y antes los animales, que también tienen emociones, se enfrentan al mundo.

“Y las maneras de reaccionar frente al mundo son casi siempre emocionales. Entonces, en el libro, es una especie de descubrimiento del corazón, es decir, de este poder de las emociones, incluso desde la neurociencia”.

–¿La violencia está asociada a las emociones?

–En muy buena medida. La narradora Lucía y los integrantes del grupo de neurocientíficos, al ver este crimen horrible entre adolescentes y niños en la frontera sur de México, intentan encontrar los orígenes de la violencia en lo racional, y van a terminar dándose cuenta de que está también, en muy buena medida, en las emociones, en cómo las emociones terminan dominando en casi todos los ámbitos. Pese a que nos creamos muy racionales, al final pesan mucho más las reacciones emocionales que lo racional.

Texto: Yanireth Israde González / Agencia Reforma