16 mayo,2018 7:56 am

Instalan en Iguala una feria artesanal que contrasta con el nulo apoyo que reciben los indígenas de la región

Texto y foto: Alejandro Guerrero 
Iguala, Guerrero, 16 de mayo de 2018. Con el apoyo de autoridades locales y una asociación civil, el lunes inició la Feria del Barro en el kiosco de la ciudad con artesanos y comerciantes de San Pedro Tecomatepec, municipio de Ixtapan de la Sal, Estado de México, situación que contrasta con el nulo apoyo que reciben artesanos indígenas de la región, que a diario sus ventas son escasas y a veces nulas.
Antes, durante el gobierno perredista de José Luis Abarca Velázquez, los artesanos indígenas exponían y vendían sus productos en el perímetro del kiosco, sin embargo fueron desalojados y reubicados a las orillas de la calle Juan Ruiz de Alarcón, que es poco transitada por peatones.
El lunes por la tarde se inauguró la Feria del Barro con el apoyo de autoridades del gobierno municipal y promovido por un comerciante local, Hugo Hernández. De acuerdo con la información ofrecida por el coordinador de esta feria, que durará hasta el domingo, la idea es promover a los artesanos y la economía local.
Ayer durante un recorrido en los más de 15 locales que venden productos de barro, desde tazas hasta cazuelas, los artesanos informaron que todos vienen de la comunidad de San Pedro Tecomatepec, perteneciente al municipio de Ixtapan de la Sal del Estado de México, en la que la elaboración de estos productos es su principal actividad económica.
También se colocaron otros puestos, que no tienen nada que ver con la venta de productos elaborados con barro, que van desde dulces típicos hasta la venta y degustación de mezcal de productores y revendedores de Xaloxtoc, Ixcateopan y Huitzuco.
El apoyo a estos artesanos contrasta con la situación que a diario viven artesanos de la región y otros ya asentados desde hace muchos años en Iguala.
El caso de la señora Carmen, a quien se le dificulta recordar su edad, pero tiene unos 65 años, sí recuerda con precisión que aprendió a tejer la palma a los tres años, antes de aprender a leer o escribir.
Ella es originaria de la comunidad indígena de Tlamacazapa, municipio de Taxco, donde la principal actividad económica de las familias de ese lugar es la elaboración de productos elaborados con palma.
Al momento de la plática, doña Carmen elaboraba un alhajero, de los cuales llega a hacer hasta tres al día, y los ofrece en 25 pesos.
Narra que la situación para ellos cada vez es más compleja, la gente ha dejado de comprar esas artesanías y prefiere otros productos industrializados. Ella elabora desde alhajeros, tortilleros, ‘atrapa novias’, chiquihuites y bolsas, todo elaborado de la palma que se da de manera natural en cerros de su comunidad.
“Hay veces que pasan hasta tres días a la semana sin que venda nada, a veces no sale para la comida y ni para el pasaje, le tengo que pedir prestado a mi hija”, describe así la difícil situación.
Debido a que el único apoyo que reciben del gobierno municipal es que no les cobran ninguna cuota por estas ahí, la artesana explica que sólo por eso sigue yendo a su pequeño local, ya que su hija le ha propuesto dejar de ir, pero ella se resiste a dejas de hacer algo que le fue heredado por sus abuelos, por sus padres y que lo practica desde la infancia.