16 julio,2018 7:41 am

Invaden las Pussy Riot la cancha en la final de Rusia; exigen libertad de presos políticos

Texto: DPA/ Foto: EFE
Moscú, Rusia, 16 de julio de 2018. El colectivo artístico feminista punk ruso Pussy Riot se atribuyó ayer el ingreso de cuatro personas en la cancha en el minuto 52 de la final del Mundial entre Francia y Croacia, en una acción de protesta contra la violencia policiaca, entre otras reivindicaciones.
Los cuatro, que fueron sacados de inmediato del campo por las fuerzas de seguridad, vestían pantalón negro y camisa blanca, antiguos uniformes de la policía rusa. Una de las mujeres que ingresó al terreno de juego chocó las manos sonriente con el futbolista francés Kylian Mbappé.
La agrupación difundió a los pocos minutos un comunicado en redes sociales adjudicándose la acción a la que titularon “La Policía entra en la cancha”.
En el texto, Pussy Riot, agrupación conocida por sus protestas contra el gobierno ruso, reclama que se detenga la violencia policial en Rusia y que sean liberados los presos políticos.
El comunicado difundido en Twitter dice que aprovecharon el 11aniversario de la muerte del poeta disidente ruso Dmitri Prigov, quien “creó una imagen de un policía, un portador de la nacionalidad celestial”.
El llamado “policía celestial”, es una metáfora de Prigov que “habla en ambos sentidos con Dios mismo. El policía terrenal se prepara para dispersar manifestaciones. El policía celestial toca suavemente una flor en un campo y disfruta de las victorias del equipo de futbol ruso, mientras que el policía terrenal se siente indiferente a la huelga de hambre de Oleg Sentsov. El policía celestial se levanta como un ejemplo de nación, el policía terrenal lastima a todos”.
Oleg Sentsov es un cineasta ucraniano y activista político opositor al gobierno de Rusia, que lo acusó en 2014 de supuestos “actos terroristas” y lo condenó a 20 años de cárcel.
“El policía terrenal persigue a los presos políticos, encarcela a las personas por ‘reenvíos’ y ‘me gusta’”, dice el texto, en alusión al estricto control que hace Moscú de las actividades en redes sociales de los ciudadanos, quienes no pueden interactuar con los contenidos digitales que son considerados “subversivos”.
“La Copa Mundial de la FIFA nos ha recordado las posibilidades del policía celestial en la Gran Rusia del futuro, pero el policía terrenal, al entrar en el juego sin reglas, rompe nuestro mundo”.
Así, las exigencias de las Pussy Riot son la liberación de todos los presos políticos; no encarcelar por dar ‘me gusta’ o reenviar contenidos en redes sociales; terminar con las detenciones ilegales en manifestaciones; permitir la competencia política en el país; no inventar acusaciones criminales y no encarcelar a las personas sin motivos.
La protesta del colectivo artístico y político –surgido a partir de una banda de punk– causó aplausos alrededor del mundo, pues una de sus principales luchas siempre ha sido la libertad de expresión, el ejercicio de la democracia y el reconocimiento de los derechos de las mujeres o de la comunidad LGBTTTI.
El actual presidente ruso, Vladimir Putin, lleva en el poder desde 1999 –como primer ministro o como presidente– y fue reelegido como jefe de Estado en marzo pasado.
Un portavoz de la policía en Moscú dijo a la agencia estatal TASS que fueron detenidos “tres mujeres y un hombre jóvenes” y “fueron llevados a la comisaría local”.
A los cuatro detenidos se los acusa de violar las regulaciones para los espectadores en eventos deportivos y de haber adquirido uniformes de manera ilegal, informó la agencia rusa Interfax el domingo por la noche.
La pena máxima por violar las reglas para los espectadores es una multa de 200 mil rublos (unos 57 mil pesos) o cumplir 160 horas de servicio comunitario. Según el informe, la pena por obtener un uniforme ilegal es entre mil y mil 500 rublos.
El colectivo Pussy Riot ha hecho numerosas acciones públicas de protesta contra el Kremlin.
En 2012, tres de sus integrantes fueron detenidas en una iglesia tras cantar la canción Virgen María, ¡expulsa a Putin! en una protesta contra las duras políticas del mandatario ruso respecto a los derechos de minorías –como los homosexuales, que no pueden manifestarse– y el control político casi total que ejerce en el país.
En marzo de ese año, fueron sentenciadas a dos años de prisión –aunque el Estado pedía tres– Nadezhda Tolokónnikova, Yekaterina Samutsévich y María Aliójina.
Estos hechos fueron los que hicieron al grupo conocido en todo el mundo.