Guadalajara, México 17-Sep-2021 .-Para Irene Aldana, las artes marciales mixtas comenzaron como un pasatiempo a sus 24 años de edad. Hoy a sus 33 años está ubicada en la cuarta posición del ranking oficial de peso gallo femenino de UFC.
La peleadora de Culiacán, Sinaloa, que estudió diseño gráfico, aspira a ser campeona del mundo y en 2022 espera coronarse para ver cumplido el sueño que inició años atrás. Tras enfermar de Covid-19 en 2020, sus objetivos están muy claros.
“Nunca practiqué deportes de contacto, cuando tenía 24 años me enteré del gimnasio de artes marciales mixtas el Lobo Gym, se me hizo interesante, buscaba hacer ejercicio, empezó como un hobby, y al año de haber iniciado ya tenía mi primera pelea profesional, y ahora estoy 100 por ciento dedicada al deporte. Yo quiero seguir hasta que el cuerpo y mente me lo permita. Ahorita el objetivo es ganar el cinturón, defenderlo, ser la campeona más dominante, y si no lo ganó seguir persiguiendo el cinturón, y no quisiera ganarlo sólo por cumplir, mi objetivo es evolucionar como atleta”, dijo a Grupo REFORMA.
¿Cómo ha sido este 2021?
Muy bien, ha sido un año con muchas adaptaciones, cambios, trabas por el tema de la pandemia, por lo que pasamos por todo el mundo. Afortunadamente puedo contar con UFC que es una empresa que no se frenó y pudo salir adelante a pesar de la pandemia, y pude tener una pelea muy buena, que me gustó mucho, el poder participar en una cartelera tan importante, y muy motivada porque las cosas salieron como quisimos a nuestro favor, tanto entrenamiento dio frutos, y hasta ahorita todo muy bien y muy emocionada para lo que siga.
¿Qué enseñanza te dejó el haber estado enferma de Covid?
Que esto no es un juego, nunca lo tomamos a la ligera, y siempre tomamos nuestras precauciones, y a pesar de ser una persona sana, de muy bajo riesgo, de ser una persona que estaba en muy buena condición física, alimentándose muy bien, me enfermé de Covid. Viví algo de lo que es la enfermedad, sí me pegó fuerte, no de hospital, pero sí la pasé bastante mal, nadie está exento, y es ver cómo podemos salir adelante a pesar de las adversidades que se presenten en la vida.
¿Cómo te afectó en tu rendimiento?
Muchísimo, yo pensé que no me iba a afectar tanto y que no me iba a afectar en la pelea, es una enfermedad extraña que todavía hasta la fecha hay dudas. Yo me enfermé en el inicio de la primer cepa en julio del año pasado, duré dando positivo como mes y medio, y en el pico de la enfermedad me sentí muy mal, me cansaba de subir las escaleras, me cansaba para una pelea de 5 rounds, sí fue algo muy impactante porque tenía mucho dolor de cabeza, fatiga, todo el tiempo necesitaba estar durmiendo, me llegaba a faltar el aire.
Después que mejoré recuperé el olfato, gusto y pude retomar el entrenamiento. Me costó al principio, tuve que forzar mi trabajo cardiovascular para recuperar mi condición, y justo pocas semanas para la pelea (contra Holly Holm) que se pospuso para octubre empecé a sentir las secuelas, cansancio, distracción, problemas neuronales, a veces no coordinaba bien, se me olvidaban cosas, y me afectaron en mi pelea, no le echo la culpa a eso porque me sentía muy lista para la pelea. De hecho, este año hace poco tuve una infección en los riñones por consecuencia del Covid, mi entrenador y un compañero también tuvieron complicaciones. Esto es algo serio, y me gusta platicarlo porque mucha gente cree que por ser jóvenes no les va a pasar, pero la enfermedad ahí está.
¿A tu deporte cómo le afectó?
Creo que afectó a todo el mundo bastante fuerte. Afortunadamente UFC no paró, buscaron la manera en que esto funcionara. Pero en cuanto a entrenamiento sí me afectó porque nos cerraron el gimnasio, no podíamos ir, tuve que entrenar en un espacio muy chico en la sala de mi casa, no podía ver a mis compañeros, solo a unos cuantos, pero pude seguir teniendo trabajo gracias a UFC, pero muchas personas y empresas pararon.
Texto y foto: Agencia Reforma
