La Política es Así
Ángel Aguirre Rivero
En mi segundo periodo como gobernador, Javier Aluni y su gabinete de turismo promovieron alianzas con tour operadores y aerolíneas para incrementar la llegada de visitantes extranjeros hacia Ixtapa, lugar reconocido como Centro Integralmente Planeado; y Zihuatanejo, bello lugar de corte turístico tradicional.
Con su magnífica dualidad, Ixtapa-Zihuatanejo capta la llegada en fines de semana del turismo nacional; y de nuestros vecinos de norte mejor conocidos como snow birds, quienes para escapar del frío en la temporada noviembre-diciembre, acuden a nuestro cálido trópico guerrerense.
El recorrido por la carretera nacional o desde el aeropuerto internacional hacia Ixtapa o Zihuatanejo es espectacular: cientos de palmeras que en formación casi militar se yerguen orgullosas hacia el cielo; majestuosas parotas y ficus (o árbol de trueno) transmiten una sensación de paz e integración con la naturaleza que no es fácil de describir, algo parecido a una sensación de plenitud… Hay que vivirla.
Zihuatanejo emergió como destino turístico en los años 1940, pero mucho antes era utilizado por piratas que merodeaban las costas de la región al acecho del Galeón de Manila, uno de ellos, el célebre sir Francis Drake.
Se sabe que la primera colonia de Zihuatanejo fue Agua de Correa, a la cual siguieron La Noria (hoy Lázaro Cárdenas), después La Zapata, Darío Galeana y Vicente Guerrero, donde las primeras familias que son recordadas llevan los apellidos de Valle, Olea, Baldovinos, Lara, Pineda, Nogueda.
Con el paso del tiempo y bajo el impulso de Jorge Allec Galeana, de Erick Fernández, de Alejandro Bravo Abarca; y de la mano de la alternancia con Amador Campos y Silvano Blanco, Ixtapa-Zihuatanejo se mantiene como un destino turístico competitivo.
Durante mi gobierno colaboré con su modernización construyendo el Palacio Municipal, apoyé al incrementar la obra escultórica que caracteriza al puerto y que se suma a bellos murales en placitas y parques. También llevé obras de agua potable, la ampliación del tramo aeropuerto-Ixtapa y la construcción de la Alberca Olímpica.
El esfuerzo ha dado buenos resultados, con inversiones en la zona inmobiliaria en la playa de La Ropa, la construcción de la Marina Ixtapa, y los desarrollos que se construyen en la zona de Riscalillo, Cerro del Vigía y Punta Lagarto.
Si el surgimiento y consolidación como destino turístico de Zihuatanejo vino aparejado con la construcción de la carretera nacional, yo espero que el presidente López Obrador dé continuidad a la ampliación de esta vía.
Ixtapa-Zihuatanejo, al igual que muchas ciudades turísticas, se recupera lentamente de la recesión producto de la epidemia, lastimando a muchas familias dedicadas al comercio, a la gastronomía, a los prestadores de servicios.
Los azuetenses han sido solidarios hacia los más necesitados, apoyados por su alcalde Jorge Allec Sánchez y el gobernador Héctor Astudillo Flores. Y no dudo que el carácter y la actitud que han mostrado los llevarán a recuperar el esplendor de este bello municipio.
Yo recordaría que, durante décadas a lo largo de la Costa Grande de Guerrero, las aparentemente frágiles palmeras han resistido el embate de poderosos huracanes y han permanecido de pie.
En algún momento la epidemia va a aminorar y regresarán los vuelos nacionales e internacionales, los cruceros y el turismo que se desplaza por carretera, e Ixtapa-Zihuatanejo va a recuperar el lugar de destino de clase mundial que se ha ganado a pulso. Así sea.
Del anecdotario
Difícil tarea me había encomendado el gobernador José Francisco Ruiz Massieu, al nombrarme responsable del proceso interno para designar candidato a la presidencia municipal de José Azueta, allá por el año de 1989.
La primera vez que conocí este bello lugar fue por invitación de mi entrañable amigo, el ingeniero Jesús Velázquez Peña, quien acudía a cumplir con un compromiso social con amigos de aquella región en el año de 1975.
Viajamos en un Volkswagen sedán que nos facilitó mi tío Manuel Añorve López (QEPD) (padre del hoy senador Manuel Añorve Baños), quien siempre se distinguió por su esmerada hospitalidad cada vez que visitamos Acapulco.
En el trayecto se nos atravesó una vaca que, gracias al diestro piloto que llevábamos, Chuy Velázquez, no pasó nada.
Al conocer a los contendientes me encontré que uno de ellos, Heladio Palacios Serna, a quien había conocido en la Facultad de Economía de la UNAM, estaba casado con la hermana del otro precandidato, Jorge Allec Galeana… Una contienda muy peculiar.
Visitamos colonias y pueblos, siempre acompañando a los dos aspirantes y cuidando que la unidad no se rompiera. El PRI hacía sus primeros intentos por democratizar su vida interna.
Al final el triunfo le favoreció al empresario Jorge Allec Galeana, quien contaba con un carisma y una sonrisa a flor de labios que lo llevó a ser tres veces alcalde y sin duda uno de los políticos más apreciados y bien recordados.
Durante mi estadía en este lugar y al paso de los años en mi vida política sembré muchos amigos que hoy vienen a mi memoria, de gratos recuerdos.
Si hubiera que definir a los azuetenses en una palabra, diría: anfitrionía.
Cómo no recordar las atenciones y el profundo sentido de amistad del gran Córporo Cruz, dirigente de la CTM por aquellos años.
Era una costumbre que Jorge Allec Galeana, cada vez que le visitaba me ofrecía una cena o una comida a base de mariscos; y por si fuera poco al concluir la tertulia te despedía con un regalo que siempre tenía preparado para sus amigos.
Tradición que ha continuado su hijo Jorgito como yo le llamo.
También conocí y conviví con un destacado intelectual: Gabino Fernández Serna, amigo íntimo de Jesús Silva-Herzog, quien fungió como tesorero general del IMSS y alcalde de Zihuatanejo en la época del gobernador Ruiz Massieu.
Un día me narraron un pasaje de Gabino: siendo candidato a diputado federal un grupo de copreros se acercó a él para platicarle la problemática que enfrentaban por los altos costos de producción de la copra, ya que quienes bajaban los cocos cobraban cada día más caro, y Gabino les contestó que había recibido un video desde Filipinas donde los changos se encargaban de hacer esta tarea… Los productores se quedaron perplejos.
La lista de amigos es muy larga: el distinguido intelectual Jorge Luis Reyes, Amador Campos Aburto, ex alcalde y diputado federal, a quien conocí siendo muy jóvenes cuando cariñosamente le llamaban El Chaparro; él era dirigente de los ganaderos de este municipio… Silvano Blanco de Aquino ex alcalde y gran amigo.
Mención especial merece Alejandro Bravo Abarca, quien fuera el alcalde más joven de Guerrero durante mi primera gestión. Primero gobernó Petatlán, donde tuvo un magnífico desempeño, y después Zihuatanejo, donde la población lo recuerda con mucho cariño.
Hay un gesto que no puedo olvidar de Alejandro Bravo, lo que dibuja su gran nobleza y amistad. Alguna vez decidí visitar Ixtapa-Zihuatanejo sin que yo ostentara una responsabilidad pública, y al enterarse, Alejandro me dio el mismo trato de cuando era gobernador.
Otros amigos inolvidables lo son Fidel Gutiérrez Gordillo, hombre sencillo y honesto quien fuera alcalde en la administración de don Alejandro Cervantes Delgado.
Joaquín González Ramírez, un excelente colaborador; José Luis Mosqueda Nogueda de Agua de Correa, ex alcalde y con quien crecimos juntos al lado de don Alejandro Cervantes Delgado.
Bolívar Navarrete, hijo de mi siempre bien recordado don Mario Navarrete Gutiérrez, lo mismo que Francisco Vargas, dos distinguidos notarios. Éste último me acompañó en distintas etapas de mi vida política y siempre se distinguió por su gran sentido de lealtad.
No podría dejar de mencionar a un joven muy valioso, que se distingue por su vocación de servicio y compromiso de servir a los demás: Arturo Arzeta, quien ha hecho un papel encomiable digno de reconocerse. Su futuro es muy promisorio no tengo duda.
Termino reiterando lo que he expresado en este articulo: vendrán tiempos nuevos para Zihuatanejo, su gente y el municipio merecen un mejor futuro.
La vida es así…
