24 enero,2019 6:01 pm

Jayme Closs: una historia de terror y cautiverio

La historia del secuestro de Jayme Closs durante 88 días ha sacudido a Estados Unidos. Fue víctima de un hombre que mató a sus padres, la raptó, y la tuvo encerrada en su casa en un pequeño pueblo de Wisconsin.
Wisconsin, EU, 24 de enero de 2019. Desde que logró escapar del hombre que la tenía cautiva, el nombre de Jayme Closs ha conmovido a Estados Unidos. Los detalles del secuestro y el cautiverio de Jayme, que se describen en los documentos divulgados cuando su captor fue acusado formalmente de secuestro y homicidio, cuentan una historia de terror.

Jayme Closs.

La planeación
Desde que Jake Patterson vio a una adolescente de 13 años subiendo a un autobús escolar en el otoño de 2018 “sabía que ésa era la niña que iba a llevar”, según documentos judiciales.

Jake Patterson.

Patterson, de 21 años, hizo un plan para secuestrar a la niña, Jayme Closs, en su hogar en Barron, una ciudad al oeste de Wisconsin. Tomó una escopeta de su padre, cambió la placa de su automóvil y compró una máscara de Walmart. Se afeitó la cabeza y la cara para no dejar rastros de ADN y limpió los cartuchos de su escopeta.
Dos veces se dirigió a la casa de Jayme, según los documentos, pero vio coches en la entrada o gente despierta adentro.
El ataque
La noche del 15 de octubre, Patterson se detuvo en la casa de la familia, con quienes nunca había tenido contacto. Cuando notaron a alguien afuera, el padre de Jayme, James Closs, salió a investigar con una linterna. Cuando salió y vio la figura de Patterson, pensó que era un policía, y le pidió ver su identificación. El agresor le apuntó a la cabeza y le disparó.

Patterson abrió camino hacia el baño, donde Jayme y su madre, Denise, habían corrido para refugiarse en la tina. El hombre abrió la puerta a la fuerza y le ordenó a Denise Closs que cubriera la boca de su hija con una cinta negra, y luego mató a la madre. Después, ató a Jayme y la obligó a subir a la cajuela de su auto. Todo en cuestión de cuatro minutos.
La búsqueda
Desde que se enteraron de la desaparición de Jayme y el asesinato de sus padres, los residentes de Barron empezaron a buscar a la menor y lo hicieron durante semanas, mientras decenas de investigadores acudían a la pequeña ciudad y seguían pistas y avistamientos falsos.

Algunas de las pistas ubicaban a Jayme en Miami, pero fueron rápidamente descartadas. Con el paso del tiempo, las autoridades hicieron pocos avances, y es que la situación es considerada extremadamente rara: en 2017 sólo el 10 por ciento de los asesinatos en EU fueron cometidos en EU por un desconocido, mientras que de 25 mil reportes de menores robados sólo 77 corresponden a personas no familiares.

Ante la falta de avance, cerca de 2 mil voluntarios de Minneapolis realizaron una búsqueda, pero falló como todos los esfuerzos anteriores.
El cautiverio
Durante los 88 días que siguieron al ataque en su casa, Jayme contó que Patterson la mantuvo dentro de una cabaña y la obligaba a esconderse debajo de la cama cuando tenía invitados o cuando estaba afuera de la casa. Los fiscales no han ofrecido más detalles, pero afirman que Patterson utilizó la fuerza y amenazas para evitar que Jayme escapara.

Si tenía que irse, Patterson colocaba alrededor de la cama bultos de ropa y encima colocaba pesas para que ella quedara atrapada y ponía música en alto volumen para tapar cualquier grito. En algunas ocasiones estuvo sin comida, agua o acceso a un inodoro hasta por 12 horas.
Un día, según cuenta la menor, Patterson creyó que había intentado escapar. La golpeó y la amenazó con consecuencias peores si intentaba algo peor.
El escape
El jueves 10 de enero, después de que Patterson le dijera a Jayme que se iba por unas horas, ella logró empujar las pesas y salir de debajo de la cama. Agarró un par de zapatos de hombre, aparentemente del señor Patterson, y corrió hacia una carretera cercana, pidiendo ayuda.
Jayme ahora vive con una de sus tías
Jayme ahora vive con una de sus tías.

Una mujer que paseaba a su perro la llevó a su casa, en las cercanías. “Soy Jayme Closs”, recordó la mujer que dijo la niña. “No sé dónde estoy”. Y luego: “Por favor, ayúdenme, quiero irme a casa”.
Gracias a la descripción del auto y del sujeto, los policías pudieron detener a Patterson unas horas después. Aparentemente, su agresor había salido a buscarla. Cuando los oficiales lo detuvieron, Patterson dijo que ya sabía por qué lo hacían, y sólo dijo una frase: “Sí, lo hice”.
Texto: Match Furber y Mitch Smith, The New York Times News Service, a través de Agencia Reforma / Fotos: Agencia Reforma.