19 febrero,2024 1:29 pm

Jóvenes investigadores de la UANL presentan proyectos en Suecia, Emiratos Árabes Unidos y España

 

Ciudad de México, 19 de febrero de 2024. El Club de Jóvenes Investigadores de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL es un semillero de proyectos que lo mismo se ha presentado en México, que en Suecia, Emiratos Árabes Unidos y España.

Algunos de ellos están en preparatoria, la gran mayoría estudia su carrera profesional en diferentes semestres, pero estos chicos son ya figuras de la ciencia.

Su pequeño club, “Jóvenes Investigadores”, dentro de la Facultad, se ha convertido en un semillero de ideas para mejorar el mundo, y una plataforma en la que las desarrollan para llevarlas lo más lejos posible. Tan lejos como la misma ceremonia de Premios Nobel.

En los primeros días de diciembre, Raúl Acosta Murillo acudió al Stockholm International Youth Science Seminar, un evento paralelo a la semana del Nobel, luego de ser seleccionado por ExpoCiencias nacional para representar a México con su investigación “Una vacuna para prevenir el dengue“.

Por los mismos días, en Salamanca, España, Leonardo Uriel González Garza y Baruch Sebastián Pérez Villanueva presentaron en el 39º Encuentro de Jóvenes Investigadores su proyecto “Synbiofoam”, una alternativa ecológica de espuma contra incendios forestales.

Casi al mismo tiempo, en Dubai, el proyecto “BactAir: Sistema biológico de detección y degradación de Hidrocarburos Aromáticos Policíclicos (HAPs) en el Medio Ambiente“, desarrollado también dentro del club, se presentaba en un evento dentro de la COP28, el máximo encuentro mundial ante el cambio climático.

 

¿Cuál es la clave para que proyectos de chicos que aún son alumnos lleguen tan lejos?

El doctor Heber Miguel Torres Cordero, investigador, fundador de este club y quien los acompañó en algunos de los viajes con el apoyo del Instituto de Innovación y Transferencia Tecnológica de Nuevo León, explica que una vez que los chicos tienen una idea que les apasiona, el resto es sólo guiarlos.

“Para que ellos se entusiasmen por la ciencia es primeramente escucharlos, escuchar las ideas que traen, los proyectos que tienen, y nosotros como maestros ser una guía para que puedan hacer realidad sus proyectos”, explica Torres Cordero, de 30 años de edad, licenciado en Biotecnología Genómica por la UANL y Maestro en Ciencias con Especialidad en Biomedicina Molecular por el Cinvestav, del IPN.

“Y como es una idea de ellos, ellos son autores, les emociona, no es algo impuesto. Ellos lo planearon, eso los motiva a trabajar en un proyecto de ciencias. No es tanto que yo les ponga a hacer algo sino, al revés, tienen su idea y yo sólo apoyo para que puedan desarrollarla”.

Para estar mejor preparado en este trabajo con jóvenes, Torres Cordero estudió un doctorado en Filosofía con Orientación en Comunicación e Innovación Educativa, especializándose en la divulgación y la educación científica en los niveles de bachillerato y licenciatura.

El Club de Jóvenes Investigadores es un espacio extracurricular. Quienes asisten lo hacen voluntariamente, atraídos por las infinitas posibilidades de la ciencia, no en busca de una calificación.

La iniciativa comenzó en la preparatoria CIDEB, después se movió a la Facultad de Ciencias Biológicas, y ahora el club incluye a chicos de la Preparatoria 2, en la que Torres Cordero también es profesor.

En este club, la ciencia no está en el encierro, al contrario, sale a la comunidad. Uno de sus principios es proponer investigaciones que den soluciones a problemas de la Ciudad.

 

Usan ADN como si fueran legos

Jared Verdeja tiene 22 años, pero es el decano del club. Está en él desde que estudiaba en el CIDEB. Ahora, a punto de graduarse de biotecnología genómica, cuenta con una amplia experiencia científica, pero también comunitaria.

“Siempre trabajamos con la filosofía de que somos gente local apoyando a comunidades locales“, comenta el joven”.

Ellos generan propuestas e ideas que pueden resolver problemas del mundo, aunque se enfocan especialmente en la ciudad.

Han desarrollado propuestas contra la contaminación de metales pesados en el Río San Juan, también para combatir los incendios forestales (con el proyecto presentado en Salamanca), la contaminación atmosférica (en Dubai) o la misma vacuna para prevenir el dengue (que se expuso en Estocolmo).

“Hemos diseñado varios proyectos que no han visto la luz del día”, señala, “la mayoría del tiempo llegamos a hacer pruebas, pero depende de los integrantes el avanzar a incubadoras para generar empresa”.

En realidad, este club es de proyectos basados en biología sintética, precisa Jared.

“La biología sintética te ayuda a generar sistemas biológicos que no existen en la naturaleza, a partir de lo que ya existe”, explica con entusiasmo, “es usar el adn como si fueran legos, cada quien puede armar (soluciones) tantas como sean posibles de acuerdo a su imaginación”.

 

Preparatorianos científicos

Daniela Marysol Chávez Cruz, Frida Ramírez Lozano, Santiago Andrés Guajardo Chúlez, Camila Janeth Rodríguez Cedillo y Andrés Leonardo López Colunga, tienen apenas 16 años, pero su trabajo ya llegó a Dubai.

El año pasado ingresaron al Club de Jóvenes Investigadores gracias a que Torres Cordero es su profesor en la Preparatoria 2. A través de talleres y prácticas en el laboratorio, los chicos decidieron trabajar un proyecto para frenar la contaminación del aire en Monterrey.

“Leímos una nota de EL NORTE donde hablaban de la contaminación atmosférica”, comenta Marysol. “Y vi que había muchos contaminantes, pero hablaba específicamente de hidrocarburos policíclicos aromáticos. Nunca los había escuchado y se me hizo impactante.

“(La nota) decía que estaba afectando especialmente a niños y dije: ‘¿cómo es que esto esté afectando a niños del lugar donde vivimos y nunca lo había escuchado?'”

Tras trabajar la idea y tener listo un desarrollo con la guía de Torres Cordero, decidieron inscribirlo a una convocatoria para Prototypes for Humanity, un evento en el marco de la COP28 del año pasado, en Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos. De entre 3 mil proyectos de todo el mundo, se eligieron 100, entre ellos el de la Prepa 2.

Por ser menores de edad, no pudieron viajar a presentarlo. En su representación fue el doctor Torres Cordero.

“Estos eventos ayudan a que los jóvenes se den cuenta que el talento lo tienen, sólo es cuestión de encontrar las oportunidades, porque, a veces, eso es lo que nos limita, el creer que no nos van a escoger”, comenta el investigador.

 

Texto y foto: Agencia Reforma