4 octubre,2018 11:57 am

Kim, Trump y Puigdemont entre los favoritos para el Nobel de la Paz

Texto: DPA / Foto: EFE- Archivo El Sur

Fue un momento para los libros de Historia y probablemente la imagen diplomática más sonada del año: tomados de la mano, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, pasaban sobre un umbral de hormigón en la población fronteriza de Panmunjom, cruzando la línea que divide la península de Corea desde el fin de guerra hace 65 años.
Los dos países impulsan un prudente proceso de acercamiento que alienta una nueva esperanza de paz. Sin embargo, ¿es suficiente para que los dos líderes coreanos sean galardonados este viernes con el Premio Nobel de la Paz?
En cualquier caso, las conversaciones entre Corea del Sur y Corea del Norte han sido “el gran avance en las relaciones internacionales de este año”, opina el director del Instituto Internacional de Estudios para la Paz (Sipri) en Estocolmo, Dan Smith. “Sin embargo, me pregunto si el jurado puede hacerlo. Un premio para Corea puede ser tentador pero también puede ser prematuro y los protagonistas podrían ser motivo para que el comité vote en contra”.
Con esta afirmación, Smith se refiere sobre todo al imprevisible líder norcoreano, que está hablando con el jefe de Estado surcoreano sobre un desarme nuclear, una solución pacífica duradera y una mejora de las relaciones intercoreanas. Además, los dos líderes pretenden suspender a partir del 1 de noviembre próximo las maniobras militares a ambos lados de la frontera y presentar una candidatura conjunta para organizar los Juegos Olímpicos de 2032. “Sin embargo, me pregunto realmente si el Comité del Premio Nobel es capaz de otorgar un premio a Kim Jong-un”, insiste Smith.
Hay muchas dudas sobre hasta dónde llegará el acercamiento entre los dos países. El éxito aún no está lo suficientemente cimentado”, opina también el investigador sueco Peter Wallensteen, de la Universidad de Uppsala. Su colega hamburgués Michael Brzoska comparte esta opinión: “Los avances reales en el desarme de la península de Corea han sido más bien modestos hasta ahora”.
Sobre todo la disputa nuclear entre Estados Unidos y Corea del Norte plantea dudas. Washington se pregunta si Pyongyang realmente va en serio con su oferta de desnuclearización. Moon quiere actuar como mediador entre Corea del Norte y Estados Unidos y despejar las dudas.
Recientemente, Kim se había declarado dispuesto a desmantelar su principal instalación nuclear, la de Yongbyon, a condición de que Estados Unidos haga concesiones. Es cierto que el lenguaje es muy diferente al que todavía se escuchaba hace un año, cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificaba a Kim como “pequeño hombre cohete”. Sin embargo, no es seguro que Corea del Norte realmente desmantele su arsenal de armas nucleares y misiles.
Otros de los “favoritos” que sorprenden en la lista de apuestas de Landbrokes que cita la revista estadounidense “Time” son el presidente estadounidense, Donald Trump, y el ex presidente catalán Carles Puigdemont, que abrió la crisis institucional más grave de la historia reciente de España con su intento de crear una república catalana independiente.
En los dos últimos años, los ganadores de los Premios Nobel de la Paz -el entonces presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ)- eran bastante previsibles. Esta vez no es así, porque hay varios candidatos, entre ellos Moon, que están caminando sobre arenas movedizas.
Uno de ellos es también el primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, quien en julio pasado se reconcilió con la vecina Eritrea prácticamente de la noche a la mañana y aceptó un acuerdo para delimitar la frontera. Después, los dos países, enemigos históricos, cerraron sorpresivamente un acuerdo de paz, pero este pacto tampoco está totalmente garantizado ni mucho menos.
Smith apuesta por un Premio Nobel “seguro” para alguien que ha sido favorito durante muchos años o por “alguien del movimiento defensor de los derechos humanos o contra el cambio climático”.
El investigador noruego Henrik Urdal, del Instituto Prio, menciona entre los candidatos con más posibilidades a su juicio el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas y al médico congoleño Denis Mukwege. Este último lleva años luchando con gran visibilidad contra la violencia sexual dando nuevas esperanzas a las víctimas de violaciones en su país.
También Smith, Wallensteen, Brzoska y el experto noruego en Premios Nobel Asle Sveen incluyen a Mukwege entre los favoritos, tomando en cuenta también que este es el año del movimiento #MeToo contra el acoso sexual.
Después de dos años de Premios Nobel clásicos para procesos de paz y el desarme, podría ser que ahora le toque a una figura u organización del ámbito de los derechos humanos. Urdal y otros mencionan a la organización rusa Memorial y su activista Svetlana Gannushkina. “Un Premio Nobel para Memorial sería un reconocimiento de los esfuerzos pacíficos de la sociedad civil rusa para rechazar el autoritarismo y defender la libertad, la democracia y los derechos humanos en Rusia”, argumenta Urdal.
Probablemente, dice Smith, el ganador va a ser alguien que nadie tenía en su lista pero que todo el mundo conoce. “Y entonces, nos vamos a golpear en la frente y nos preguntaremos por qué no se nos había ocurrido ese nombre a nosotros”.