30 julio,2021 5:10 am

L. M. Oliveira y los extremos éticos

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Adán Ramírez Serret

 

Los círculos literarios tienen terribles desventajas, amiguismos, nepotismo y otras espantosas discriminaciones; pero tienen también privilegios maravillosos, uno de ellos es conocer a los mejores amigos de la vida. Así, gracias al ambiente literario de la Ciudad de México, he conocido a amigos tan entrañables como Bernardo Esquinca, Juan Manuel Servín o L. M. Oliveira.

Recuerdo una noche, perdida en los anillos del tiempo hace más de 10 años, en donde gracias a una presentación, a Guillermo Fadanelli y a una lectura apasionada de los Diálogos de Platón, terminé hablando apasionadamente de filosofía con Oliveira.

Al otro día, me desperté con cierta cruda a cuestas y con dos certezas: que Oliveira, con un doctorado en filosofía especializado en ética, me había tenido muchísima paciencia, y con la alegría de haber hecho un nuevo gran amigo con quien a más de una década sigo cultivando una gran amistad y una persona con quien discutir de frente temas literarios y políticos del momento, con la alegría de aprender nuevas cosas y renovar las ideas predeterminadas que me definen.

Con el paso de los años, L. M. Oliveira, además de dar clases en la universidad y asesorar tesis de alumnos, se ha dedicado también a escribir un buen número de brillantes libros en diferentes géneros. Los primeros libros que leí de él, La fragilidad del campamento y Árboles de largo invierno son dos ensayos que reflexionan sobre algunos de los temas que más describen nuestro conflictivo presente: la (in) tolerancia y la discriminación. Dos libros que me parecen imprescindibles en la discusión pública de México.

Sin embargo, en estos dos libros de ensayos ya aparecía un rasgo muy definitivo en Oliveria: la pluma de un narrador, de alguien que disfruta leer a grandes escritores como John Steinbeck, Philip Roth o Guillermo Fadanelli. Oliveira demostraba ser un pensador con esa vena apasionante que es el placer, la técnica y el empeño por contar una historia y fascinar al lector.

Por lo que también había que echar ojo a las novelas que había escrito. Bloody Mary, Resaca, Por la noche blanca y El oficio de la venganza. Todas ellas novelas en las que se veía a un narrador que hacía planteamientos, que demostraba que era posible hacer reflexiones y meditaciones filosóficas.

En este 2021, L. M. Oliveira, entrega un libro de cuentos, El mismo polvo, en donde se acerca a la literatura desde una perspectiva completamente diferente, pues se trata de relatos breves que están más concentrados en la forma, en el pulso narrativo y en la resolución de la historia, a la vez que mantiene su estilo –muy original en la literatura hecha en México en estos días– en donde la anécdota y el giro que  desarrolla a lo largo del relato, es la invitación a una reflexión, al sopesar temas como el valor de la amistad, y la sugerencia de algunas ideas como el misticismo, el amor o las fobias.

Bajo el mismo polvo arranca con el relato La revelación de las sombras, una historia en donde un hombre mexicanamerican, nacido en Estados Unidos pero de padres mexicanos, viaja a Belgrado por trabajo académico, y se acerca a la religión ortodoxa por medio de una hermosa mujer que es su guía en la ciudad. Como buen escéptico occidental, se ríe abiertamente de la religiosidad de su guía, quien a pesar de ser académica y tener un doctorado, sigue creyendo en Dios.

Es un relato muy interesante, pues su némesis no es otra que su propia identidad, y la anagnórisis no deviene de ningún sino más que sus propios prejuicios. En el siguiente relato, El profesor honorable, pone en juego la relación siempre apasionante entre maestro-alumno. La discusión ética de quién respalda a quién y cuál de los dos en verdad siente admiración, lástima o envidia por el otro.

Ambos viajarán al trópico, apasionados y temerosos de lo que allí pueden vivir. La tragedia se huele en el aire, la fidelidad/traición entre uno y el otro…

  1. M. Oliveira continúa con su vena filosófica y el impulso en estos relatos, depurándose técnicamente y llegando a esos extremos éticos que le apasionan, en donde todos somos unos grandes desconocedores de nosotros mismos.

L.M. Oliveira, El mismo polvo, Ciudad de México, Dharma Books, 2021. 122 páginas.