7 agosto,2021 4:17 am

La autoridad no defiende a la gente de la narcoviolencia, señala el obispo Rangel

No ve en las calles a la Guardia Nacional, el Ejército y la Policía Estatal ante la ola de inseguridad que es otra pandemia en Iguala, dice en misa en esa ciudad

Iguala, Guerrero, 7 de agosto de 2021. El obispo de la Diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, indicó que en Iguala, además de la pandemia por coronavirus, se tiene otra que es la inseguridad, y criticó la “tibieza” de las autoridades que “hacen alarde” de la Guardia Nacional, el Ejército y la Policía Estatal, pero que deberían diseñar una estrategia nacional para defender a la población en esta guerra de narcotraficantes.

En su mensaje durante la misa en conmemoración al Padre Jesús en la iglesia de San Francisco de Asís en el centro de esta ciudad, Rangel Mendoza dijo que en esta tercera ola de la pandemia por coronavirus, dentro de la diócesis hay contagiados cuatro sacerdotes, un diácono y dos seminaristas, y ante el cambio del semáforo y el anuncio del regreso a clases, opinó que se debe acelerar la vacunación.

La celebración al Padre Jesús, de la que fueron suspendidas varias de las actividades tradicionales y se limitó el acceso de feligreses al 50 por ciento debido al aumento de contagios de Covid-19, fue transmitida por las plataformas de Facebook de la iglesia y el sacerdote Víctor Manuel Aguilar.

La misa de la 1 de la tarde fue encabezada por el obispo Rangel Mendoza, a quien se le vio en parte de la liturgia con cubre bocas, al final de la misa partió un pastel que le llevaron por su cumpleaños mientras se escuchaban las mañanitas con mariachi.

En su sermón, pidió “a Dios que nos libre de esta pandemia de coronavirus y de la inseguridad que hay en el municipio”, por los campesinos que haya las lluvias necesarias y tengan buenas cosechas.

Después del evangelio, comparó que las circunstancias de la vida de Jesucristo las podemos aplicar hoy día, “estamos sufriendo, yo digo, dos o más pandemias muy difíciles; la del coronavirus, de cómo está arreciendo en esta tercera ola y como el gobernador (Héctor Astudillo Flores) ayer (jueves) decía que el lunes entraremos en semáforo rojo, pero que ya desde hoy iban a empezar las medidas”.

El católico advirtió que aún y con el semáforo epidemiológico rojo “se va a llenar Acapulco y los lugares turísticos de turistas y de Covid-19, entonces, vemos la gravedad del asunto”.

Contó que veía “otra estadística” en la que el 70 por ciento de las camas de hospitales para Covid en la entidad ya están ocupadas, “hay 700 y algo de camas, y ya están ocupadas 550. Esa enfermedad está avanzando, la vacunación va muy lenta todavía”.

Informó que en la diócesis Chilpancingo-Chilapa que encabeza tienen a varios infectados: “tenemos cuatro sacerdotes, un diácono y dos seminaristas contagiados, hay que estarnos cuidando de la pandemia, de este dolor de muerte y este dolor de lágrimas de cuando perdemos a un ser querido”.

Y agregó, “también, sobre todo aquí en Iguala, tenemos otra pandemia, la de la inseguridad, yo veo un pueblo temeroso, un pueblo que tiene miedo, un pueblo que no quiere hablar por temor. Veo la tibieza de las autoridades que hacen alarde de la Guardia Nacional, del Ejército y la Policía Estatal, pero yo no los veo en las calles, deberían hacer una estrategia a nivel nacional y realmente defender a la población, sobre todo a los inocentes que no tienen que ver en esta guerra de narcotraficantes”.

Rangel Mendoza indicó que es un deber del Estado proteger a todos los ciudadanos, “Dios quiera que estas pandemias que estamos viviendo, el señor, nuestro padre Jesús, nos ayude a aliviarnos de ello”.

“Creo que Iguala estamos como en tiempos de Jesús en el Monte Tabor, y creo que nuestro padre Jesús nos da la gran lección, Iguala está herida, tiene las huellas de los clavos y de la lanza, Iguala está herida, tiene las marcas de la corona de espinas, Iguala está herida, tiene los azotes de Jesús en su espalda”.

A Iguala y sus habitantes dijo, “ánimo, no se desalienten, hay que seguir luchando, que la música que están tocando hoy de miedo, de terror, de secuestros y de asesinatos, la cambiemos por la música de la fe, de la esperanza y la confianza de nuestro padre Jesús, se lo vamos a pedir a Dios de todo corazón en esta celebración de la santa misa, que es lo máximo de la iglesia”.

Acelerar la vacunación

Habló también del anuncio del regreso a las clases presenciales y dijo que estaba leyendo de la crisis educativa, como se han referido el presidente Andrés Manuel López Obrador y el subsecretario de salud, Hugo López-Gatell.

“Dicen que la educación es algo súper primario, han descubierto que en este año y medio de pandemia, la educación se ha caído, se ha bajado, entonces es una urgencia que volvamos a las clases presenciales, pero ¿Cómo hacerle? Con pandemia o sin pandemia”.

Señaló que la estimación es que cada persona infectada puede contagiar hasta a nueve personas, y es ese el temor de muchos padres de que sus hijos regresen a la escuela, y vayan a generar una contaminación masiva.

Opinó que así como hay temor de que haya una mayor contaminación por el coronavirus, “se debería acelerar la vacunación, que es donde vemos una puertita de salida y de alivio de esta pandemia que estamos viviendo”.

En la misa, el obispo pidió a Dios que se termine esta pandemia por Covid-19, por la salud de las personas que están infectadas y por el eterno descanso de los que han fallecido a causa de este virus.

Por segundo año suspenden actividades y restringen la entrada

Por segundo año seguido, el acceso a la iglesia fue restringido para poco más de 100 personas, solo se permitió que sentaran dos en cada banca, y pocas personas se quedaron de pie afuera de la puerta principal, procurando estar distanciadas. Para todos fue obligatorio el uso correcto de cubre bocas y en la entrada se dio gel antibacterial y sanitizante a las personas.

Integrantes de la hermandad de Padre Jesús informaron que debido al aumento de contagios y la víspera del paso al semáforo rojo, la iglesia solo permitió la celebración delnovenario de misas presenciales con acceso limitado, pero se cancelaron tradiciones como la quema de castillos, toritos y juegos pirotécnicos, y solo habría mariachi para llevas las mañanitas, lanzarán cohetes y permitirán que los fieles lleven flores a la iglesia.

Otra tradición de más de 50 años que fue suspendida, fue la colocación de un arco de flor de chotol traída de la zona de la Sierra del estado, y que cada año había donado la familia Barrios para ser colocada en la entrada principal de la iglesia.

Texto: Alejandro Guerrero/ Foto: Archivo