24 enero,2023 5:23 am

La cabeza del pelotón

Arturo Martínez Núñez

 

La carrera por la candidatura presidencial de Morena se intensifica al arranque de año con un llamado al piso parejo y a la unidad por parte del líder nacional del movimiento. Parece que el objetivo de la mayoría de los aspirantes es pegarle a la jefa de Gobierno y cabeza del pelotón, Claudia Sheinbaum. Sabíamos que el riesgo de estar a la cabeza es precisamente convertirse en el competidor que todos buscan bajar y alcanzar utilizando para ello frentes de combate frontales, oscuros o francamente negros. Algunos aspirantes y sus patrocinadores de la oposición, saben que a Claudia sólo la van a alcanzar si ésta tropieza antes de la meta. Por ello extrañamente se han multiplicado incidentes en el Metro que buscan generar la percepción de un gobierno poco eficiente. El atentado a Ciro Gómez Leyva y otros eventos extraños pueden inscribirse dentro de la estrategia de desestabilización y polarización. En el manual de operaciones de la guerra sucia, no debemos descartar paros sectoriales y sabotajes de distintos tipos y orígenes. No se trata de volvernos paranoicos es simplemente el seguimiento a lo que la derecha ha hecho en Latinoamérica durante al menos 60 años.

Ante la inminencia del triunfo de Morena en el 2024 y el anuncio de Claudia de la continuidad e incluso profundización del proceso de transformación nacional, la derecha prepara distintos escenarios para intentar detener la transformación iniciada por Andrés Manuel López Obrador, esto incluye tratar de decidir contra quién sí quieren perder porque saben que no hay manera de ganar.

Ante las crisis, Claudia Sheinbaum ha mostrado templanza y carácter. Lejos de esconderse sale a enfrentar al toro por los cuernos con gracia y habilidad. Con valentía y determinación. Claudia no se pandea a la primera, está forjada en la lucha y entiende mejor que nadie que el poder se conquista, no se implora. Ni se llena de soberbia ni se amarga. Navega tranquila las aguas de la mar política con rumbo fijo aunque pendiente de los ajustes que se tengan que hacer en la ruta. Jamás se va a quejar ni hará acusaciones en contra de ningún compañero o compañera de lucha. Aún sabiendo que mucho del fuego recibido es amigo, entiende que en política nada es personal y que los amigos muchas veces son de mentiras pero que los enemigos son siempre de verdad. Entiende que el adversario de hoy puede ser el aliado de mañana. Entiende que en su posición de cabeza de pelotón es el objetivo a alcanzar y el blanco de los obuses contrarios y los de casa.

Claudia Sheinbaum tiene la meta clara y la ruta para llegar a ella. No habrá de hacer ningún movimiento extraño o un error forzada por las estrategias de los hoy adversarios. Sabe que su destino depende solo de ella. Ella no tiene que apostar al fracaso de los contrarios para tener éxito. Tampoco está obsesionada ni aferrada a la posibilidad de ser la primera presidenta de este país. Entiende que el poder más que un privilegio es una enorme responsabilidad y nunca la han motivado el poder por el poder ni mucho menos el dinero. Por eso a sus adversarios les cuesta mucho trabajo atacarla porque no se puede lastimar ni comprar a alguien cuyo único precio es la dignidad y la justicia.

Claudia Sheinbaum no está dispuesta, como otros, a hacer cualquier cosa con tal de llegar a la presidencia. Comprende que el poder no sirve si no es para utilizarlo en beneficio de los demás.

Como dice el presidente López Obrador: “Gobernar no debe ser un ejercicio de hegemonía o de dominio, sino, ante todo, la búsqueda de bienestar para los pueblos. El poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás”.

Por eso estamos decididamente con Claudia. Por eso nuestra campaña es abierta y de frente y nunca escondidos detrás de memes, saludos de famosos o asociaciones patito que surgen como la yerba en tiempos de lluvia.

Hoy más que nunca estamos ciertos de que #esClaudia.