28 noviembre,2017 8:08 am

La corrupción de las autoridades impide la detención de Los Ardillos, señala Siempre Vivos de Chilapa

Los líderes del grupo criminal son Celso, Iván, Antonio y Bernardo Ortega Jiménez, tienen como operadores a sus sobrinos Deivi Astudillo y Eugenio Rodríguez, mientras que otro cómplice es Antonio García, afirma José Díaz. Le atribuye más de 300 asesinatos en tres años en el municipio

Texto: Zacarías Cervantes
Foto: Eric Chavelas Hernández (En la imagen, integrantes del Colectivo Siempre Vivos de Chilapa)

Chilapa, Guerrero. – El coordinador del colectivo Siempre Vivos de Chilapa, José Díaz Navarro denunció que la corrupción, la impunidad y la omisión de las autoridades impiden la detención de los miembros de la organización criminal Los Ardillos, que levantó, secuestró y asesinó a dos de sus hermanos, a un primo y a dos empresarios en Chilapa el 26 de noviembre de 2014.

Díaz Navarro se reunió este lunes con familiares de víctimas de desaparición y asesinato en Chilapa, con motivo del tercer aniversario de la desaparición y posterior ejecución de sus hermanos Hugo y Alejandrino, su primo Vicente Apreza García y los empresarios Jesús Romero Mujica y Mario Montiel Ferrer.

En la reunión dio a conocer la estructura con nombres y rostros y explicó cómo funciona la organización criminal que secuestró y asesinó a sus familiares hace tres años y a la que atribuyó más de 300 asesinatos en tres años en Chilapa.

Insistió en lo que ha dicho en otras ocasiones, que fueron integrantes del grupo de Los Ardillos que operan impunemente en Quechultenango, Mochitlán, Tixtla y Chilapa, los que se llevaron a dos de sus hermanos, a su primo y a los dos empresarios.

También los responsabilizó de los 30 desaparecidos durante la irrupción de comisarios de las comunidades de la parte baja de Chilapa, que ahora se hacen llamar Comunitarios por la Paz y la Justicia.

Dijo que según declaraciones en expedientes, se los llevaron a Quechultenango y en el río Azul “les hicieron como a los 43 de Ayotzinapa: los asesinaron, los desmembraron, los incineraron y lo que quedó de ellos lo echaron al río”.

En la reunión dijo que con la información que tiene está muy cerca de la verdad pero muy lejos de la justicia, en referencia a que ya sabe qué fue lo que pasó con sus familiares, quiénes son los responsables del múltiple homicidio, pero que no ha sido posible su detención por la “corrupción, impunidad, omisión, negligencia, ineptitud y complicidad” de las autoridades.

Díaz Navarro se encuentra en la lista de los amenazados de muerte por el crimen organizado en Chilapa, y en al menos una ocasión se ha salvado de un atentado, dijo que como no sabe cuándo será la última vez que hable con los familiares de las víctimas de desapariciones y asesinatos, creyó importante darles a conocer la información que ha logrado obtener en los últimos tres años, con respecto a quiénes son y cómo opera el grupo delictivo Los Ardillos, responsable de más de 300 asesinatos en este municipio.

Después en declaración a los medios de comunicación, dijo que para él es muy difícil dar a conocer esta información por el riesgo al que se enfrenta, “pero definitivamente tengo que aprovechar cada momento, cada oportunidad para dar a conocer la situación que se vive en Chilapa, en donde los culpables tienen nombre, tienen apellidos, tienen rostros, son personas que son ahora fáciles de identificar, solamente hace falta que las autoridades hagan su trabajo y hagan valer el estado de Derecho”.

Los integrantes del colectivo Siempre Vivos de Chilapa se reunieron en el local de un jardín de niños en el centro de la ciudad. Los juegos infantiles sirvieron de mamparas para colocar fotografías con los nombres de varios de los desaparecidos. Los nombres son muchos como Roberto Zapoteco Chinito, Epifanio Sánchez Jerón, Cándido Díaz Sánchez, Celso García Cerón, Gemino Neri Agustín, Vicente Morales Naranjo, entre otros más.

Díaz Navarro se quejó de la falta de apoyo de las autoridades, incluidas la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) estatal y nacional, que no respondieron a su solicitud para que apoyaran para el transporte y comida a las familias que han sido desplazadas de este municipio y que asistirían a esta reunión.

Empresa del crimen

Tres años después del secuestro y ejecución de sus familiares, Díaz Navarro ha hecho sus propias investigaciones y ayer dijo que confirmó que quienes dieron la orden fueron del grupo criminal Los Ardillos, fundado hace tres décadas por Celso Ortega Rojas y ahora en manos de sus hijos, Celso, Iván, Antonio y Bernardo Ortega Jiménez, de éste último dijo que es el “operador político”, perredista que fue presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso del Estado.

Aseguró que con los recursos del poderoso grupo criminal ha logrado ser dirigente del PRD, diputado y presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local. Añadió que ahora busca ser nuevamente dirigente de ese partido, o en su defecto diputado federal, o cuando menos nuevamente presidente municipal de Quechultenango.

Contó que más abajo de esta estructura están sus sobrinos Deivi Astudillo Jiménez, El Deivi, y Eugenio Rodríguez Jiménez.

Dijo que según declaraciones de uno de los detenidos que participaron en la detención de sus hermanos, fue Celso quien ordenó que se los llevaran a una casa de seguridad de Quechultenango, en donde los torturaron y les cortaron sus dedos.

Añadió que 36 horas después sus tres familiares y los dos profesionistas fueron regresados a Chilapa en donde fueron asesinados, después los decapitaron y tres años después aún no se han encontrado las cabezas.

Informó que los primeros días de octubre pasado fue detenido cerca de El Naranjo, en la carretera Iguala-Taxco, Julio César quien participó directamente en la privación de la libertad de sus dos hermanos, su primo y los dos profesionistas. En su declaración, que se encuentra en el expediente, confesó que fueron Los Ardillos los que ordenaron levantarlos y narró cómo operaron, y la ruta que siguieron para llevarlos a Quechultenango.

Otro de los que participó fue Arístides también detenido y quien participó en el asesinato del candidato del PRI a la presidencia municipal de Chilapa en la elección pasada, Ulises Fabián Quiroz, y a tres agentes de la Policía Federal en el mercado de esta cabecera municipal el año pasado.

Expuso que fungía como policía del grupo de civiles armados Paz y Justicia, de los que irrumpieron del 9 al 14 de mayo del 2015 en Chilapa. Agregó que otro de sus cómplices es Antonio García Chino, El Chino, quien sigue libre.

El coordinador de Siempre Vivos dijo que la estructura se ha convertido en una “empresa del crimen”, porque mediante la violencia están incursionado en negocios formales. Denunció que han asesinado a distribuidores de pollos que van de Chilapa a Quechultenango o a las comunidades vecinas, para evitar la competencia al negocio que tiene la familia Ortega.

Agregó que lo mismo han hecho con los dueños de empresas materialistas y transportistas para quedarse con el negocio en toda la zona. En el caso de las Urvan aseguró que se llevan las unidades a Quechultenango en donde las remarcan y las pintan y después las ponen a trabajar desde Ayahualulco hasta Chilpancingo.