29 diciembre,2021 10:18 am

La epidemia y la inoperancia se combinaron para desaparecer actividades culturales durante 2021

Óscar Ricardo Muñoz Cano / Primera de dos partes

En Seda, novela de 1996, Alessandro Baricco relata lo siguiente: Hervé Joncour permaneció inmóvil, mirando aquel enorme brasero apagado. Tenía tras de sí un camino de ocho mil kilómetros. Y delante de sí la nada. De repente vio algo que creía invisible. El fin del mundo.
Sin duda, el escritor italiano sólo planteaba presentar un panorama ante la situación del personaje de una de las novelas de amor más aclamadas de todos los tiempos, pero bien sirve como metáfora para ejemplificar el momento actual del desarrollo cultural en Guerrero de los últimos años y que pareciera llegó a un final ante la vista de sus personajes.
De la mano de la pandemia de Covid-19 y la inoperancia de los gobiernos salientes y entrantes se concretó la desaparición de las actividades y de los presupuestos iniciada un par de años antes.
Apenas y una salpicada queda y ésta gracias a los esfuerzos en solitario de gestores culturales y artistas independientes que se resisten con las uñas a la extinción.
Si bien la epidemia que asola desde hace casi dos años al país ha calado hondo, hay quienes no han hecho su parte.
Basta observar a nivel nacional: la Secretaría de Cultura federal recibirá un presupuesto de 15 mil 28 millones de pesos, monto que representa un incremento de 3.6 por ciento respecto del presupuesto aprobado en 2021, pero que no contrarresta la tendencia a la baja iniciada desde el 2016, cuando comenzaron los cambios administrativos para la creación de la propia dependencia.
Lo anterior, según un informe del Centro de Análisis e Investigación Fundar (https://fundar.org.mx/pef2022/presupuesto-federal-para-cultura) y que se añade a otro tema: a decir de especialistas, una cuarta parte de ese nuevo presupuesto sería para el megaproyecto Chapultepec que se sumará a los miles de millones ya invertidos desde el inicio de esta administración. (El Sur, edición del 18 noviembre, 2021).
Del mismo modo, mientras a nivel estatal está por definirse el presupuesto, es la hora en que aún no se sabe cuál será la política de los próximos años, pues sus nuevos funcionarios pareciera que aún andan en campaña y han desestimado ofrecer entrevistas sobre el tema.
A nivel más local ni se diga, mientras hay municipios todavía sin una oficina especial para Cultura, otros, como Acapulco, no contaron con presupuesto para operar y no se ve claro si contarán con recursos el próximo año.
En todos los casos, y en todos los niveles de gobierno, a pesar de que la Cultura es, al menos en el discurso, parte de sus prioridades.
Y es así es como podría verse el fin del mundo de Baricco.

El adiós del PRI, por la puerta de atrás

En diciembre de 2020, el entonces secretario de Cultura de Guerrero, el priista Mauricio Leyva Castrejón, precisó que de los 53 millones 522 mil pesos aprobados por el Congreso local –la LXII Legislatura– como parte del Presupuesto de Egresos del estado de 2021, sólo se ejercerán alrededor de 18 millones, ya que el resto eran gastos propios de la operación de la propia dependencia. (El Sur, edición del 17 de diciembre, 2020).
Lo anterior se añadió al hecho de que previamente el Apoyo a Instituciones Estatales de Cultura (AIEC) fue suprimido del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) nuevamente, y se consiguió de la federación, pero hasta febrero, solamente un millón 300 mil pesos extra.
Así las cosas, la Secretaría de Cultura (Secultura) de Guerrero navegó todo el año entre la falta de recursos, de actividades y la epidemia de Covid-19.
Si bien este 2021 se entregó finalmente la obra de rehabilitación del teatro María Luisa Ocampo, de Chilpancingo, (junio) o se le diera continuidad a eventos –casi todos de manera virtual– como las Jornadas Alarconianas de Taxco (junio) y festivales como el Alvarista de Atoyac (enero), el Histórico Bicentenario del Plan de Iguala y de la Independencia de México 1821-2021 (febrero) o el de Poesía Avispero de Chilpancingo (octubre), fueron más los problemas, principalmente adeudos, incluso arrastrados de años anteriores, los que llamaron la atención.
De hecho, no arrancaba el 2021 cuando la Auditoría Superior del Estado (ASE), luego de una revisión a la cuenta pública del ejercicio fiscal 2018 de la Secultura, destacó que de los 28 millones 508 mil pesos recibidos como presupuesto por parte del gobierno del estado no fueron debidamente sustentados 22 millones 100 mil pesos, detectándose inconsistencias financieras dentro del Sistema de Orquestas y Coros Juveniles, falta de comprobación en la organización de las Jornadas Alarconianas, la Semana Altamiranista y la Feria de la plata y hasta la publicación de un libro presuntamente inexistente como parte de un programa poco conocido: Programa de Proyectos Regionales de Cultura (El Sur, edición del 14 de diciembre, 2020).
Si bien dicha cuenta no fue validada por la ASE, sí fue aprobada por los diputados locales de la LXII Legislatura, mientras el titular de la Secultura, Mauricio Leyva Castrejón, aseguró que todas las observaciones ya habían sido solventadas (El Sur, ediciones del 11 y 12 de diciembre, 2020).
Y así, a lo largo del año desfilaron los problemas, y para muestra, algunos botones:
En abril se anunció el pago de los premios respectivos a los ganadores del X Concurso Estatal de Fotografía Cultural 2019, y el retraso, argumentó el entonces secretario Leyva Castrejón, se debió a la pandemia y a que ese concurso originalmente contaba con el financiamiento del gobierno federal.
Se buscaba, decía entonces, cubrir esos faltantes con presupuesto estatal, “a través del rubro Consejos Culturales de este año y poder atender este pendiente a finales de abril o la primera semana de mayo”. (El Sur, edición del 6 de abril, 2021).
No obstante, nunca se hizo dicho pago y a dos años de emitido el concurso, no se han entregado dichos premios.
En la segunda quincena de junio, promotores culturales comunitarios de la Montaña demandaron a la Secultura que liberara y entregara los recursos para los proyectos del Programa de Acciones Culturales Multilingües y Comunitarias (PACMYC), de la emisión 2020 (El Sur, edición del 22 de junio, 2021).
Llegó septiembre y el fin de la administración estatal en octubre y los recursos no se entregaron.
Es más, poco antes del cambio de gobierno, integrantes de la Frente de Cultura y Arte del estado de Guerrero, de Tierra Caliente, protestaron por días y hasta bloquearon por cinco horas la avenida Álvarez, en el primer cuadro de la capital del estado, en demanda de que la Secultura pagara un adeudo de 25 mil pesos a los beneficiarios de otro proyecto, el de Patios Culturales. (El Sur, ediciones del 7 y 8 de septiembre, 2021).
Así, entre todos esos problemas, terminó el sexenio tal y como empezó: sin una política cultural totalmente definida y dejando que la cultura –que antes ya había dejado de ser una herramienta– quedara fuera del discurso sobre la reconstrucción del tejido social y que pretendería retomar la nueva administración.

Morena: Mucho ruido y…

La llega de Morena al poder en Guerrero levantó muchas expectativas; la entonces candidata Evelyn Salgado Pineda ganó la gubernatura al recibir 643 mil 814 votos a su favor; 62 mil votos más que su oponente de la coalición PRI-PRD, Mario Moreno Arcos, de acuerdo con el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana.
Ello supondría el apoyo de la mayoría guerrerense a su proyecto que entre otras cosas, anunciaba la llegada de gente nueva con el perfil idóneo para ocupar las diferentes secretarías y de estado.
En ese sentido, especialistas culturales guerrerenses señalaban que era necesario que a la Secretaría de Cultura llegara una persona que conociera al sector y no un político, como ya había ocurrido, designado por mera cuota o pago de favores.
Para el doctor en Bienestar Social y Políticas y Derechos Culturales por el Boston College, Javier Reyes Martínez, “lo que no se quiere que haya al frente de la Secretaría de Cultura es un político que no conozca el sector cultural; ese ha sido el caso con anteriores funcionarios como el de Arturo Martínez Núñez o el de Alicia Sierra (Navarro) y mucha gente que ha desfilado por ahí sin conocimientos del sector y llegan a organizar eventitos, fiestas sin una visión, un proyecto, de cultura a largo plazo”.
Se trata, agregaba, “de tener al frente a un gestor cultural, a un artista que tenga conocimiento del estado y de su sector cultural, pero con experiencia en gestión pública y en administración de recursos, sin importar que se hombre o mujer”. (El Sur, edición del 5 de octubre, 2021).
“Debe haber congruencia, un perfil de puesto; el reto aquí es que si de verdad se busca un cambio y un levantón en la cultura de Guerrero hay que empezar por eso: un perfil de puesto”, declaró el director del Grupo Cultural De La Mancha, de Chilpancingo, Irving Marcelo Hinojosa. (El Sur, edición del 5 de octubre, 2021).
Guerrero no está para experimentar, aseguró por su parte el bailarín y coreógrafo Serafín Aponte, pues en los últimos años “la situación de la cultura en Guerrero se ha venido abajo, incluso antes de la pandemia. En el día a día sabemos que hay muchas deficiencias, muchos problemas para desarrollar nuestras actividades, por lo que considero que el nuevo secretario de Cultura deberá ser una persona que conozca el territorio, que conozca a la gente y la ubique; que tenga capacidad de entender nuestra realidad y sepa ser un buen gestor de posibilidades, proyectos, convenios, presupuestos”. (El Sur, edición del 5 de octubre, 2021).
Así, el 15 de noviembre la gobernadora Salgado Pineda, luego de rendir protesta como tal, y durante la prestación de su gabinete anunció a la maestra Aída Melina Martínez Rebolledo como nueva titular de la Secretaría de Cultura de Guerrero.