30 agosto,2024 4:55 am

La integridad para leer el amor y el odio de Elena y Octavio

USAR esta

 

 

Adán Ramírez Serret

 

 

 

Guillermo Sheridan (Monterrey, 1950) ha sido uno de los estudiosos más puntuales de Octavio Paz (Ciudad de México, 1914-1998) ha dedicado tres exhaustivos tomos a la vida y obra del bardo de Mixcoac: Poeta con paisaje, Habitación con retratos y Los idilios salvajes echan luz con erudición y talento sobra una vida y obra monumental. Además, en 2021, compiló, editó y comentó las cartas de Octavio Paz a Elena Garro, es un tomo que más que un libro, lo considero una joya. El ejemplar se llama de manera certera Odi et amo: las cartas a Helena.

Esta compilación epistolar que hace Sheridan es sumamente valiosa por varias razones, trataré de enunciar algunas y comentarlas. Una, es que el trabajo de edición es perfecto, nada le sobra, nada le falta, el prólogo es preciso, las páginas bellas y el análisis cabal. Otra, absolutamente fundamental, es que leemos en verdad lo que Paz le decía a Garro; están allí sus palabras para que nosotros como lectores y nadie más sea participe de aquello que sucedió.

La literatura epistolar ‒ah, ese monstruo de la literatura– es el terreno por excelencia del voyeur, o más específico en español del Chismoso. Y lo pongo con ce mayúscula porque no es para cualquier chismoso, no es para uno barato, vamos; no es para quienes buscan tomar un poco de información ‒leer una o dos cartas‒ tan sólo para confirmar lo que ya pensaban; estos chismosos son poco interesantes, son fáciles, baratos, pues tienen tan sólo un punto de vista con el cual buscan, normalmente, exponer tan sólo una moral que se torna moralina al investigar una recriminación desinformada.

Las cartas son para chismosos de a deveras, no para quienes buscan meterse en las vidas de los demás tan sólo para olfatear y luego recriminar; no, en este caso dentro de las cartas está todo, aunque sólo leamos una voz en este caso que es la de Paz (pues las de Elena están bajo llave hasta por ahí del 2050). Estos que llamo Chismosos serios, al profesionalizarse, al estudiar, se van convirtiendo en periodistas, académicos o gente de letras. Porque involucrarte en otras vidas se vuelve cada vez más apasionante en cuanto más serio seas, en cuanto más indagues en fuentes que son fidedignas, y, así ya no es tan sólo un punto de vista sesgado y plagado de intensiones fundades en desinformación las que definen a una persona; sino datos duros, cosas ciertas, hechos los que van a arrojar el perfil del personaje, y entonces, claro, se puede emitir un juicio todo lo moral que se quiera.

Por eso este libro, Odi et amo, es una absoluta joya. Porque la relación, el matrimonio, el divorcio, el odio que se tuvieron Paz y Garro es quizá uno de los más controvertidos y no sé si por consecuencia de esto uno de los más plagados de mentiras en la historia de la literatura mexicana.

De los más tristes, terribles y desagradables hechos de la relación Paz-Garro es que se hicieron grupos: unos de parte de él y otros de ella. Sheridan, por cierto, adolece de esto mismo en sus ensayos; sin embargo, aquí, lo hace con suma integridad, pues hay cartas en donde Paz se ve de manera indiscutible posesivo, patriarcal, desagradable; no se le disculpa nada, está el ser humano y de la misma forma puede ser leído por cada una de las personas que se acerquen a estas cartas. Así, hay muchas epístolas plagadas de literatura, de poemas, de amor; de partes de la humanidad que aún estamos por calificar, por descubrir, como esta carta de 1935, por ejemplo: “Helena mía: A veces uno quiere detener el tiempo, detener a la dicha. Pero esta dicha ‒o esta lágrima‒ madura en otra, más grave, más honda. Yo soy feliz a tu lado, pero lejos de ti también lo soy, aunque de distinta manera: la dicha es una promesa, una esperanza, el deseo de verte. Y ese deseo ‒con toda su inquietud, con todo su dolor‒ llena las horas, las hace vida, corre, espera y ansía. Cuando estoy junto a ti no tengo fuerzas para decir nada, para penetrar en mí. Tengo miedo de destruir esa felicidad inesperada y esperada, renovada continuamente. Es duro desprenderse de ti, aunque siempre estés conmigo. Pero mi dolor se acrecienta y purifica, se convierte en alegría de esperarte”. Se exige, pues, en la lectura, la integridad ante el amor y el odio para ser ecuánimes y emitir un juicio.

Octavio Paz, Odi et amo: las cartas a Helena, edición de Guillermo Sheridan, Ciudad de México, Siglo XXI editores, 2023.