
Las piezas fueron presentadas el viernes y el sábado por el grupo Olimpo Teatral, de Carlos Cassani
Acapulco, Guerrero, 1 de julio de 2025. Bajo el nombre de Gritos ahogados, los pasados viernes 27 y sábado 28 de junio el grupo Olimpo Teatral, de Carlos Casanni, y su centro de formación actoral, ofrecieron un par de monólogos –juntos en cada función– en el Centro Cultural Domingo Soler y al que acudieron decenas de personas a pesar de las lluvias del fin de semana.
Primero, con la actuación de Aquilino Taboada, el público pudo disfrutar de Antes cruzaban ríos, original Emilio Carballido, y que de la mano del propio actor –un adulto mayor que presenta su primer trabajo actoral– explora con nostalgia la vida de Esteban Plaza, quien tras matar al perro de la familia en un accidente de caza, reflexiona sobre el impacto del desarrollo urbano en su comunidad y en su propia vida.
Del mismo modo, llama la atención sobre el trato que se le da a las personas de la tercera edad por parte de su propia familia.
Luego, tocó el turno de El firulais, un monologo de teatro popular escrito por Enrique Cisneros Luján y presentado por Carlos Casanni, quien tiene prácticamente 30 años de hacer los varios personajes que integran la obra.
La historia, inicialmente, la de un perro que es adoptado por una familia que si bien al principio le externa su amor, al ir creciendo se van olvidando de él hasta que lo suben a la azotea de la casa donde se siente prisionero.
Un buen día, el perro decide saltar para ser libre y sí, es libre y feliz a pesar de la angustia de la familia que lo busca, pero finalmente, todo apaleado, decide regresar para ser vuelto a querer y vuelto a subir a la azotea.
Es en medio de esta historia que el público se da cuenta de que en sí no se habla de un perro sino de un integrante más de la familia, que una vez que decidió salir de su casa regresa para olvidar sus sueños de libertad.
En ese sentido, el actor y director Carlos Cassani explicó posteriormente que ésta, como la anterior obra, tienen algo en común: dos hombres gritando en silencio su soledad y ahogando sus angustias.
Así, al término de sus actuaciones, tanto en la del viernes como la del sábado, dedicó la obra a tres tipos de personas: a las que no saltan de la azotea, a las que saltaron pero por miedo volvieron y a quienes valientemente consiguieron su libertad.
Óscar Ricardo Muñoz Cano