24 agosto,2019 8:51 am

La lucha de las indígenas es doble: contra la violencia y el colonialismo, subraya activista

Mientras en las ciudades tocar a una mujer en el transporte público se ve como falla del sistema, cuando se da un matrimonio forzado en las comunidades se toma como parte de las tradiciones de los pueblos, señala la escritora mixe Yásnaya Elena Aguilar.
Ciudad de México, 24 de agosto de 2019. Mientras en la Ciudad de México miles de mujeres se manifiestan en contra de la violencia feminicida del sistema patriarcal, en las comunidades indígenas la lucha es doble a causa del colonialismo.
La lingüista, escritora, traductora y activista de derechos lingüísticos Yásnaya Elena Aguilar (Ayutla Mixe, Oaxaca, 1981) detalla en entrevista que entre estas mujeres de las comunidades lo mismo hay quienes se asumen feministas que quienes creen que no es posible denominar su causa como feminismo, precisamente por la compleja situación de vivir bajo dos tipos de opresión: el patriarcado y el colonialismo.
“En la lucha de las mujeres indígenas vemos un gran abanico de relaciones con otros movimientos de mujeres, como el feminismo”, indica.
“Creo que sí sería interesante tender estos puentes y ver qué es lo que está pasando con el colonialismo y cómo se instancian estas opresiones y se administran desde el Estado, y cómo dependiendo del Estado va a cambiar esa administración de esa opresión colonial”.
Una diferencia en la estrategia de los movimientos de mujeres indígenas es el enfoque comunitario y de resistencia colectiva, de lucha por la vida, apunta Aguilar, integrante activa del Colectivo Mixe (Colmix).
“Muchas veces estos movimientos no están tan ideologizados o teorizados, pero responden a conservar la vida y la calidad de vida, y a tener una vida digna, y en ese sentido creo que las mujeres siempre han formado parte de eso.
“Independiente de lo que el Estado opina o valida, las mujeres siempre hemos puesto el cuerpo para poder continuar con la vida de los hijos, de las hijas y de toda la comunidad”, subraya.
Algo que llama la atención a la activista es la diferencia del tratamiento mediático respecto a la violencia de género en comunidades y en la Ciudad de México. Mientras acciones como los matrimonios forzados en los pueblos se reportan como una “tradición que se niega a morir”, el acoso en el transporte de la capital es visto más bien como un fallo del sistema.
“No se puede romantizar y decir que en nuestras comunidades no existe (la violencia patriarcal). Claro que existe. El asunto, a veces, es cómo se ve como un fallo en el sistema, como algo indeseable aquí en la Ciudad (de México) y que no es algo inherente a la cultura, pero allá (en las pueblos indígenas) se ve como si por esencia fuéramos así, que es algo esencial que no se puede cambiar y que nos tienen que rescatar.
“Entonces, además de la violencia de género, que también existe, está la violencia racista que hace que eso se vea como algo inherente a ti porque eres más salvaje”, expone Aguilar.
Tomando como referencia a la politóloga indígena guatemalteca Aura Cumes, Aguilar considera que, a final de cuentas, colonialismo y patriarcado son indivisibles y no se entienden uno sin el otro.
“(Por ello) se tendría que hermanar la lucha, porque el patriarcado es colonialista. Que coloque a ciertas mujeres en la parte privilegiada del colonialismo no significa que para otras eso no esté totalmente reproduciéndose, pero que también se reconozca la lucha de esas mujeres que no necesitan el tutelaje, que no necesitan que alguien les diga cómo se tienen que hacer las cosas”, concluye.
Texto: Israel Sánchez / Agencia Reforma / Foto: Diego Simón Sánchez / Cuartoscuro-Archivo