21 junio,2022 5:36 am

La masacre de Nochixtlán

TrynoMaldonado

Metales pesados

Tryno Maldonado

 

El 19 de junio de 2016, justo el día del padre de hace seis años, ocurrió una de las mayores masacres de Estado que ha vivido el pueblo de Oaxaca y que, hasta el día de hoy, no ha terminado de conocer justicia.

Los hechos considerados como crímenes de lesa humanidad ocurrieron en Asunción Nochixtlán, en la región mixteca de Oaxaca. Pero, como tantos otros casos de crímenes atroces perpetrados por el Estado mexicano, parece haber caído en el mar de la ignominia burocrática y la complicidad de las nuevas autoridades. Hagamos memoria de los hechos.

Hace seis años la comunidad de Asunción Nochixtlán sufrió un violento ataque coordinado y fuertemente armado por centenares de elementos de las policías municipal, estatal y federal. El saldo de este uso desproporcionado de la fuerza, que se alargó durante toda la jornada contra la población civil –incluso en sus viviendas–, fue de centenares de víctimas y graves violaciones a los derechos humanos.

Los profesores de la Sección XXII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) habían tomado la carretera federal que cruza Nochixtlán y que comunica a Ciudad de México con la capital de Oaxaca en protesta por la reforma educativa promulgada por el entonces presidente Enrique Peña Nieto y promovida por su secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño.

No hay que perder de vista que esta protesta se enmarcó dentro del episodio de la lucha de al menos tres años en la que el magisterio disidente estuvo en resistencia por considerar abusiva en lo laboral y vacía en lo pedagógico la reforma de Peña Nieto (tan sólo 3 mil 360 profesores fueron despedidos al entrar el nuevo modelo de evaluación laboral). Ante la ola de protestas organizadas en todo el país, Peña Nieto condicionó el diálogo con el magisterio a que estuvieran dispuestos a “explorar mecanismos para acelerar la implementación de la reforma en Chiapas, Guerrero, Michoacán y Oaxaca”. Pero de ningún modo sería derogada.

La escalada de violencia contra las protestas fue en aumento desde el primer desalojo a manos de la Policía Federal contra el plantón que los profesores mantuvieron en el zócalo de Ciudad de México hasta el 13 de septiembre de 2013. Las violentas imágenes de ese primer momento de la represión no se olvidan.

El 19 de junio de 2016, unas 50 personas –entre sociedad civil, profesores, activistas, padres y madres de familia con menores– que participaban en las protestas de Nochixtlán fueron atacadas brutalmente por 400 elementos de la Policía Federal, 400 de la Policía Estatal y 50 más de la Agencia Estatal de Investigación. Esto lo dejó asentado el informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Las víctimas se habían dado cita en el plantón de la carretera en solidaridad con los maestros y en oposición a la reforma educativa.

La instrucción de atacar a la población con el pretexto de liberar las vías de comunicación federales fue parte del Operativo Oaxaca, ordenado por Gabino Cué, en ese tiempo el gobernador.

Ante el desproporcionado ataque de las fuerzas del Estado con armas de fuego de alto calibre, hombres, mujeres y niños se defendieron con palos y piedras, y cerraron los accesos a la comunidad para evitar la llegada de más agentes, lo que sólo recrudeció las agresiones policiales. El saldo fue de ocho personas asesinadas, 103 lesionadas y 46 afectadas de consideración por los gases lacrimógenos, entre ellas varios menores.

A raíz de la inoperancia y complicidad del Estado para proveer justicia a las víctimas, éstas y sus familiares se han organizado para mantenerse en resistencia en el Comité de Víctimas por Justicia y Verdad (Covic).

Las demandas del colectivo de víctimas siguen siendo tan legítimas y vigentes hoy como ese día, pues no han tenido acceso a la verdad ni a la justicia, mucho menos a la reparación del daño ni garantías de no repetición al cabo de seis años.

El pasado día 19 de junio el Covic volvió a marchar al lado de la Red Estatal de Víctimas de Oaxaca Tomás Martínez, los sectores en resistencia de la Sección XXII de la CNTE y otros colectivos solidarios con el movimiento. Develaron el memorial de las víctimas de Nochixtlán.

Sergio Cruz Miguel es padre de uno de los asesinados. En el acto tomó la palabra para exigir justicia por su hijo en lo que debió ser un amargo Día del Padre más para él: “Cobardemente más de 800 policías arribaron hasta Nochixtlán para asesinar a nuestra gente; ese áspero domingo no les bastó para atacar a nuestro pueblo mixteco, pues, al regresar a la capital, durante todo su paso fueron deteniendo, torturando y matando gente.

“Se han transformado en seis años de impunidad y de injusticia. Para nosotros se han convertido en seis años de lucha. No olvidamos. Y no perdonamos. Y para no olvidar nos permitimos, como parte de nuestra lucha, recordar lo que sucedió hace seis años”.