21 marzo,2024 1:19 pm

La noche del asesinato de Kothan fueron tres los normalistas detenidos y torturados

Arenita fue detenido y golpeado por militares cerca del lugar del ataque en la entrada a Chilpancingo. Él, Osiel y un tercer estudiante que llegó a auxiliarlo fueron retenidos ilegalmente durante horas por policías estatales, trasladados por calles supuestamente de Chilpancingo, golpeados con los ojos vendados, tirados en el piso de patrullas, y amenazados para que confesaran que tenían armas. El abogado Vidulfo Rosales narra los hechos con base en los testimonios de los jóvenes

Chilpancingo, Guerrero, 21 de marzo de 2024. La noche del 7 de marzo, cuando fue asesinado el estudiante de la Normal de Ayotzinapa, Yanqui Kothan Gómez Peralta, tres compañeros de él fueron detenidos, torturados, golpeados y amenazados por policías estatales, y en la captura y golpes a dos de ellos participaron también militares.

Trece días después no se ha abierto investigación sobre esos delitos y violaciones a los derechos humanos de los jóvenes de Ayotzinapa, y por el contrario, uno de ellos, Osiel, copiloto de la camioneta que conducía Kothan, está imputado por robo del vehículo, que fue tomado por normalistas el 29 de febrero.

La información sobre estos hechos fue recabada en los primeros días por el abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra, defensor de los padres de los 43 normalistas desaparecidos, pero no lleva los casos de los estudiantes. En entrevista, el martes, el abogado da a conocer los testimonios de las torturas que los tres jóvenes sufrieron, y que presentaron en la Normal Rural.

Ayer, miércoles 20, en un boletín de prensa, la Fiscalía General de la República (FGR) que desde el viernes 8 de marzo atrajo la investigación del asesinato de Yanqui Kothan a petición del presidente Andrés Manuel López Obrador, confirmó que un juez federal de Acapulco dictó auto de vinculación a proceso a dos policías estatales imputados por el asesinato del estudiante de 23 años.

En el texto, la FGR reconoce que en los hechos del 7 de marzo hay violaciones a los derechos humanos del estudiante fallecido y dos estudiantes afectados por la Policía Estatal, pero no informa que se esté investigando la tortura y detención ilegal o desaparición forzada durante horas de los dos afectados. Dice que atrajo la investigación de los hechos “en los que resultó un estudiante fallecido y dos estudiantes afectados  por integrantes de la Policía Estatal, al advertirse violaciones a sus derechos humanos”.

Vidulfo Rosales expone que desde el punto de vista de los defensores de Tlachinollan se deben investigar los agravios a los tres normalistas que fueron detenidos ilegalmente la noche del 7 de marzo en la entrada a Chilpancingo por el viejo libramiento a Tixtla: Osiel retenido durante más de 10 horas, desde el ataque a balazos a la camioneta que usaban los jóvenes antes de las 9 de la noche hasta que fue puesto a disposición de la Fiscalía General del Estado a las 7 de la mañana del 8 de marzo, su compañero identificado como Arenita y otro normalista que acudió a ayudarle, durante tres o cuatro horas.

En la narrativa que tiene Vidulfo Rosales de los acontecimientos se va precisando la información, y se confirma según los testigos que no había un retén policiaco ni arco de revisión de vehículos, que los policías atacaron a los estudiantes, que no hubo enfrentamieto y los jóvenes no iban armados, y que los policías trataron de culpar a las víctimas mediante la siembra de armas y supuesta droga y un parte informativo falso.

Expone: “La narrativa que nosotros tenemos es de los testigos  que estuvieron ahí, o sea los estudiantes que vivieron el  hecho. Ellos lo que nos refieren es que llegaron en la camioneta, tres estudiantes, (Yanqui Kothan en el volante, Osiel en el asiento del copiloto y Arenita atrás). Se estacionan frente a la tienda, que es el depósito Jazmín, y que Arenita se baja a comprar cigarros.

“Nos dicen los testigos que cuando Arenita se baja, todavía le pregunta a Kothan cuántos cigarros van a ser,  ya no alcanza a  contestar porque dice que llegan dos policías en moto, dice que una moto se para atrás y otra adelante, se bajan los policías con sus armas, apuntándoles, y empiezan a golpear la camioneta pidiendo que desciendan y ahí es cuando se da todo el desenlace.

“Ellos vieron dos policías en sus correspondientes motos, lo que ellos alcanzaron a ver fue una acción rápida, en la noche oscura,  no sabemos si atrás o a los lados probablemente  había otro policía con otra moto, pero los que fueron asegurados por la Fiscalía fueron tres, y el parte informativo policial está alterado, lo firman tres policías, dicen que los tres llegaron al lugar, esa es la versión policica, de los tres, Pero los jóvenes  en su testimonio dicen que de inmediato lo que ellos ven son dos.

“Llegan, los paran, Yanqui Kothan trata de arrancarse y le disparan primero a las llantas y después a la camioneta y a su persona”.

Agrega que en el  parte informativo, los policías estatales hablan de un enfrentamiento y que Yanqui Kothan tenía un arma corta y que Arenita tenía un arma larga, pero la que ponen a disposición es el arma corta que no tiene casquillos, no encontraron casquillos alrededor, no hay prueba de que esa arma haya disparado, y el arma que según tenía el estudiante Arenita ni siquiera fue puesta a disposición,  porque dicen que él se la llevó  corriendo hacia la parte baja, pero no tiene fuerza esa aseveración, porque minutos más tarde, metros más adelante es detenido Arenita y el arma no se la encontraron”.

Explica el abogado que Arenita sale huyendo y pide auxilio a otro  compañero que estaba en la escuela, localizada a unos 30 minutos, y  este otro estudiante se hace acompañar de otro más, y llegan en una motocicleta de la Normal.

Los dos se encuentran con Arenita y son detenidos por militares que ya habían llegado al lugar donde originalmente sólo aparecieron los policías estatales del grupo especial de respuesta Centauro.

El segundo estudiante que llega en auxilio se queda  muy atrás, y nada más Arenita y el primer compañero que llega a ayudarle son detenidos, casi al momento en que se encuentran.

El otro joven queda fuera del radio de acción y no lo detienen, incluso filmó una pequeña parte de la detención, y cuando lo ven los militares les dice que no es de Ayotzinapa, le preguntan porqué estaba ahí, y porqué estaba filmando, y dijo que ya no iba a filmar y lo dejan ir.

Osiel

El copiloto de la camioneta, Osiel  es detenido inmediatamente después de los disparos, uno de los cuales hirió de muerte a Yanqui Kothan, y se lo llevan policías  del estado y lo andan cargando por varios lugares, es llevado a oficinas de varias instituciones, primero hacia Petaquillas, y después a otros rumbos, y finalmente lo llevan a  a  una oficina contra el narcomenudeo, antes de entregarlo a la Fiscalía, donde es puesto a disposición del agente del Ministerio Público a las 7 de la mañana.

El abogado considera que se configura el delito de tortura a Osiel, y explica:

“Mientras estaba detenido ilegalmente lo estuvieron golpeando, los policías lo golpearon en distintos momentos, cuando fue  llevado a Petaquillas y a otras oficinas, fue golpeado en el camino y en las oficinas, adentro de un vhículo donde lo llevaban tirado en el piso y con los ojos vendados y lo amenazaban, le exigían constantemente que dijera dónde estaban las amas, o de quién era el arma, de quién era la droga, que si él iba con droga, que si él iba armado,  que si él había disparado, lo estuvieron amenazando, coaccionando y golpeando para que se declarara  culpable. Él nunca lo hizo”.

Arenita, arrestado por militares

Arenita escapa cuando vio el ataque de los policías a sus compañeros en la camioneta. Se va a una barranca entre la colonia Indeco y El Tomatal. Habla por celular a un compañero que estaba en Ayotzinapa y le pide que acuda a ayudarle, este compañero va con otro estudiante en una moto.

Los motociclistas llegan a El Tomatal, y Arenita sale de su escondite, se ven y poco antes de que se acercara a uno de ellos, son detenidos por militares.

Los militares lo llevan a una banqueta y uno de ellos le pregunta: ¿tú eres el que andaba allá armado? y Arenita le dice, ‘yo no soy, yo vengo de la Zapata, vengo de ver a mi novia’. El militar replica: cómo que vienes de ver a tu novia, si vienes todo sudado, todo sucio. Ahí el militar golpea a Arenita. En ese momento llegaron poli-cías del estado y los militares les entregaron a Arenita.

Al otro estudiante lo detienen también los militares, y lo entregan a los policías del estado.

Los estatales los separan y a cada uno en distinta camioneta lo llevan a diversos lugares a bordo de patrullas de la Policía del Estado, moviéndose. Arenita contó que a él lo tuvieron cargando en las calles, a veces lo paraban en una esquina y lo golpeaban, le decían que confesara que él era el que andaba en la camioneta y lo negó, pero llegó un momento en que lo doblegaron y dijo que sí iba en la camioneta.

Dice que después de tres o cuatro horas que lo tuvieron yendo de un lugar lo soltaron y le dijeron que  no habían encontrado nada. Lo juntaron con su compañero, el tercer detenido, y les dijeron “váyanse”.

Tercer detenido

Al estudiante que acudió en auxilio de Arenita, de quien no se tienen nombre ni seudónimo, también lo tuvieron circulando por las calles de Chilpancingo, en una camioneta de la Policía Estatal, tirado en el piso y con los ojos vendados y lo iban golpeando. Y llegó un momento en que lo dejan en libertad, y lo juntan con Arenita.

Vidulfo Rosales reproduce los testimonios, y precisa que los estudiantes dicen que “no logran definir bien cuánto tiempo los tuvieron retenidos ilegalmente, pero calculan que como tres o cuatro horas durante las cuales fueron golpeados y pa-teados. No ubican los lugares por los que transitaron porque no podían ver, supuestamente calles de Chilpancingo.

Dicen que cuando los poli-cías los liberaron, les tomaron video, y les dijeron caminen, digan que están ilesos, en buenas condiciones. Y se fueron caminando y de raid llegaron a la Normal Rural de Ayotzinapa, juntos.

De los tres detenidos, Osiel declaró en el MP en carácter de imputado por robo de la camioneta y Arenita declaró como testigo.

Vidulfo Rosales dice que se debe abrir una investigación por la tortura y la privación de la libertad que sufrieron.

Texto: Maribel Gutiérrez