19 abril,2024 4:44 am

La política: un balance

LA POLÍTICA ES ASÍ

 

Ángel Aguirre Rivero

Hace muchos años cuando me inicié en la política, lo hice pensando en cómo ayudar a los demás, cómo ayudar a mi pueblo y a mi estado. Nunca me ha motivado la ambición ni mucho menos establecer relaciones vergonzantes en aras de alcanzar el poder.
En mi juventud mis referentes de lucha fueron el Che Guevara y Emiliano Zapata. Al final decidí enrolarme en el PRI con el propósito de desterrar viejas prácticas.
Cuando llegué a la dirigencia estatal, recorrí todo el estado promoviendo la democracia y alentando la participación de nuevos cuadros que dieran paso a una generacion diferente con una mentalidad distinta de servicio a la comunidad, pero sobre todo con nuevos valores y principios.
Mi paso por la dirigencia me llevó a encabezar el gobierno interino en 1996, donde la oposición daba ya sus primeros pasos. Me tocó gobernar por primera vez con un alcalde del PRD en Iguala y otro del PAN en Taxco, con quienes construimos una magnífica relación de colaboración y respeto, más allá de que imprimí un toque de pluralidad a mi gobierno, invitando a formar parte del mismo a miembros de la oposición, específicamente del PRD, y la experiencia fue alentadora.
Bajo mi perspectiva, la debacle del PRI tocó fondo a partir de la designación de un grupo de candidatos a gobernadores que casi todos resultaron corruptos, la mayoría hoy se encuentra en la cárcel. Aunado a ello el presidente Peña Nieto eligió uno de los peores gabinetes de la historia, así como el mal manejo del lamentable caso de los 43 desaparecidos de Ayotzinapa.
La herencia de un dirigente nacional que no ha sido capaz de construir la unidad, por el contrario: la prepotencia, la soberbia y la mentira son sus características principales. El PRI vive su peor momento de la historia.
Surgió Morena como una alternativa real para recoger las aspiraciones legítimas de muchos mexicanos que coincidían en la necesidad de un cambio de paradigmas.
Con Andrés Manuel López Obrador se despertaron las esperanzas de una forma distinta de hacer política, desterrar la corrupcion y ayudar a los más necesitados.
No sé cuánto se avanzó en ese propósito, pero lo que sí puedo decir es que tal parece que se estan reeditando las viejas prácticas del PRI.
Veamos en que baso mis argumentos: muchas de las candidatas y candidatos que fueron electos para este proceso electoral no les fue respetada su presencia, su arraigo, sus simpatías y popularidad ante el electorado; fueron otros los factores que motivaron las decisiones para llegar a una candidatura.
Pertenecer al grupo en el poder sin tomar en cuenta la aceptación ciudadana, las encuestas resultaron una verdadera farsa y la corrupción para obtener una candidatura permeó en diferentes niveles; incluso se dice que el dirigente estatal de este partido, Jacinto González Varona, recibió dinero y prebendas en aras de otorgar candidaturas hasta el nivel de regidores.
Algunos afirman que Morena es una especie de PRI reciclado, con las mismas prácticas pero más sofisticadas, en donde la marca pesa mucho sin importar el perfil del candidato o la candidata.
Yo no tengo ninguna duda que para el caso de la Presidencia de la República, el triunfo de Claudia Sheinbaum será arrollador. Primero, porque está muy bien evaluada, con más del 70 por ciento; del presidente López Obrador ni se diga, sus números alcanzan casi el 80 por ciento, siendo Guerrero y Sinaloa las entidades donde posee las mejores calificaciones, pero no así en el ámbito estatal y municipal, donde las autoridades tienen una evaluación reprobatoria.
Ayer que comía con mi amigo el coordinador de Enlace institucional del periódico Milenio Ricardo Zamora, me preguntaba cuál era mi pronóstico para Guerrero en estas elecciones, y mi respuesta fue que para la Presidencia ganará Claudia sin mayor trámite.
De los distritos electorales federales la oposicion puede ganar la mitad y la mayoría del Congreso, estoy cierto la alcanzará los partidos que forman el frente amplio (PRI, PRD y PAN) junto con MC, lo mismo sucederá en el ambito municipal donde gobernarán los partidos de oposición a Morena.
Si Morena hubiese respetado la voluntad mayoritaria de sus militantes, tal vez estaríamos hablando de otra historia, sin embargo no fue así, llevaron en muchos casos a los incondicionales e incluso hasta personajes impresentables que nada tienen que ver con este movimiento.
Movimiento Ciudadano por su parte tendrá un crecimiento inusitado en Guerrero, y nuevamente alcanzará algunas diputaciones locales y varios municipios, algunos de ellos de mucha relevancia económica y social.
Hay otro poder que sin ser partido político, se llevará un sinnúmero de alcaldías, se trata de los poderes fácticos , los que operan en las penumbras, que aunque no se quiera ver, ganarán más municipios que cualquier partido político. Esa es la triste realidad que las instituciones se niegan a ver. Pobre Guerrero.
Del anecdotario

Felipe Calderón es el presidente más autoritario y déspota que he conocido. Lo recibí en el aeropuerto para acompañarlo a la inauguracion de la Convencion Bancaria.
En el trayecto del aeropuerto al hotel Princess le pedí que reconsiderara su decisión de hacer el Tianguis Turístico itinerante, pues le pertenecía a Acapulco. Como un verdadero orate me levantó la voz para decirme:
“Mira gobernador no me vuelvas pedir eso porque si no te voy a quitar también la Convención Nacional Bancaria”.
Llegamos al evento y di las palabras de bienvenida. Lo primero que hice fue insistir en que el Tianguis Turístico se quedara en Acapulco.
Calderon alcanzó a decirme: te voy a contestar y ya no nos volvimos hablar en todo el evento.
Después los banqueros ofrecían una cena al presidente Luis Inacio Lula da Silva. Me dije a mí mismo: yo voy, de una vez que la cuerda se reviente por lo más delgado, pinche presidente déspota y autoritario.
Salimos del salón, me tomó del brazo y luego del hombro, para decirme:
“Mira gobernador, le voy ayudar a Acapulco como nunca en su historia, te lo prometo. Vamos a hacer muchas cosas juntos”.
El ambiente se relajó y entramos a la cena con Lula da Silva. Felipe Calderón nunca le cumplió a Acapulco. Es, tal vez, el peor presidente de las últimas décadas.
La política es así…