1 abril,2024 5:26 am

La Semana Santa en Taxco

 

Silvestre Pacheco León

Escribo el presente artículo muy cerca de la ciudad de Taxco donde siguiendo la tradición de la Semana Santa, dice la crónica que el jueves los fieles católicos se concentran en el atrio de la catedral de Santa Prisca convertido en el “Huerto de los Olivos” para llevar a cabo la procesión de la Santísima Trinidad en la que participan los “encruzados, flagelantes y ánimas” con la que se prepara el ambiente de la Última Cena.
Considerada como la más “conmovedora e impresionante de todo México” la representación en el presente año estuvo en riesgo de suspenderse debido a las condiciones de inseguridad impuestas por los grupos criminales que se disputan la plaza de la llamada ciudad platera, lo que obligó a las autoridades eclesiásticas a negociar con ellos una tregua para que el ritual pudiera realizarse sin riesgos.
Con esa tranquilidad inició desde el Domingo de Ramos la ceremonia religiosa que atrae a cientos de visitantes cada año, la cual se vio ensombrecida el jueves por la mañana cuando la población se despertó con la noticia de que se había encontrado muerta a la niña Camila, desaparecida el día anterior en el barrio de La Florida.
Los angustiados padres ha-bían denunciado el miércoles por la tarde la desaparición de la menor quien por la mañana había salido de su casa atendiendo una invitación de su amiguita para estrenar con ella una alberca inflable en su domicilio, pero la madre se alarmó cuando al llamar a la casa de la fiesta la mamá de su amiguita le dijo que la niña no había llegado.
Por eso pidieron la participación de las autoridades locales denunciando los hechos de la tarde anterior y gracias a la acción de búsqueda detuvieron al taxista que trabajaba uno de los autos de alquiler propiedad de la familia de los supuestos secuestradores, el cual confesaría la muerte de la menor, indicando el lugar donde con su pareja se habrían desecho del cuerpo, a orillas de uno de los caminos con dirección a Cuernavaca donde posteriormente fue encontrada sin vida.
Los vecinos del barrio de La Florida sorprendidos e indignados por la noticia del secuestro y la muerte de la niña montaron guardia desde temprano porque supieron que los secuestradores habían pedido dinero a cambio de la vida de Camila.
En el transcurso del mismo jueves la sociedad entera se fue enterando de los pormenores del suceso. Ya era del dominio público que la niña había dejado su casa la tarde del miércoles para acceder al lugar de la fiesta gracias a la evidencia que mostraron las cámaras de vigilancia dispuestas en esa calle.
Por eso la indignación de los vecinos creció cuando los videos de las cámaras mostraron que después de que la niña caminó alegre por la calle hasta el domicilio de su amiguita, lo que sucedió después les heló la sangre mirando que de ese lugar salió la pareja, hombre y mujer, ambas cargando cosas, ella un cesto de ropa y el hombre un bulto en una bolsa negra hasta un taxi donde subieron su carga, de lo cual se dedujo que se trataba del viaje con el cuerpo de la niña.
Entonces la gente reunida se manifestaba exigiendo que la policía se presentara en el lugar y procediera a la detención de los supuestos secuestradores que ya se encontraban en la vivienda, pero nada ocurrió o cuando menos, no con la celeridad que todos querían ver porque poli-cías y militares de la Guardia Nacional presentes en el bloqueo de la avenida de los Plateros esperaban la llegada de los policías ministeriales con la orden de aprehensión y tiempo después porque les faltaba la orden de cateo para penetrar en la vivienda
Pero luego sucedió lo que parece ser una conducta repetitiva de la Policía Ministerial cuya lentitud e ineficacia en su trabajo ya es legendaria, pues sin la orden de aprehensión provocó que la indignación de los familiares de Camila y de quienes les apoyaban bloqueando la calle escalara el nivel del enojo desbordando el control policiaco y devino en turba que penetró de manera violenta a la vivienda para sacar por la fuerza a los presunto secuestradores y homicidas que fueron llevados a rastras y golpeados hasta el cansancio ante la presencia de los policías y militares que solo actuaron cuando el desahogo y los golpes contra los detenidos cesaron.
Pero lo peor de este drama vino después cuando el jefe policiaco municipal tuvo a su cargo la revictimización de los familiares de Camila. Primero se justificó de que no había dirigido personalmente la búsqueda de la niña porque estaba ocupado en “otras cosas” y luego, lo más grave, se atrevió a reconvenir a la madre de lo sucedido, aduciendo desatención en el cuidado de Camila en este tiempo tan delicado, como si fuera responsabilidad o culpa de la señora vivir en una sociedad insegura donde los criminales se sienten dueños de la vida de los demás y como si el funcionario fuera ejemplo de eficiencia en su encargo.
En todo caso, la violencia protagonizada en la Semana Santa en Taxco mostró que la revictimización o doble daño de quienes ven violentados sus derechos se ha convertido en una conducta de las autoridades para reforzar en las víctimas la idea de que más vale quedarse callado, rumiando su impotencia, antes de verse humillado por segunda ocasión y que ahora sea a manos de la autoridad.
Que se haya llegado al grado de dejar que el coraje, la indignación y la protesta de los vecinos se desbordara hasta convertirse en turba para detener a los supuestos secuestradores y homicidas de Camila, habla de una grave irresponsabilidad de policías y militares y de su absoluta falta de energía para controlar a la multitud que pasó sobre su autoridad.
Por desgracia la falta de una policía profesional garante de la legalidad y la justicia nos ha convertido en un pueblo harto de la situación donde la parálisis institucional de la seguridad contrasta con la impunidad de los criminales, conduciendo a muchos guerrerenses a la idea de que el estado ya no tiene arreglo y que ni la destitución de funcionarios tiene sentido por el temor de que los que vienen sean iguales o peores a los que se van.
La pobre gobernadora está mal gastando su juventud sin mayores resultados en su gestión a pesar del apoyo casi incondicional que ha tenido de la federación al grado de tener que recomponer casos como la investigación en torno del homicidio del normalista Yanqui Kothan a manos de la policía del estado, lo que en momentos parece querer prescindir de ella.
Por eso en el caso de Taxco la gobernadora está obligada a reivindicarse dando seguimiento al feminicidio para satisfacción de la población.