10 junio,2024 5:56 am

La tensión social

 

 

Silvestre Pacheco León

Hablemos de la tensión social que ahora vivimos como efecto de los resultados electorales que han deslindado los dos campos políticos de izquierda y derecha en todo el territorio nacional.
Vamos a abstraernos de los mexicanos que no votaron, cuya postura política estamos lejos de adivinar, y nos vamos a concentrar en los poco más de 60 millones que votaron en la elección presidencial que representan el 61 por ciento o las dos terceras partes de los ciudadanos, lo que habla de que la mayoría entiende, se interesa y participa de la vida democrática sabiendo que debe respetarse a quienes ganan y dejando a buen recaudo los derechos de los que pierden.
El 2 de junio del 2024, como en toda contienda electoral, unos ganaron y otros perdieron, solo que en este caso el triunfo de la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum ganó con casi 20 millones de votos de diferencia, lo que significó una derrota tan grande del bloque opositor como nunca la esperaron, pues además de los 14 millones de votos de diferencia que dan sumando los obtenidos por el segundo y tercer lugar, nos encontramos en el caso peculiar de una engañifa de la que han sido víctimas los poco más de 16 millones de votantes que manifestaron su apoyo a la candidatura de Xóchitl Gálvez, pues a lo largo de la campaña los dirigentes e ideólogos del bloque conservador siguieron como táctica propagandista la idea de que se trataba de una cerrada contienda según sus encuestas, y fueron capaces de mentir el día de la elección informando que su candidata había ganado cuando aún no se conocía el resultado oficial de las encuestas de salida.
Fue esa alevosa mentira del bloque conservador la que provocó una reacción de sus seguidores al conocer los resultados oficiales, reclamando una explicación de lo sucedido.
La respuesta de su candidata y los líderes del bloque opositor fueron nuevas mentiras para ocultar su torpeza y falta de honestidad fallando en su estrategia de llevar la elección a los tribunales por supuestas inconsistencias que no se justificaba ante el alud de votos que casi los sepultó a los partidos coaligados en el PRIAN.
En el fondo de todo, lo que explica la actual situación postelectoral es la falta de ideas de la derecha para articular una propuesta alternativa de nación atractiva para la mayoría de los mexicanos y un desconocimiento absoluto de la realidad del país.
Lo que aprovechó la derecha con Xóchitl como candidata fue el odio clasista acumulado contra Andrés Manuel López Obrador como representante de la mayoría de los mexicanos que organizados les quitaron el régimen de privilegios.
Fue esa postura clasista la que confundió al bloque conservador sobre la pertinencia de una candidatura como la de Xóchitl Gálvez, una suerte de ingenuidad y serias limitaciones intelectuales ocultas en su corriente y agresivo modo de hablar que atrajo la simpatía del reducido sector social agraviado por el régimen actual.
Pero es también la muestra de la inescrupulosidad de los partidos que buscaban una candidatura domesticable a la que primero quisieron presentar como candidata ciudadana, con sus propias ideas y propuestas, manejada después como un producto desechable sujeto a los caprichos e intereses partidistas.
Primero fue su reclamo contra el INE, organismo al que ensalzaron y defendieron con la invención de la llamada Marea Rosa y luego lo denostaron haciéndolo responsable del supuesto fraude a favor de la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia.
Durante toda la semana posterior a las elecciones la ex candidata opositora se dedicó a desvirtuar aún más su falsa postura democrática, poniendo en duda, primero el triunfo de Claudia, después de haberla felicitado, luego cometiendo el error de querer acallar a los medios de comunicación que daban a conocer los resultados para que esperaran hasta el anuncio oficial; después exigiendo al INE el recuento de votos cuyo resultado al recontar aumento la ventaja de Morena, por eso ante esa nueva evidencia recurrió al muy desgastado argumento de acusar al presidente de la república como el causante de su derrota mediante su conferencia mañanera.
Por fortuna la tensión social creada por estas imposturas del bloque opositor se ha ido desvaneciendo dejando solos a los ideólogos de la derecha que han vuelto sus baterías contra los mexicanos que votaron a favor de la continuidad en el cambio. Lo menos que han dicho contra quienes votaron por Claudia Sheinbaum es que están equivocados y viven en la irrealidad, manejados por un líder carismático que, dicen, ha destruido al país.
De lo anterior se deduce que hay dos realidades, dos visiones del mundo, la de la derecha que nace de una ilusión propia de quienes viven en su burbuja, alejados de la realidad práctica, y la segunda, la representada por los casi 36 millones de votos de quienes un día descubrieron que también tenían derecho a disfrutar de una parte mayor del producto de su trabajo y soñar con un país donde sus familias gozaran del derecho a la alegría sin sufrir la incertidumbre de lo que pudiera suceder al otro día.
Por eso Carlos Alazraki, el típico ideólogo de la derecha, sin ideas ni imaginación, enemigo recalcitrante del presidente López Obrador que propone formar un nuevo partido “socialdemócrata” con lo que queda del PRIAN, platicaba sin impudicia que había propuesto a inversionistas que le financien una campaña para desengañar a los que votaron por la 4T de que están equivocados de la realidad en la que viven, buscando fortalecer sus argumentos explicando que en sus recientes visitas al sureste, al bajío y centro del país ha visto que las familias viven alegres y pasean en las calles con los bebés en sus carreolas, comprando helados, yendo a los estadios de futbol, sin darse cuenta del error en el que viven, lo cual, según su entender, confirmaba más la pertinencia de su propuesta, mientras su acompañante en el programa, Pedro Ferriz reforzaba su apreciación quejándose del malestar que le provocan a él y a su mujer los nuevos ricos que ahora acuden a los restaurantes que antes eran de su exclusividad, y cuenta con detalle su experiencia de que un día llegó y se sentó cerca de una de esas mesas ocupadas por los comensales descritos a quienes inmediatamente identificó por su forma de pedir y de platicar, quienes se cohibieron al verlo llegar, y más cuando su mujer (“ya sabes como son las mujeres”) se puso a tomarles fotografías, “inmediatamente bajaron la voz, pagaron y se retiraron”.
–Es que te reconocieron, dijo Alazraki.
Esos ideólogos que se dicen urgidos de hacer entender a la mayoría de mexicanos que “viven en un error” por estar alegres, son a quienes quieren salvar porque según su pensamiento conservador, no son libres, porque no saben que dependen de las dádivas del gobierno.
Eso dicen los que apostaron a las clases medias porque siendo el sector más educado entendían mejor la realidad del país, pero como su voto fue mayoritariamente a favor de Claudia ahora son objeto de denostación.
Todo lo anterior confirma el atraso intelectual de la derecha mexicana, más cercano al pensamiento fascista que a las ideas constructivas para un futuro de país.