1 julio,2022 5:34 am

Lázaro Cárdenas y Tierra Caliente

La política es así

Ángel Aguirre Rivero

 

El general Lázaro Cárdenas del Río ejerció con sus obras y acciones, una gran influencia en el desarrollo social y económico de la Tierra Caliente guerrerense. Sin ignorar por supuesto las grandes transformaciones que dio a México como presidente de la República.

Cárdenas es sin duda, el personaje político que transformó al país y lo perfiló al futuro, el personaje cuya popularidad unió al pueblo en torno a sí, bajo la causa de la expropiación petrolera, quien ideó la cercanía del PRI con el sector obrero, campesino y popular, pero sobre todo, el gobernante que creó instituciones fundamentales que viven hasta nuestros días.

La huella del general en nuestro suelo suriano tiene mucho que ver con la etapa del reparto agrario y creación de ejidos, como una reivindicación al reclamo de Tierra y Libertad que fue plasmado en el artículo 27 de la Constitución carrancista. De hecho en los relatos sobre el conflicto entre tierras entre Juchitán y Huehuetán, que se volvieron expresión musical, se refiere que los pleitos entre los lugareños ocurrieron precisamente al deslindar territorios durante el reparto agrario cardenista, como ya lo comenté en otra columna.

El general Cárdenas dijo que el crecimiento humano se derrama como los ríos: corre hacia las tierras bajas o deshabitadas, con eso en mente se formó a la Comisión del Balsas, la cual es un ejemplo de una política pública que potenció el aprovechamiento de recurso hídrico de la región. Pero al final, las presas que generan energía eléctrica se han convertido en un dolor de cabeza para los lugareños, por la contaminación que ocasionan, y van en sentido contrario al desarrollo sustentable que requiere no sólo el país, sino el planeta mismo.

“Lázaro Cárdenas, primero como Vocal Ejecutivo de la Cuenca del Tepalcatepec (1947-1958) y después como Vocal de la Cuenca del Río Balsas (1962-1970), jugó un papel fundamental en materia de política de ‘desarrollo integral’ hasta el día de su muerte. Cárdenas realizó múltiples viajes a pueblos y localidades ubicados a lo largo de ambas cuencas para conocer, de primera mano, problemas, conflictos y necesidades de la población rural, así como las potencialidades productivas de muy diversas regiones; su enorme capacidad de gestionar y distribuir recursos públicos, además de algunas cualidades personales, como la atención y el trato amable que solía prestar a las personas comunes y corrientes, contribuyeron también para que miles de mexicanos llegaran a percibirlo como una especie de ser divino que era capaz de caminar por la tierra. Incluso después de morir, el cardenismo siguió existiendo por algunos años, bajo distintas modalidades y en diversas coyunturas”. (Lázaro Cárdenas del Río y las Comisiones Hidrológicas del Tepalcatepec y del Balsas / página 230 / Marco A. Calderón Mólgora, El Colegio de Michoacán.

Lázaro Cárdenas es muy querido y respetado no sólo en la Tierra Caliente sino en todo Guerrero. No es una casualidad que las principales avenidas de las grandes ciudades de Guerrero lleven su nombre, así como la monumental cabeza esculpida en la década de los setentas en la región de Tierra Caliente, en el camino a Tlapehuala.

En primer lugar, por obvias razones de vecindad, al ser oriundo de Jiquilpan, Michoacán; haber gobernado su estado, luego por encabezar el reparto agrario desde la Presidencia de la República, y desde luego, con las obras de infraestructura carretera, construcción de presas y distritos de riego en el tiempo que estuvo al frente de la Comisión del Balsas, de lo que por cierto, se ha escrito muy poco.

Los viejos lugareños recuerdan cuando el general Cárdenas derrotó a un grupo de opositores al gobierno de Venustiano Carranza en San José Poliutla, segunda localidad en importancia de Tlapehuala.

“Además, Zacarías Salmerón (1918-2011), el llamado poeta del violín, orgullo de la región nacido en esta localidad y destacado representante de la música tradicional calentana, se jactaba de haber conocido a ‘Tata’ Cárdenas y contaba que forjó una perdurable amistad con él, lo cual le llevó a tocar en Los Pinos cuando era presidente del país, e incluso que don Lázaro le gestionara una plaza de maestro en un jardín de niños tlapehualense –la cual mantuvo hasta poco antes de su muerte– y le regalara una copia de un violín Stradivarius” (La cabezota de Cárdenas, Ricardo Cruz García / Relatos e Historias https://cutt.ly/3J5xRPd ).

También existe la que fuera una casa de campo del general en el municipio de Ciudad Altamirano, la cual sufre los estragos por el abandono y el paso de los años. Vale la pena rescatarla.

Del anecdotario

Como siempre lo acostumbro, desayuno un poco de papaya, café bien cargado y uno que otro cigarrillo; abro mi computadora… son las 7 am y me embarga la tristeza y preocupación al leer en un solo medio nacional, uno solo, 22 notas vinculadas con la violencia en el país y en el ámbito internacional.

Reviso los medios de mi estado y la tristeza me embarga más, por lo que sucede en Chilpancingo, mi segunda tierra; en Acapulco, mi lugar preferido de descanso, y ahora mi amada Costa Chica, otrora una región de paz y de trabajo, hoy contaminada también por grupos de la delincuencia organizada.

Me pregunto qué está pasando, hoy en Marquelia, en San Marcos… Qué fue de aquella policía comunitaria que me dejó sorprendido por sus formas tradicionales y honestas de entregar el servicio de la seguridad a los habitantes de los pueblos originarios en aquellos años, y que con tanta pasión defendí para su consolidación y apoyo, poniéndola de ejemplo a nivel nacional.

Nuevamente la tristeza me embarga y crece. Hoy esas policías comunitarias se han convertido en su mayoría en brazos armados de la delincuencia organizada.

Son las 10 pm, ya no veo ningún noticiario para no contaminarme más, busco en Netflix y otras plataformas junto con mi amada esposa Laura del Rocío, una película o una serie que nos relaje, que nos dé paz… Y nuevamente nos atrapa la violencia: la gran mayoría son de ese tema, sí, el de la violencia. Terminamos viendo  El Padrecito, de Cantinflas, aunque la hemos visto cinco veces… Qué importa, lo que queremos es un poco de paz y estoy seguro que toda la gente también es lo que quiere.

La vida es así…