De no ser por la cinta de terror dirigida por John Carpenter en 1978, su nombre no sería conocido, admite la intérprete en entrevista en la capital del país por el estreno del más reciente filme de la saga, Halloween: La Noche Final
Ciudad de México, 4 de octubre de 2022. Michael Myers ha sido su gran rival durante 44 años, su gran pesadilla, pero a la vez, la gran bendición de Jamie Lee Curtis.
De no haber sido por el brutal asesino de la máscara, a quien enfrentó por primera vez en 1978 con su personaje de Laurie Strode, su nombre, opina, ni siquiera sería conocido.
“No habría tenido carrera. Ninguna. En absoluto”, dice en entrevista, durante una visita a la Ciudad de México, la actriz de 63 años.
“Lo habría intentado poco tiempo, pero no habría tenido éxito”, imagina. “¡Quién sabe en lo que me hubiera convertido! Le debo toda mi vida a Halloween. Todo. ¡Mi esposo! (Christopher Guest)”, agrega.
Debrah Hill, productora de la película seminal de John Carpenter, la contrató por ser hija de Janet Leigh, la chica asesinada de Psicosis (Alfred Hitchcock, 1959), pero hoy no hay duda de que Curtis es la reina del género.
El baile de la muerte de Michael y su personaje, quien comenzó como una preparatoriana y ahora es una madura mujer llena de cicatrices emocionales, culminará con Halloween: La Noche Final, que llega a los cines el 13 de octubre.
“No es un final feliz para nadie”, desliza la productora y filántropa, con cuidado de sortear el terreno de los spoilers.
“Eso molestará a mucha gente. Puedo entender el porqué. Y sin embargo, se sentía demasiado apropiado. Estoy orgullosa”.
Las últimas tres cintas de la franquicia, dirigidas por David Gordon Green, han resignificado a Laurie Strode como un ícono feminista, por su fortaleza e inteligencia.
Halloween (2018) la mostró como una mujer capaz de orquestar una contraofensiva contra su acosador; La Noche Aún No Termina (2021), como un canalizador social, y La Noche Final, como un vehículo para exorcizar traumas colectivos.
“Esto es muy emocional (decir adiós a la saga). Estas tres películas resucitaron, de una manera absolutamente global, la apreciación por las películas de Halloween. La de 2018 fue algo masivo. Me dio una nueva carrera. Una enteramente nueva”.
Ahora, dice, deberá reinventarse y dejar atrás uno de los más icónicos roles del cine de terror de los últimos tiempos.
No duda la actriz cuando se le pregunta cuál es, en su opinión, el legado, el mensaje de Laurie a lo largo de estas más de cuatro décadas.
“Supervivencia”, suelta. “Cuando digo supervivencia, no me refiero a algo literal, sino a la perseverancia, a enfrentar obstáculos en la vida y atravesarlos”.
Aferrada al pueblo de Haddonfield, porque no hay que huir de los miedos sino enfrentarlos aunque parezcan sobrenaturales, Laurie se encuentra escribiendo sus memorias durante la historia de La Noche Final.
Curtis, en cambio, aunque es una autora publicada de libros infantiles, afirma no tener la intención de imitar a su alter ego: corre despavorida a la idea de contar su viaje de vida.
“No, jamás escribiría unas memorias. Nunca. Sí, escribo libros para niños, pero no escribiré ningún libro”, ataja.
“Es algo demasiado personal, tienes que traicionar a la gente al escribir una autobiografía, tienes que traicionar tu privacidad, tu intimidad. No me puedo imaginar haciendo eso, ¡qué horrible idea! ¡Por dinero… y hablar sobre eso en televisión!”.
La máscara de Myers, algo a lo que estará atada por siempre, es metáfora de infinidad de terrores, ansiedades.
La intérprete tiene claro a quién imagina cuando la observa de frente, quién es su “hombre del saco”.
“Donald J. Trump. Es lo que veo cuando veo Michael Myers, admite Curtis, quien durante la administración del ex presidente de Estados Unidos fue una férrea crítica en Twitter.
Texto: Mario Abner Colina / Agencia Reforma
