15 diciembre,2022 5:07 am

Libaneses acapulqueños

Anituy Rebolledo Ayerdi

Sexta y última

 

La familia Fares-Zarur

La familia Fares-Zarur viaja con rumbo al estado de Guerrero a finales de los años 20 del siglo pasado; vienen atraídos por las ofertas de trabajo de un pariente acá asentado. Hay, sin embargo, una motivación superior que la matriarca de la familia, doña Regina Zarur, se ha reservado para no alarmar a los suyos. Se trata de un plan demencial concebido por el presidente de la República, Plutarco Elías Calles, El Turco, encaminado a apoderarse de las mentes de niños y jóvenes para desterrar en ellos la idea de Dios e inculcarles como única doctrina espiritual la de la Revolución Mexicana.“Por vidita de Dios que es verdad”, le juraron las reveladoras de tan siniestra conjura, sus comadres del mercado. Tomará entonces la determinación de salvar a los suyos llevándolos a un lugar remoto.

La caravana está integrada por don Ramón Fares, su esposa doña Regina Zarur y sus hijos Albertina, Alberto, Jesús, Mary y Emilio, residentes de la Ciudad de México y dedicados al comercio informal. Los varones menores ejercían el mercado callejero mientras que las damas cosían y bordaban ropa. El destino final será el poblado de San Jerónimo de Juárez, en la Costa Grande, residencia del pariente que les ha ofrecido trabajo. Este resultará finalmente, en palabras de la señora de Fares, “un pinche rajado”, por no cumplir su palabra.

El jocoque

Pronto doña Regina perderá su onomástico al ser conocida por todo el pueblo simplemente como la Cuma. Un tratamiento derivado de su costumbre de llamar comadres a todas sus semejantes. Su carácter abierto, alegre y dicharachero le granjeará grandes simpatías en la localidad, no obstante las grandes reservas de la población con los fuereños, especialmente con las llamadas “húngaras”, acusadas de hurtar niños. Será la Cuma el motor de la familia que procure ocupación para los varones con los ricos ganaderos de la región y será ella, a través de su hijo mayor, Alberto, laborando en el rancho de la familia Del Río, la que añada a la gastronomía local el más tarde famoso jocoque seco de leche bronca. Un manjar de la comida libanesa, pero elaborado con leche de cabra.

Con el tiempo, Alberto Fares Zarur formará parte de aquella familia al casarse con Pachita del Río, una de las muchachas más hermosas del pueblo. En realidad lo eran todas: Las Del Río, las Quevedo, las Hernández Lluck, las Galeana, las Arzeta, las Soberanis, todas.

El intenso correo epistolar entre Acapulco y San Jerónimo lleva al pueblo noticias optimistas, alentadoras. Hablan de que el puerto va para arriba en materia turística. “Esta es la nuestra”, proclama la matriarca avezada con sus hijas en el arte de la confección de ropa y el bordado, como todas las libanesas. No lo pensarán mucho y un amanecer emprenden el viaje hacia este puerto. Se queda Alberto, el mayor, quien ha encontrado el amor de su vida y es propietario del cine Juárez de la localidad

 La hawaiana

Muy pronto encontraremos aquí a la Cuma y a sus hijas Albertina y Mary al frente de la tienda La Hawaiana, en Escudero y Posada, sitio antes ocupado por Los Cedros del Líbano, de son José Saad y doña Hazne Dagdag. Ahí, el ingenio de aquellas mujeres les permitirá revolucionar la moda playera. Crean, para escándalo de beatas y disfrute de “tulatráis,” un atrevido traje de baño bautizado como “hawaiano”. Nada complicado. Consistía en un paliacate colorado anudado a las caderas y un segundo para que las damas cubrieran sus pechos. El actor jolibudense Errol Flynn y su compañera en la película Lord Jim, la canadiense Alexis Smith, serán los primeros en lucirlos en la playa de Hornos ante la expectación general.

 El Faro

Alberto Fares y su esposa Pachita del Río se establecen en Acapulco en 1949, el año de las grandes transformaciones del puerto. La familia ha crecido: Ramón, Alberto (Beto Delfín), Blanca, Emilio y Jesús. Se inician con la tienda El Nuevo Mundo, que más tarde será El Faro de Acapulco, en la esquina de Escudero y Carranza.

Pachita Fares asumirá con sus manos milagrosas lo que podría ser el departamento creativo de su establecimiento. Su primer lanzamiento revolucionará la moda tropical: una falda de doble vuelo en telas estampadas con la imagen de la bahía y sus edificios . Pintada a mano cada una con colores deslumbrantes por Pedrito Azcuaga, yucateco casado con Sarita Abdala, con estudio en el edificio Oviedo. Las había también con el mismo motivo, pero bordadas con lentejuelas y chaquiras, acompañadas con blusas hasta la mitad de los hombros. También causaron sensación entre las turistas los vestidos bordados en punto de cruz por ella misma. Uno de estos, por cierto, será obsequiado a Jacqueline Bouvier cuando disfrute aquí su luna de miel con John F. Kennedy , futuro presidente de los Estados Unidos. Ella adquirirá uno para su hermana.

La actriz y rumbera María Antonieta Pons se convertirá en clienta asidua de El Faro a partir de la adquisición de una falda similar para su presentación en la noche inaugural del cabaret Cantamar, del hotel Prado Américas. Terraza con escenario y pista de baile al nivel del mar con acceso por funicular o lancha. También Boby Capó ordenaba en El Faro camisas estampada para sus presentaciones en el mismo sitio. El autor de Piel canela cambió por Acapulco el destino original de su Luna de miel en Puerto Rico.

 Acapulqueñas y Sanjeronimeñas

Hablando de mujeres hermosas, digamos que en el Faro de Acapulco laboraron varias de ellas, acapulqueñas y sanjeronimeñas. Entre otras: Azucena Quevedo del Río, Leonor Sánchez (Reina del Carnaval de Acapulco, 1955), Emma Hernández Lluck, Violeta Reynada del Río, Francis Esquivel y Gloria del Río.

 Albertina y Mary

Albertina Fares Zarur se casó aquí con Juan Taffica y estuvieron al frente de la tienda Modas Miami, con anexo de artículos de plata. Mary, por su parte, contrajo matrimonio de Sabás Canavatti, propietario de la fábrica de camisas Manchester y del hotel Ambassador, de Monterrey, Nuevo León. Sus hijos, Franklin, Emily, Billy, Regina, Espiridión y Sabás.

 Milo Fares

Emilio Milo Fares atendió sus tiendas Casa Milo y La Moderna, siempre en torno al edificio Oviedo, en el que habitaba. Casado con Carmelita Cury procreó cuatro hijos: Carmelita, Anuar, Betty y Alfredo.

Milo fue todo un personaje de Acapulco que invadía con su simpatía, ocurrencias, cuentos, dichos y dicharachos las cafeterías del centro de la ciudad. También los lugares de apuestas, legales o clandestinos sin faltar la “zona roja” donde conocía la historia sentimental de todo el personal femenino, güinzas, les decían en San Jerónimo. Adicto compulsivo al tabaco, fumaba diariamente de tres a cuatro cajetillas de cigarrillos. Cuando alguien le advertía lo mortal del tabaco, su respuesta era: “¡Cabrones y me lo dicen ahora que ya traigo los zopilotes encima”.

El mimo bautizó a un garito clandestino como Canal 2 de TV, intocado por la policía por creerlo un estudio local de Televisa. Y no. Simplemente porque ubicarse en el número 2 de la calle del Canal, altos de radio servicio Chavelas.

 Jesús Fares

Cumpliendo el vaticinio de doña Regina, en el sentido de que cada uno de sus hijos tendría su tienda propia, Jesús Fares se estableció en La Moderna, de artículos de playa, en Escudero y Carranza, para reubicarla en el edificio Oviedo cuando este se inaugure en 1949 y fue propietario del hotel Mónaco. En la Costera, ligado a su paisano Salim Nasta, yerno del presidente Gustavo Díaz Ordaz, director de la empresa estatal Guanos y Fertilizantes de México, Chucho atenderá la zona sur del país de esa empresa estatal y desde ella prestará importantes servicios a los campesinos de Guerrero. Casado con Pilar Kuri procrearon a Chucho, Norma, Víctor Ricardo y César.

Vámonos para Acapulco

La familia Naime Naime, dedicada en Toluca al comercio de telas, emprende nuevos derroteros buscando siempre una mejor calidad de vida para la familia en crecimiento: Lied, Carmen y Elías. Han escuchado que Acapulco no es solamente un paraíso para la diversión, sino también de oportunidades de trabajo. Lo hablan y deciden: ¡vámonos para Acapulco! Llegar al puerto significaba, no obstante su nueva carretera, una odisea que consumía fácilmente 12 horas. Por ello deciden descansar en Chilpancingo y de paso visitar al hermano ahí asentado de tiempo atrás, don Nicolás Naime

Algo pasó aquella noche durante la plática fraterna, el caso es que la familia Naime Naime ya no seguirá su viaje hacia este puerto. Se quedan en Chilpancingo, donde más temprano que tarde abrirán una tienda de ropa y mercería, La Gran Barata, más tarde Almacenes Naime. “Fue sin duda para bien”, estimaba muchos años más tarde José Naime Naime, nacido en Chilpancingo, licenciado en Derecho por la UAG, maestro de la misma y una rara avis que cruzó los pantanos de la burocracia sin manchar su plumaje. “ Y es que los chilpancingueños fueron muy buenos y cariñosos con mis padres y en general con toda la familia” –recordaba–. “Eso sí, siempre bien correspondidos”, acotaba.

Pepe Naime radicará en Acapulco siendo secretario general del Ayuntamiento durante la administración del licenciado Israel Hernández Ramos. Regresa a Chilpancingo para ocupar la titularidad de la Procuraduría General de Justicia y más tarde la presidencia del Tribunal Superior de Justicia. Más tarde será aquí el Notario Público número 6. (QEPD)

La Plaza Líbano

El nombre de República de Líbano le fue impuesto a una placita del puerto –entre las Torres Gemelas y el condominio Estrella del Mar–, abierta durante la administración del alcalde Rogelio de la O Almazán. La develación de la placa (desaparecida misteriosamente poco más tarde) tuvo lugar el 22 de noviembre de 1994, en ocasión de la independencia de aquél país Estuvieron presentes el embajador de Líbano en México y don Antonio Trabulse Kaim, presidente del Instituto Cultural Mexicano-Líbanés. También muchos libaneses acapulqueños. Agradeció el homenaje don Pedro Kuri, quien se refirió a la cordial y respetuosa acogida de los acapulqueños a la migración libanesa. Correspondida, dijo, con trabajo, lealtad y entrega siempre en aras de la grandeza del puerto.

 Gastronomía libanesa

La coincidencia en un desayuno con la paisana sanjeronimeña Nelly del Río viuda de Charfén (QEPD) nos permitió constatar su dominio sobre la gastronomía libanesa. Sus platillos preferidos de esta última:

 La botana (mezze)

La componen una gran variedad de entremeses: cacahuates, frutos secos, leche cortada, nabos a la vinagreta, galletas árabes, jocoque seco, hummus (puré de garbanzos y pasta de ajonjolí), berenjenas maceradas, aceitunas, chorizo, espinacas, queso curado y hojas de parra rellenas . Se sirve con pan árabe.

 Sopas

Sopas de lentejas con tallarines y de arroz con fideos. Majluta (cereales y leguminosas) y kepe trojib , de macarrón con picadillo y piñones.

Guisados

Pastel de berenjena, brochetas en kafta. Taquitos de hoja de parra. Gallina rellena. Hígado y corazón de carnero asados. Kepe crudo y carne de carnero y calabacitas rellenas con jocoque.

 Complementos

Espinacas fritas con cebolla. Huevos en jocoque. Shanclish (bolitas de queso rayado, con aceite y chile piquín). Empanadas de espinacas al horno. Lahem bayin (empanadas de carne).

 Postres

 Mamul (galletas rellenas de nuez o dátiles). Empanadas de requesón. Yazarille, (dulce de zanahoria) y pastel de dátil.

Bebidas

 Jellab (preparada con uvas, pasas y servida con piñones). Aayran (bebida a base de yogurt).

Jaime Sabines

Cerramos esta serie de Libaneses acapulqueños con una elegía del poeta chiapaneco Jaime Sabines, dedicada a su padre:

Vino del Líbano hace muchos años. Traía en el espacio de sus venas una sangre valiente y amorosa. Aquí encontró el dolor, la nostalgia, los sueños. Se hizo hombre como se hace una espada a fuerza de golpes: el señor de la vida es un herrero. Adoptó a este país como adoptar a su padre, como escoger a una familia, como adoptar un lugar donde vivir y donde quedar muerto.