En el marco de las protestas sociales iniciadas en octubre contra la mala gestión y corrupción del gobierno, manifestantes fueron reprimidos por policías.
Beirut, Líbano, 18 de enero de 2020. Más de 220 personas resultaron heridas durante los graves disturbios ocurridos este sábado entre manifestantes y efectivos de las fuerzas de seguridad en las inmediaciones de la sede del Parlamento libanés en Beirut en el marco de las protestas sociales iniciadas en octubre. El presidente libanés, Michel Aoun ha ordenado el despliegue del Ejército.
“18 ambulancias, 80 sanitarios y 6 asistentes de la Cruz Roja Libanesa han respondido ante las protestas del centro de Beirut. Más de 80 víctimas han sido trasladadas a hospitales cercanos y más de 140 heridos han sido atendidos en el mismo lugar. Los equipos de la Cruz Roja Libanesa siguen disponibles y listos para responder”, publicó la Cruz Roja Libanesa a través de su cuenta en Twitter.
Los manfiestantes lanzaron piedras, barras de metal, ramas de árboles y artefactos pirotécnicos a los agentes antidisturbios, que emplearon por su parte cañones de agua y gas lacrimógeno para dispersarlos.
Tras los disturbios, la Presidencia libanesa informó de que el presidente Aoun pidió a los ministros de Defensa, Interior y Seguridad “que protejan la seguridad de los manifestantes pacíficos, eviten los disturbios, garanticen la seguridad de la propiedad pública y privada e restauren el orden en el centro de la capital”, según publicó la propia Presidencia en su cuenta en Twitter.
Anteriormente, las fuerzas de seguridad habían denunciado las “violentas agresiones” contra los agentes y habían pedido a los manifestantes pacíficos alejarse de logar de los disturbios para salvaguardar su seguridad.
Estos enfrentamientos han provocado numerosos heridos tanto entre los manifestantes como entre los agentes hasta el punto de que la Cruz Roja trabaja incansablemente para trasladar a los afectados a los hospitales cercanos.
Las manifestaciones en Líbano comenzaron el 17 de octubre, con manifestantes de diferentes grupos religiosos acusando al Gobierno de mala gestión y de corrupción. En respuesta a las movilizaciones, el primer ministro Saad Hariri remitió su dimisión del cargo de primer ministro al presidente de Líbano, Michel Aoun.
